Capitulo 17

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El día anterior lo había pasado mal, por el altercado con Simon, lo único que lo arreglo fue que mi mamá me compro una hamburguesa.

Cuando se lo conté a Ashley al principio dijo cosas como:

-Dime donde vive y le mando a mis amigos los de la moto, un par de plomos matan a un vampiro.

Pero luego me consoló.

Pero eso fue ayer y hoy es un nuevo día, decidí que no me importa que Simon hubiese jugado conmigo, decidí en cierto grado perdonarlo, la iglesia Cristiana enseña eso y me apego a ella, además yo se jugar muy bien.

La tía Celina me regalo un body negro con letra cursiva dorada que anunciaba "My life, my rules" porque en danzas siempre se utilizaban body's

Decidí ponérmelo en mi primer día de entrenamiento, digo de "danza", acomode mi mochila y en ella puse una botella de agua, ropa extra (he aprendido que es necesaria) el asqueroso libro del asqueroso Simon (los libros nunca son asquerosos, pero si lo regala un chupa sangre que juega contigo, si lo son) pienso tirarlo a la basura o donarlo, mi estela, mi daga, y un cuaderno y lápiz.

Sobre el body utilicé mi familiar suéter y unas leggins, me puse unas converse degastadas (realmente eran las que utilice el día que el robot casi me mata, luego de eso, se desgastaron) en mi cabello, utilice mi común peinado, la dona, el cual utilizaba cada vez que no tenía tiempo o tenía flojera de peinarme y hoy lo utilizo porque lo pienso adecuado, también lo sería una cola alta, pero mi cabello no ha cooperado en los últimos días y tengo que utilizar bastante fijador.

Cuando estuve lista, observe la pantalla del teléfono, ya casi era la hora en la que Jace venía por mí, le envíe un rápido mensaje a Ash, diciéndole que estaba yéndome a mi primer día de entrenamiento cuando alguien toco mi puerta.

-¿Quién? – dije.

Mariana asomo su cabeza, su cabello castaño cayendo como una cascada, sus rizos perfectos, sus ojos eran grises como los de mamá y la tía Celina, en cambio Oriana los tenía verde como su padre.

-Hay un chico brutalmente guapo halla afuera, pregunta por ti – mordió su labio inferior - ¿Cómo consigues que chicos tan ardientes pregunten por ti?

-Pensé que estabas dolida por lo de Thomas – me acerque a la ventana de mi cuarto, el paisaje de siempre, el árbol, la manzana de enfrente el auto aparcado, la diferencia es que Jace estaba debajo, en la entrada, cuando sus ojos se encontraron con los míos me lanzó un beso, soplando su mano, simplemente me aparte poniendo los ojos en blanco.

-Que se pudra – dijo - pensé en lo que me dijiste y tienes razón, no me daré mala vida, ¿Quién ese chico tan sabroso?

-Hemm... - pensé un momento – mi instructor de danza.

-Uffs – dijo echándose aire – con ese instructor si me mojo y no de sudor.

-¡Mariana! – dije abriendo mis ojos y tomando la mochila.

-¿Qué? Es cierto y no me digas que no.

-Bueno, no se puede negar que si es guapo – empecé a salir de la habitación y ella me siguió.

-¿Guapo? Sabroso es lo que esta – cuando bajábamos la escalera ella se adelantó y se acostó sobre el sofá – Rikolino zukulento – hizo expresión de saborearse algo.

Cuando estaba en la puerta me detuve para despedirme.

-Adiós.

-Dile que si me toca me embaraza.

Nephilim VenezolanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora