Esa mañana lo que me despertó no fue ni el escandaloso sonido de mi alarma o los maullidos de mi pequeño minino, fue el delicioso aroma a desayuno que inundaba la casa.
- ¿Callie? - la melodiosa voz de Niall se escuchó.
- Estoy despierta - avisé estirándome.
- ¿Vas a desayunar?
- Por supuesto, huele delicioso, dame 10 minutos que me doy una ducha.
- Claro, hazlo tranquila, Muffin ya desayunó.
- Gracias Nialler, eres todo un encanto - reí.
Él agradeció mi cumplido y yo me fui directamente al baño. Tener a Niall viviendo conmigo sería una total bendición, hacía mucho tiempo que alguien no se ocupaba de mí, me hacía el desayuno, se preocupaba por mí o me consentía. Sin duda alguna Niall era un ángel guardián sin igual.
En cuanto terminé de ducharme y me vestí, corrí hacia la cocina para poder comer el delicioso desayuno, moría de hambre.
- Aquí tienes - sonrió el rubio y dejó ante mí un gran plato de hot cakes.
- Muchísimas gracias Niall - sonreí.
- No es nada, anda come, necesitarás energía para hoy.
- Claro.
No me cabía duda que Niall había invertido muy bien el tiempo en la tierra, me había dicho que había aprendido a cocinar y al parecer lo había hecho de maravilla, saborear su comida era como deleitarse con un pedazo de cielo que se derretía en tu boca.
- ¿No le habrás puesto alguna especia traída del cielo por casualidad? - él se echó a reír.
- No, todo lo cociné con lo que tenías en tu cocina - volvió a reír.
- Está delicioso, en serio, hace mucho tiempo no probaba algo así.
- Me alegro que te guste.
Le regalé una sonrisa, terminé mi desayuno y me despedí de él y de Muffin para poder ir a encontrarme con Sammy para así encaminarnos al trabajo. Antes de irme él me dio una bolsa de papel en la cual se encontraba mi almuerzo, lo abracé para agradecerle y me fui.
- ¡Buenos días! - oí decir a Sammy y me abrazó con fuerza. - ¡Te extrañamos mucho ayer!
- Lo siento, el inventario me dejó agotadísima - hice un puchero y ella rió.
- Lo sé, el chico que me llamó me lo dijo, creí que te habría ocurrido algo.
- Estoy bien, solo estaba cansada y Niall me contó que tuvo que tratar de calmarte porque un poco más y te agarraba un ataque de histeria - reí.
- Y bien, ¿quién éste tal Niall? - arqueó una ceja.
- Ya te dije que es solo un amigo - reí.
- ¿Segura?
- Segurísima, es un muy buen amigo mío, es más, tú lo conoces.
- ¿Si? - ella arrugó la nariz confundida.
- El chico rubio de la otra vez que dijiste que era lindo.
- ¡¿Ese es?! por dios Callie, ese chico es precioso.
- Sí, es muy bien parecido - reí.
El resto del camino la conversación fue en torno a mi bien parecido ángel guardián, claro que eso es algo que no podía contarle a Sammy ni a nadie. Primero que nada, me creerían loca y además Niall no tenía permiso de contarme a mí sobre su verdadera identidad, con lo cual menos podía revelarlo yo con otras personas, así que me quedé callada.
Llegamos a la cafetería con rapidez, como hacíamos siempre, y vimos a los chicos sumidos en una agradable conversación. Al verme, Louis vino corriendo para abrazarme y los demás lo siguieron.
- Hablaremos en el almuerzo y contestaré todas sus dudas - dije luego de que todos me asfixiaron.
- ¿Por qué no ahora? - hizo un puchero Liam.
- Porque es hora de abrir y nos van a reprender a todos - exclamó Emma riendo. - Luego la interrogamos.
- Muy bien, manos a la obra - gritó Zayn mientras frotaba sus manos.
Con Sammy nos dirigimos a los vestidores para poder colocarnos los uniformes y fuimos a ayudar a nuestros amigos. En menos de 30 minutos el local ya había sido abierto.
La gente como todas las mañanas comenzó a llegar por montones. En un rato el lugar estaba lleno, personas iban y venían con sus pedidos. Fue una mañana algo ocupada.
Todos suspiramos de alivio cuando la hora del almuerzo llegó y pudimos sentarnos y relajarnos aunque sea por una hora.
- Creo que hoy hubo más gente de la usual - comentó Lilly.
- Así parece - resopló Liam.
- Bueno, estamos en nuestro descanso, será mejor comer y reponer energías - sonreí.
- Tú no te escaparás tan fácil de tu interrogatorio - amenazó Emma.
- Bien, disparen - reí y comencé a sacar mi almuerzo.
Los chicos me llenaron a preguntas, la gran mayoría referidas a Niall y en cuanto aclaré todas sus dudas pudimos comer tranquilos y empezar a planear lo que haríamos el fin de semana acompañados de comentarios tontos.
- Cielos Callie, tu almuerzo se ve fenomenal, ¿dónde lo compraste? - preguntó Zayn.
- No lo compré, me lo hicieron - bajé la mirada y sonreí. Niall se había esmerado.
- ¿Quién te lo hizo?
- No seas metiche Louis - lo reprendió Liam.
- Fue Niall - me encogí de hombros restándole importancia mientras me metía un bocado a la boca.
- ¿Estás segura que él es solo un 'amigo'? - preguntó Louis riendo.
- Ya déjala en paz - exclamó Lilly.
- Hazle caso a tu hermana nalgón, Niall es solo un amigo y ya lo dije mil veces.
- Dilo cuantas veces quieras, pero no te creeré.
- Problema tuyo - le saqué la lengua.
- Cálmense los dos y mejor comamos - rió Zayn.
Seguimos en lo nuestro aunque Louis se encargó de molestarme con Niall durante todo el almuerzo, los demás reían y le seguían la corriente, yo también terminé riéndome. Eran unos locos sin remedio, pero al fin y al cabo eran mis locos y me hacían feliz.
Volvimos a nuestros puestos de trabajo al terminar de almorzar y nuevamente la gente comenzó a llegar en grandes cantidades. Como siempre me quedé atendiendo en la caja recibiendo con una sonrisa a todas las personas que hacían sus pedidos.
- Hola - exclamó una voz conocida.
Sonreí siquiera antes de mirarlo.
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En los brazos del Ángel. «Horan»
FanfictionUna chica desesperanzada. Un chico con los ojos color del cielo. ¿Crees en los milagros?