Cuando Niall se fue yo apoyé la cabeza en la almohada y me quedé profundamente dormida.
Soñé toda la noche, o lo que quedaba de ella, con plumas, alas blancas, Niall saliendo de túneles con cegadoras luces, con mis padres y millones de cosas más. No fue hasta el mediodía que desperté por los maullidos de Muffin.
- ¿Tienes hambre pequeño? - articulé algo dormida. Él solo respondió con más maullidos.
Me senté sobre mi cama y me estiré para poder desperezarme un poco, miré la hora y vi que el reloj recién indicaban la una de la tarde.
- Espero que se las hayan podido arreglar sin mí - me dije a mí misma y reí.
Tomé impulso y me levanté de la cama, me dirigí hacia el baño y me lavé la cara para quitar cualquier rastro de sueño. Tomé a Muffin entre mis brazos y me dirigí a la cocina para poder prepararnos de comer.
- Buenos días - exclamó Niall al verme.
- Diría más bien buenas tardes - reí.
- Bueno, con tantas preguntas te fuiste a dormir muy tarde anoche, o temprano, depende como lo mires. - Imitó las palabras que había dicho la noche anterior, lo que me hizo reír.
- Tienes razón - dejé a Muffin en el suelo. - Hubiera seguido dormida de no ser por este pequeño minino.
- Ya veo, ¿tienes hambre?
- Bastante y al parecer Muffin también así que voy a preparar algo.
- No, tranquila, yo me encargo.
- ¿Sabes cocinar?
- Por supuesto - rió. - He aprendido muchas cosas estando en la tierra.
- ¿Cómo cuáles? - pregunté con curiosidad.
- Bueno, mayormente las que tienen que ver con la comida - carcajeó. - He comido mucho y bastante desde que me mandaron a cuidarte.
- Oh, tú y yo nos llevaremos muy bien entonces - reí.
- Debe ser esa una de las razones por las cuales me fuiste asignada como protegida.
- Quizás - sonreí.
- Antes de que lo olvide - dijo mientras buscaba elementos en mi refrigerador para cocinar. - Llamé a tu trabajo esta mañana.
- ¿Y qué dijeron?
- Bueno, respondió una chica y se alteró mucho cuando le dije que no irías - rió.
- Seguramente te refieres a Sammy.
- No tuve tiempo de preguntar su nombre, estuve tratando de que se calme durante los 15 minutos que estuve al teléfono - rió.
- Después la llamaré, lo siento Niall.
- No te preocupes, es bueno saber que hay gente aquí que también se preocupa por ti y te cuida, eso es lo que necesito - sonrió.
- ¿Te ayudo con el almuerzo?
- Puedo solo, de verdad.
- ¿Y qué harás? ¿cocinaras carne con rayos láser que salen de tus ojos? - Niall soltó una fuerte carcajada.
- Soy un ángel, no un súper héroe o un mutante.
- Yo solo decía... - reí. - Déjame ayudarte - exclamé e hice un puchero.
- ¿Podrías hacer una ensalada?
- Seguro.
La hora de cocinar ya nunca volvería a ser lo mismo, menos teniendo a Niall ahora haciéndome compañía, a mí solo me dejó ocuparme de la ensalada y del resto se encargó él a pesar de que le rogué porque me deje ayudarlo.
Para ser un ángel, tenía el ego de un hombre común y corriente, pensé.
Aproveché y le di su comida a Muffin que seguía merodeando por los alrededores con sus maullidos lastimeros. En cuanto tuvo su alimento se calmó y luego de eso Niall me llamó para poder comer.
- Santo cielo, se ve delicioso Niall - sonreí al ver la comida.
- Espero lo esté, ven siéntate - corrió mi silla y yo me acomodé.
- Muchas gracias, eres todo un caballero.
- No es la gran cosa - se sonrojó y se sentó frente a mí.
Tomó mi plato para servirme un poco de la deliciosa comida que había preparado para luego dejarlo frente a mí, tomé los cubiertos y me llevé un pedazo de carne a la boca, estaba exquisito.
- No sé quien te haya enseñado estando aquí en la tierra, pero déjame decirte que cocinas de maravilla - admití.
- Gracias, comamos entonces.
El almuerzo lo pasamos entre risas, chistes y varias preguntas mías a Niall acerca del cielo. En cuanto acabamos recogimos todo y lavamos los platos y los utensilios que habíamos utilizado para cocinar.
- Quizás debas llamar a Sammy - dijo mientras acariciaba a Muffin.
- ¿Crees que quedó muy preocupada?
- Yo diría que bastante - rió.
- Está bien, la llamaré y le avisaré que mañana iré a trabajar.
- Buena idea - sonrió.
Dejé a Niall jugando con Muffin y me dirigí hacia el teléfono y marqué el número de Sammy. No habían pasado ni dos timbradas que ella ya había respondido.
- ¿Sammy?
- ¿Callie? oh Dios, gracias al cielo que estás bien, ¿qué ocurrió? ¿por qué no viniste a trabajar?
- Cálmate, estoy bien, estaba algo cansada.
- Creí que te había pasado algo malo - exhaló una gran bocanada de aire.
- No pasa nada, de verdad estoy bien - escuché murmullos. - ¿Son los chicos?
- Si, ellos también estaban algo preocupados, dicen que nos abandonaste.
- Ponme en altavoz - reí.
- Listo.
- ¡No los abandoné pedazo de estúpidos! - reí.
- ¡Eso dices, pero no te veo aquí! - exclamó Louis tratando de no reír.
- ¡Cállate Tomlinson!
- Oye, dinos algo, ¿quién es el chico que le avisó a Sammy que no vendrías? - preguntó Lilly.
- ¿Qué?
- Callie, eres todo una picarona, ¿quién es tu novio? - preguntó Liam.
- No es mi novio - la sangre se me subió a las mejillas.
- Sí, claro - rió Louis.
- ¡En serio! es un amigo, ya dejen su estúpido cuestionario - reí nerviosa.
- ¿Vendrás mañana?
- Claro que sí Sammy, no puedo dejarlos tanto tiempo solos.
Una ola de gritos se escuchó del otro lado del teléfono y no pude evitar reír como loca, ¿qué haría yo sin estos chicos en mi vida? en cuanto logré tranquilizar y contestar todas las preguntas de los chicos pude cortar la comunicación.
Volví a la sala con Niall y una sonrisa se asomó en mi rostro al verlo jugando con Muffin, ese par eran realmente adorables.
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En los brazos del Ángel. «Horan»
FanficUna chica desesperanzada. Un chico con los ojos color del cielo. ¿Crees en los milagros?