Caminé con tranquilidad por las calles que ahora estaban atestadas de gente, miré al cielo, el día era perfecto, estaba despejado, el sol brillaba con intensidad y no hacía tanto frío como la noche anterior, cerré los ojos un momento y respiré hondo. Quizás mi suerte empezaría a cambiar un poco. Sonreí.
Abrí los ojos para seguir caminando, y al hacerlo, nuevamente tropecé con alguien, pero esta vez perdí el equilibrio y caí sentada.
- Auch - exclamé en tono divertido y raramente solté una pequeña carcajada.
- Creo que estamos destinados a encontrarnos de esta manera - subí la mirada y me encontré con los hermosos ojos azul cielo del rubio de esta mañana.
- Lo siento, de nuevo - reí.
- Veo que tu día marcha mejor, estás riendo - sonrió y me dio su mano. - Esta mañana ibas apurada y no pudimos presentarnos, me llamo Niall.
- Un gusto chocar contigo de nuevo Niall, yo soy Callie, y sí, ha mejorado un poco.
- Eso es bueno - exclamó con una sonrisa.
- Espero que siga así, lamento volver a dejarte, pero necesito con urgencia una siesta o moriré - reí y él me imitó.
- No pasa nada, algo me dice que te veré seguido.
- Pues si llega a ser así espero no volver a chocarte, en serio lo lamento.
- De verdad no es nada, anda ve por tu siesta.
- Si, será lo mejor, no he estado durmiendo bien últimamente - ¿de nuevo Callie? ¡deja de contarle tu vida, es un completo extraño!
- Siento oír eso, pero bueno, quizás ahora que estás de buen humor puedas dormir bien, no te retengo más, nos vemos.
- Si, adiós - me despedí de él con un gesto de cabeza y volví a mi hogar.
¿Por qué de nuevo le había contado cosas de mi vida? Ni siquiera lo conocía, simplemente había chocado con él, es como si alguna parte de mi se sintiera muy desenvuelta con Niall, pero esto no era normal, soy la persona mas desconfiada que conozco, ¿qué demonios tiene ese chico que puede lograr que le cuente cosas sobre mi sin siquiera conocerlo? pensé todo el camino en eso, hasta que llegué a mi departamento. Al pisar el vestíbulo, el único pensamiento que ocupó mi cabeza era "dormir", así que hice caso a mi cabeza, tiré mis cosas por algún lugar y así como estaba me arrojé en mi cama y ya una vez entre las sábanas me quedé profundamente dormida.
Era extraño, no estaba en ninguna parte. No estaba en casa, ni en la oficina, ni en ningún lugar, lo único que se veía era blanco. Era todo un escenario color blanco, estaba parada en la nada misma.
- ¿Hola? - llamé. Nadie respondió.
Bien, esto era extraño, ¿dónde estaba y cómo diablos había llegado aquí? comencé a caminar sin rumbo fijo para ver si encontraba algo, pero cada paso que daba me decepcionaba un poco mas, no había nada, no había nadie. De repente escuché un sonido... era un... ¿maullido? y de la nada, apareció un gato ¿pero qué demonios?
- Ven gatito, ven - llamé al pequeño minino y este vino maullando amistosamente. Era un lindo gato, se notaba que era aún algo pequeño, con un hermoso pelaje color anaranjado claro con franjas de un tono mas oscuro. - ¿Tú también estás perdido chiquitín? - reí, por lo menos no estaba sola.
El gatito era muy juguetón y muy tierno, pensaba en ponerle un nombre, pero en cuanto abrí mi boca, no salió mi voz, si no un sonido extraño, como una alarma.
Y ahí abrí mis ojos.
Todo había sido un sueño.
Tomé mi celular que era el culpable de aquél escándalo y miré la hora, ya eran casi las tres y media de la tarde, había dormido bastante y lo había hecho muy bien, hacía demasiado tiempo ya que no tenía un sueño tan largo.
Me desperecé con cuidado y bostecé. Recordé al gatito del sueño, era tan hermoso, me quedé con las ganas de ponerle un nombre... Y luego lo recordé.
Me levanté de mi cama de un salto y fui directamente al baño para darme una ducha y poder cambiarme.
¡Claro! cerca de mi casa habían inaugurado un refugio de animales donde se podía adoptar, y raramente luego de ese extraño sueño sentí la necesidad de ir y adoptar un gatito, tendría sus ventajas, estaría acompañada y no me sentiría tan sola, además, el sueño me había puesto de buen humor, quizás un pequeño y tierno gatito rondando por mis alrededores ayudaría a que mi humor y mi vida mejoraran.
Tomé un poco de dinero y salí de casa.
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En los brazos del Ángel. «Horan»
FanfictionUna chica desesperanzada. Un chico con los ojos color del cielo. ¿Crees en los milagros?