– ¡Levántate Alana es hora de ir al colegio! – dijo mi mamá por tercera vez.
Ashley me empujo de la cama y me hizo caer al suelo.
– La gente si es abusadora pana – dije levantándome.
Fui directo al baño, me cepille, me duche y me puse el tétrico uniforme.
Me vi al espejo, Ashley me vió desde la cama.
– Este uniforme me queda burda de lo criminal.
– Si – dijo Ashley con pereza – criminalmente feo.
La vi con ojos entrecerrados, me dirigí a la cocina.
Sobre las isla de mármol azulado mi mamá me tenía en un plato un par de arepas y una taza de café "negro"
– Eso, si te vez bella mi niña – me dijo mi mamá.
– That's very kind of you mommy – dije sentándome en la mesa.
– Hoy te acompañare, Paulo nos llevara, necesito averiguar unas cosas para inscribir Ashley, no puede estar sin estudiar.
– Paulo, ujum – dije sorbiendo mi café.
– ¿Qué?
– Paulito nos llevara – dije con voz cantarina.
– ¿Tu por qué hablas así?
– ¿Tu cuando pensabas decirme lo de Paulo?
– ¿Decirte de Paulo qué? – mordió su labio inferior – Ya vienes tú con tus cosas.
– Mamá, te vi, vi cuando el sábado besaste a Paulo, ya sé que las razones de tus salidas con tus zapatos de fiesta, pero mi pregunta es ¿Qué son Paulo y tu precisamente?
Ella trago duro.
– Alana – dijo soltando el aire de sus pulmones – Si mi niña, Paulo yo somos... novios.
– ¿Por qué no me lo habías dicho? – Dije empezando a comerme mi segunda arepa.
– No había encontrado el momento preciso, primero no estaba decidida, porque no consideraba que lo que estaba pasando sería algo serio, cando vi que lo nuestro era algo juicioso y pensé en decírtelo, fue cuando estaba rara, paso lo de Jace que yo pensé que ustedes dos... bueno, en ese momento no quería decírtelo porque lo usarías en mi contra, luego lo de Juan, nunca encontraba el momento preciso, sé que debí decírtelo.
– mmjum – dije tragando y dando otro mordisco a mi arepa.
– ¿Qué piensas? ¿Te molesta?
– No – dije y termine de tomarme mi café – Be happy, te lo mereces.
En su cara se mostró alivió.
– ¿Ya tienes lista tu mochila?
– No.
– Apúrate, ni siquiera te has peinado.
– ¿Y para que me voy a peinar?
– Porque la gente normal se peina.
– Tengo un punto a mi favor.
– ¿Por qué?
– Porque yo no soy normal, soy un fragmento de cada tipo de subterráneo existente.
– No seas tonta.
Me centre en la cafetera, era el momento de mostrarle a mi mamá que podía hacer magia, la mire fijamente e hice que se acercara hacía mi levitando lentamente.

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Nephilim Venezolana
FanfictionAlana Briceño es una adolescente de trece años que vive en Venezuela y tiene una vida normal, o eso pensó ella; Su madre, de un momento a otro le dice que se tienen que mudar a Nueva York.Allí se entera de un secreto tan enorme como el sentido de la...