Capítulo ocho.

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- Buenos días ¿qué va a llevar? - dije sin levantar mi vista pues estaba guardando un cambio de una orden anterior.

- Tiempo sin vernos - dijo una voz dulce, levanté mi vista y vi a un sonriente Niall.

- Hola Niall - sonreí. - Es verdad, tiempo sin vernos, te desapareciste.

- He estado ocupado, es por eso, me alegra verte trabajando aquí - rió. 

- A mí también me alegra estar aquí, estoy muy a gusto.

- Que bueno, ¿cuándo termina tu turno?

- Pues, hace unas dos horas abrimos, recién termino a las 4. - Sonreí. - ¿Qué vas a llevar?

- Un café normal chico.

- Muy bien - anoté su nombre en el vaso de cartón y lo dejé junto a los otros pocos vasos que aún estaban en espera para preparar. - Enseguida te llaman.

- Gracias Callie, no te retengo más, nos vemos - sonrió.

- Adiós. 

Cuando Niall tomó su café, buscó mi mirada y se despidió de mí haciendo un saludo con su mano, el cuál correspondí con una sonrisa y seguí trabajando. 

- ¿Es tu novio? - preguntó Sammy en la que yo esperaba que un cliente se decidiera a pedir.

- ¿De quién hablas?

- No te hagas, el chico rubio, es lindo.

- No, sólo es un conocido.

- Un muy lindo conocido - rió y yo igual.

- Hablaremos en el almuerzo, mejor sigamos trabajando.

- Tienes razón, al parecer Louis y Lilly no aparecerán, así que nos toca un poco más de trabajo, ya verán esos dos.

Yo solo reí y seguí atendiendo a la gente, al caer el mediodía todo se tranquilizó un poco y decidimos cerrar el local por una hora para poder comer.

- ¡Estoy muy cansada! - dijo Sammy mientras reía.

- Que floja eres - rió Zayn. 

- Es que hoy tuvimos el doble de trabajo por los hermanitos Tomlinson y Emma.

- Paso a explicarte - me miró Liam. - Louis y Lilly son los hermanitos Tomlinson, trabajan aquí pero a veces suelen faltar, nunca uno sí y otro no, si faltan, faltan los dos juntos - carcajeó. - Y pues Emma se la puede justificar, tenía que ir al médico y lo avisó hace ya tiempo, es otra compañera, es algo loca pero te caerá muy bien.

- Espero caerles bien a ellos - exclamé dándole una mordida a mi hamburguesa. 

- Verás que sí, a nosotros nos caes muy bien, así que a ellos igual.

- Eso espero Sammy.

Disfruté el resto del almuerzo con mis nuevos compañeros y amigos, para luego volver a abrir el local y seguir con nuestro trabajo.

- Callie, ya son las 4.

- ¿Ya? - pregunté extrañada y miré el reloj. - Cielos, el tiempo se me fue volando - reí. 

- Ven, ya es hora de la salida, nuestros reemplazos ya llegaron.

- Está bien.

Seguí a Sammy y fuimos a los vestidores para ponernos la ropa de calle y salimos juntas del local.

- Bueno chicas, será hasta mañana - sonrió Liam. 

- Adiós señoritas, nos vemos - saludó Zayn dándonos a ambas un beso en la mejilla. 

Nos despedimos de ellos y Sammy me miró. 

- ¿Por dónde vives?

- Oh, yo vivo en uno de los edificios de Fleet Street.

- ¡¿De verdad?! ¡Yo vivo solo a dos calles de ahí!

- ¿En serio? - pregunté emocionada. Sammy asintió. - ¡Genial! entonces nos volvemos juntas.

Sammy era una chica fantástica, era loca, divertida y muy buena persona, me gustaba lo mucho que hablaba, era una persona con la cual nunca podrías aburrirte, estaba feliz de por fin tener compañeros de trabajo tan geniales. Realmente haber tomado este empleo había sido una gran idea. 

En los brazos del Ángel. «Horan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora