La pijamada que tuve con las chicas era justamente lo que necesitaba, pude olvidarme todo por esa noche, reímos, nos divertimos, bailamos, miramos películas, contamos historias de terror e hicimos locuras.
Dedicamos un momento de la noche para planear algunas cosas también, yo no era la única enamorada del grupo... Lilly y Emma tenían esos sentimientos por Liam y Zayn que no sentían seguras de confesar.
Con Sammy las aconsejamos y les dimos valentía para que lo hagan, solo faltaba que ellas dieran el paso o mejor dicho, que ellos lo dieran.
Dormimos muy poco esa noche, pero fue de lo mejor.
Al otro día nos levantamos cuando ya eran más de las 2 de la tarde, almorzamos unas hamburguesas y al terminar decidimos partir cada quien para su hogar.
Me sentía más fresca y un poco más segura, pero aún tenía miedo de lo que pudiera encontrarme al llegar a casa.
La noche anterior había dejado a Niall solo con un grito y un portazo... y por supuesto no había contestado ninguna de las 20 llamadas (literalmente 20) que me había hecho.
A paso lento fui a mi casa, pero llegué mucho más rápido de lo que hubiera deseado.
En cuanto estuve frente a mi puerta tomé una gran bocanada de aire y muy despacio y en silencio comencé a abrir la puerta. No había señales de Niall.
Solté el aire que tenía acumulado, me dí media vuelta para cerrar la puerta despacio.
- Callie - mi cuerpo se tensó al escuchar la severa voz de Niall.
- Hola - dije en un susurro aún sin mirarlo.
- Callie - repitió pero yo no lo miré, estaba muy ocupada en respirar hondo una y otra vez.
Escuché como él suspiraba y sus pasos se acercaban a mí, una de sus manos se posó en mi cintura y con la otra atrapó mi mentón obligándome a mirarlo. Se me partió el corazón en millones de pedazos al verlo tan demacrado, parecía que había pasado una mala noche y se notaba un fino rastro de lágrimas en él.
- Nialler... - susurré antes de abrazarlo con toda la fuerza que fui capaz.
Él me abrazó aún más fuerte y hundió su rostro en mi cuello mientras dejaba escapar en murmullos mi nombre.
- Perdóname - exclamó mirándome mientras sus ojitos se cristalizaban. - Lo que sea que haya hecho que te puso así ayer, te pido perdón Callie, realmente lo siento, pero no vuelvas a dejarme de esa manera cielo, por favor jamás vuelvas a hacerlo.
- Oh Niall - besé sus mejillas, su frente y sus ojos antes de volver a abrazarlo con fuerza.
- En serio lo lamento...
Lo tranquilicé un poco y nos dirigí a la cocina, lo obligué a que se sentara y le preparé un té para que se calme. Lo observé tomarlo y acaricié su cabello para tranquilizarlo, cosa que funcionó.
- ¿Por qué te fuiste así? me había preocupado mucho...
- Lamento haberte gritado - dije sin dejar de acariciar su cabello. - Es solo que... cuando llegué de trabajar y me recibiste tan... frío y distante creí que había hecho algo mal y cuando te fuiste me la pasé llorando hasta que Sammy llamó para que vaya a su casa...
- Realmente lo siento - dijo él tomando mi mano y besándola. - Te juro que no volverá a pasar, lo siento, tenía muchas cosas en la cabeza por culpa de los Arcángeles, Callie nunca dudes de lo mucho que te quiero y de lo que significas para mí, por favor jamás lo dudes.
Lo miré con una pequeña sonrisa que se me escapaba de los labios y lo abracé con fuerza. Él también lo hizo.
- Lo tendré siempre en mente - susurré. Lo miré. - ¿Te apetece hacer algo hoy?
- ¿Nosotros dos?
- ¿Quiénes más sino? - reí.
- Quizás lo decías por nosotros y los chicos - se encogió de hombros.
- No, esta vez seríamos solos tú y yo, ¿qué dices?
- Me parece muy bien - sonrió y esta vez, la sonrisa llegó a sus ojos.
- El día está precioso - señalé mirando hacia afuera. - ¿Adónde quieres ir?
- Escoge tú - me lo pensé un momento y sonreí.
- Vamos por un helado y podemos ir hasta el parque.
- Me parece bien - se levantó de su lugar y sonrió. - ¿Vamos?
- Si.
La tarde que pasamos ese día había sido de lo más maravillosa, todo lo malo que había ocurrido el día anterior ya era parte del olvido, Niall estaba contento, sonriente, relajado y sobre todo hecho una dulzura conmigo.
Compramos helados y nos la pasamos paseando de un lado para otro disfrutando del cálido sol de ese día.
El parque estaba lleno de familias que habían decidido hacer igual que nosotros, caminamos tomados de la mano por petición de mi bello ángel y aunque yo me ruboricé un poco no puse objeción.
Amaba sentir su cálida mano envolviendo la mía, las mariposas no dejaron mi estómago en paz en toda la tarde.
Llegamos al lago artificial que se encontraba en la parte central del parque y riendo como dos niños, bailamos en la punta del pequeño muelle que se hallaba ahí utilizando el relajado sonido del agua calma del lago, sumados a nuestras risas como música.
- Este día ha sido increíble - murmuró Niall mientras veíamos la puesta del sol.
Él estaba sentado a la orilla del muelle con sus piernas colgando mientras que yo me hallaba sentada sentada sobre su regazo abrazándolo por la cintura mirando aquel espectáculo que ponía fin al día.
- Lo mismo digo - reí por lo bajo.
- Gracias - exclamó mirándome con ternura en sus ojos.
- ¿Por qué?
- Por todo - susurró pegando su frente a la mía.
El corazón comenzó a latirme con fuerza y mi respiración se entrecortó cuando vi que él cerraba con lentitud sus ojos... ¿sería acaso que él sentía lo mismo que yo? ¿era eso posible?
Sí... lo era.
Cerré mis ojos y una de mis manos acarició su mejilla para luego pasar a su cabello.
Sentí como un escalofrío recorrió el cuerpo de Niall, luego sentí su respiración chocando contra mis labios...
- ¡Mierda! - dijimos los dos al mismo tiempo separándonos y cubriendo nuestros oídos con mueca de dolor.
Nuestro casi beso había sido interrumpido por un show callejero, ellos ocupaban micrófonos y en un mal movimiento de los mismos hicieron que un sonido agudo y ensordecedor saliera de los parlantes... no éramos los únicos en el parque cubriendo nuestros oídos.
- Será mejor que nos vayamos ya - exclamó Niall, lo miré y noté mordiéndome el labio para no reír que miraba con odio en dirección a los que habían interrumpido nuestro momento.
- Vamos entonces - dije por lo bajo.
- Te compensaré por esto - dijo con un deje misterioso mientras tomaba mi mano.
- ¿Qué? - una sonrisa traviesa surcó su rostro.
- Ya verás - guiñó un ojo y con mi impaciencia al límite, nos dirigimos a casa.
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En los brazos del Ángel. «Horan»
FanfictionUna chica desesperanzada. Un chico con los ojos color del cielo. ¿Crees en los milagros?