Capítulo 36

8 4 0
                                    

Oscuridad, eso fue lo único que vi cuando salí del portal, saqué mi piedra runa y su luz blanca iluminó el lugar, que olía terriblemente a humedad y moho, parecía ser una cueva o algo parecido, me adentre en el lugar, detrás de mí, el portal se había cerrado y había dejado una pared de piedra nada más.
Se escuchaba el sonido de bichos y grillos, con la luz pude darme cuenta de que eran escarabajos, o al menos se parecían a eso, debo admitir que me sentía un poco asustada, y en esta oscuridad, hubiese preferido esperar a Jace, pero no, yo me lancé desesperada, aunque seguramente, Mi hermano no me hubiese dejado venir.
Me detuve cuando frente a mí, el camino se dividía en tres más, ¿Cuál debía tomar?, esto solo me recuerda cuando en la segunda parte de “It” estaban la tres puertas que decían “no da miedo” “Da miedo” y “Da mucho, mucho miedo”, bueno, no estoy segura si eso era lo que decían exactamente, pero si estoy segura de que si sale algo de pronto, me asustare más que Richie.
Respiré profundo y me aventuré por el túnel de la izquierda, escuché ruido dentro, así que apagué mi piedra runa, saqué mi estela y me dibuje una runa de visión nocturna, saqué un cuchillo serafín y avancé.
No estoy segura, pero creo que los verdaderos cazadores de sombras no están asustados por simplemente caminar por un túnel oscuro y vacío, pero como decía un chico que estudiaba conmigo cuando las cosas empezaban a descontrolarse, “Mano, estoy cagado”
Vi delante de mí una luz, me acerqué lentamente y vi un par de autómatas,  eran iguales al que me atacó hace meses, mi corazón latía con fuerza, uno de ellos se detuvo, el otro siguió caminando y se perdió entrando en otro túnel.
Estaba pegada al muro del túnel, oculta en la oscuridad, pero algo me decía que el autómata notó mi presencia, ¿Pero a que le temó? Pude con uno sin tener el más mínimo entrenamiento ¿A que le temo?
Salí del túnel y me puse frente al autómata, no había más nada alrededor.
–Ven hojalata – susurré.
Y lo hizo, arrancó hacia mí, el pánico me invadió y solo pude correr hacia la derecha con fuerza.
–Era jugando – dije mientras corría – no me hagas nada.
Corrí con fuerza, vi el final del túnel, volteé y vi como la mano del robot ahora era un filo, que estoy segura, es para dejarme como brocheta.
Seguí corriendo y justo antes de llegar a la pared, puse mis pies sobre ella y con fuerza me impulse dando un salto hacia atrás. Como deduje, la maquina se estrelló contra la pared, aunque esto no pareció hacerle mucho daño, se dio la vuelta y se preparó para atacarme nuevamente, pero yo envestí hacía el, mi cuchillo se clavó en su pecho de metal y lo traspasó, algo viscoso, supuse yo era aceite, chispeó todo alrededor.
–No puede ser – dije sorprendida sacando el cuchillo seráfico del pecho del autómata – Jace debería verme, soy genial.
Regrese por donde antes había corrido y seguí en la dirección en donde el otro autómata se había ido, debo encontrar a Galileo pronto, o la bruja podría hacerle mucho daño.
Respiré profundo y me sacudí, no es momento para sentir miedo, es momento para poner en práctica todo lo que he aprendido los últimos meses, es momento de ser una cazadora de sombras.
Me aventuré por los túneles, esta vez con paso decidido, de pronto el camino frente a mi estaba lleno de algo viscoso, que de no ser por mi runa de equilibrio ya hubiese caído de bruces al suelo, levante la vista y frente a mi vi a un demonio, el cual personalmente, fue el que me pareció más asqueroso cuando lo estudié, y ahora, esa enorme babosa estaba frente a mi cubriéndome el camino, un enorme Behemonth.
–A mí no me joden demonios – Dije preparándome para luego envestir hacía la asquerosa bestia.
***
–Estoy asustada – dijo Mariana abrazando a su gemela.
–Por dos – Dijo Elizabeth.
–Chicos – Briana camino tanteando la cueva - ¿Me quedé ciega por completo o todo está oscuro?
–Acabamos de entrar en una puerta – comenzó Gil sonando alterado – que nos transportó a este lugar ¡¿Y tú solo piensas en si te quedaste ciega?! ¡Entramos en un portal! – Gritó - ¿Alguien más piensa que es una locura?
–Seguramente amigo – Caleb busco a Ashley en la oscuridad – pero no nos importa.
–¿Alguien tiene una linterna? – dijo Oriana – no puedo ver nada.
Elizabeth sacó su teléfono y encendió la linterna, acción que repitió Gil que se encontraba un poco lejos.
–No me quede ciega, gracias a Dios – Briana suspiró.
–¿Enserio creíste que te quedaste ciega? – Ashley la vio mientras la chica asentía – Chicos, Caleb y yo los guiaremos, por favor, manténganse unidos.
–Es cierto – habló el antes mencionado – no nos conviene que se pierdan en este lugar.
–¿Qué es este lugar? – Dijo Elizabeth iluminando con su teléfono.
–Creo que estamos en una cueva – Dijo Caleb avanzando.
Ashley se puso a su lado y los demás los siguieron.
–Estúpida Alana – dijo Ashley en voz baja mientras las lágrimas se asomaban en sus ojos.
–Tranquila – Caleb le susurró mientras le apretaba la mano – todo estará bien.
–¿Ammm… chicos? – Elizabeth dijo – aclárenme algo ¿A que nos enfrentamos?
–Los secuestradores de los que he sabido no se ocultan tras portales – Briana subió sus lentes por el puente de sus nariz – bueno, para ser sinceros, ni siquiera sabía que existían los portales realmente.
–Yo sí – Allison habló – al menos lo sospechaba.
–¿Por qué? – dijo Gil.
–¿Cómo crees que los Uber llegan tan rápido hasta dónde estás?
Todos rieron, aunque Allison no lo dijo en son de broma.
–Wow – Dijo Caleb deteniéndose de golpe, los demás hicieron lo mismo.
Elizabeth y Gil movieron sus teléfonos para iluminar frente a ellos, logrando así ver el camino que se dividía en tres.
–¿Ahora? – Mariana sostenía a su gemela del brazo.
Hubo silencio, todos parecían estar pensando cual sería la mejor solución.
–¿Nos separamos? – Sugirió Gil.
–No porque me da miedo – Briana dijo de inmediato.
–No – habló Ashley – nos es buena idea separarnos, ni siquiera sabemos dónde estamos o adonde nos llevan estos túneles, Nos mantendremos unidos.
–Entonces solo hay que decidir el túnel por el que iremos – Oriana vio hacía las entradas de los túneles frente a ellos.
–Perfecto – Dijo Allison – es fácil, solo elijamos el túnel que no nos lleve a la muerte.
–Voto por el del medio – dijo Caleb.
–Yo también – dijeron las gemelas al unísono.
–Me parece bien – dijo Elizabeth.
–Me basta con eso – dijo Ashley – iremos por el túnel del medio – comenzaron a avanzar.
–Allison, Briana y yo no dijimos si queríamos ir por este túnel – Gil se puso al lado de Ashley.
–Sí, pero no me interesa.
Gil puso los ojos en blanco y se alejó de la chica.
–¿Te han dicho que eres una odiosa? - Caleb le dijo en voz baja a Ashley, con una sonrisa en su rostro.
–¿Qué? – Ashley simulo no haberle escuchado.
–¿Qué si sabías que eres una odiosa?
–Me importa – Ashley rió, pero Caleb la vio serio – ay ya, que sensible.
El túnel comenzó a volverse más ancho, en el camino había grandes rocas que crecían y terminaban en punta, unos metros más y frente a ellos se vio un luz, los chicos apagaron las linternas de sus teléfonos, justo cuando a varios metros  frente a ellos se vieron figuras.
–¡Ocúltense! – dijo Ashley en un grito-susurro.
Todos se ocultaron tras una roca con rapidez.
–¿Qué son esas cosas? – preguntó Allison susurrando.
Ashley se asomó y los observó, parecían figuras hechas de gas coloreado, tan heterogéneas que cuando se movían parecían deshacerse  en el suelo, pero luego volvían a su forma original, caminaban por el túnel y se alejaban a donde había luz clara.
–Son demonios – dijo Ashley recordando lo que vio del Codex de Alana.
–¿Demo que cosa? – Gil dijo histérico.
–Tengo miedo – dijo Briana.
–Nada más falta que salga Hades – dijo Allison.
–Shhh – indicó Caleb.
–Son guardianes – continuó Ashley – o algo así, ellos no están por voluntad propia, alguien los puso ahí, es quien los dirige, pueden ser peligrosos, bueno, según las ordenes que tengan.
–Estoy segura que no tienen órdenes de ser amigables con nosotros – Mariana los vio.
–¿Ordenes? – Elizabeth – sé hipnosis, no parecen ser muy listos, solo véanlos, chocan con la pared, puedo controlarlos.
–No lo creo – dijo Caleb – estás cosas las controlan con magia, normalmente negra, no es cosas de decirles, “Cuando chasquee los dedos harás como gallina”
–Chicos – Oriana señalo hacía los demonios – se detuvieron, dejaron de moverse.
El par de demonios estaban detenidos, estáticos en su lugar, cuando comenzaron a moverse, bueno, a unirse, volviéndose una gran bola de gas flotante, y con una velocidad impresionante salió disparada por el túnel por donde habían venido los chicos.
–¿Se fueron? – Dijo Elizabeth confundida.
–No – dijo Gil odioso – van por un expreso late, ya vuelven.
–Cállate idiota, si no quieres que tu perfecta nariz empiece a sangrar.
–Ay ya – dijo Ashley regañándolos – tal vez fueron llamados, pero probablemente vuelvan, así que es mejor movernos mientras tengamos el camino libre, recuerden, nos mantendremos unidos.
– Sí, ya entendimos.
Comenzaron a moverse con rapidez, el camino frente a ellos estaba completamente iluminado, aunque el hecho de saber de dónde venía la luz, era desconocido.
–¿Por qué creen que secuestraron a Galileo? – Briana saltó sobre una roca.
–Porque Lana está enamorada de él – dijo Gil.
–Eso no es una causa justificada, además, ¿Quién lo secuestro?
–Es una bruja – Dijo Oriana – o eso creo.
–Entonces quiere a Galileo y  a Alana para meterlos en un horno como a Hansel y Gretel.
–Estaríamos caminando por caminos de chocolate – Dijo Mariana – no por rocas que me están dañando los zapatos.
–Estoy empezando a cansarme – Elizabeth bostezo – anoche me acosté tarde, si hubiera sabido que estaría haciendo esto hoy, hubiese dormido mis ocho horas.
–Yo tengo hambre – Allison protesto – y también estoy cansada, me duelen los pies, estas zapatillas me aprietan.
–Ustedes si se quejan – dijo Ashley rodeando una piedra – no debieron venir.
–No los íbamos a dejar solos en esto – Briana dijo.
–Me moveré para que se me quite el sueño – Elizabeth empezó a saltar y se adelantó, cuando de pronto calló al suelo.
Allison corrió hasta ella y la ayudo a levantar, los demás se acercaron rápido.
–¿Estás bien? – le preguntó Caleb.
–Sí, solo me tropecé con algo – dijo poniéndose en pie.
Las paredes de la cueva comenzaron a estremecerse, como si un terremoto ocurriera.
–Creo que era una trampa – Dijo Ashley – corran.
–¡Corran! – gritó Caleb de nuevo, a lo que todos reaccionaron.
Mientras corrían las paredes parecían empezarse a cerrar, el grupo de jovénes parecían maratonista, incluso Briana, que era terrible para cualquier ejercicio físico, corría con fuerza.
El camino frente a ellos se había acabado, una gran pared de roca era lo único que había.
–¿Deberíamos regresar? – gritó Mariana.
–No tenemos opción – Allison golpeó la pared.
De forma inesperada, las paredes alrededor de los chicos se abrieron en compartimientos, y antes de que alguno comprendiera lo que pasaba, los succionó dentro, separándolos, dejándolos simplemente con otro del grupo.
***
Rebeca se lamentaba el hecho de haber ido sola, y también de no haber escogido una mejor arma, un sartén sería perfecto para hacer huevos revueltos, pero no para luchar contra lo que sea que se enfrentaba, ¿En que estaba pensando cuando tomó el sartén? Se preguntaba ella una y otra vez, Soy Rebeca Singer, no Rapunzel en la película “Enredados”
Luego de haber pasado por el portal, el cual la había hecho vomitar, siguió a paso apurado, iluminando con la linterna que traía consigo.
El camino frente a ella se había dividido en tres partes, no tenía la menor idea de cual pudo haber escogido su hija, pero encomendándose a Dios, eligió el camino de la derecha.
Gracias a la claustrofobia que sufría la mujer, sentía el camino cada vez más estrecho y la ansiedad en ella era creciente.
En cierto lugar, tuvo que trepar una pared de unos 50 centímetros, cuando bajo de ella, su falta de agilidad se hizo presente y rodó por el piso, llenándose de polvo y perdiendo la linterna de sus manos.
Se levantó y sacudió, buscó su linterna y siguió su camino, esta vez cojeando, pues le dolía la rodilla izquierda con cada paso. Frente a ella, el túnel se volvía amplió y lleno de luz, habían tres entradas en la pared de piedra, una de ellas tenía escaleras que iban hacia arriba y las otras dos llevaban hacia abajo.
Se detuvo un momento a decidir por donde continuar, cuando pasos de algo pesado se acercaron a ella desde la derecha, volteó y su corazón se aceleró con fuerza, una figura de metal sin rostro estaba allí, preparándose para embestir hacia ella, antes de que el autómata se moviera ella se acercó y lo golpeó con la sartén, la cual se dobló con una facilidad increíble.
Rebeca se dio la vuelta preparándose para correr, pero un golpe seco en la cabeza, la tumbó al suelo dejándola inconsciente.

Nephilim VenezolanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora