Capítulo Catorce

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Caigo en bancarrota

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Caigo en bancarrota.

Alison me deja con la boca prácticamente abierta. Ella ganó. Es la primera vez que alguien me gana en este juego y sorprendentemente fue una niña de seis años quién logro vencerme.

—¡Ya no tienes nada! —me dice y yo asiento aún sin creérmelo.

—Tú-tú ganaste —respondo casi riéndome y una sonrisa enorme aparece en su cara.

—¿Ahora puedo comprar chocolate? —pregunta inocentemente.

—Es la primera vez que alguien me gana jugando esto... fue tu primera vez jugando... ganaste y lo único que piensas es en comprar chocolate...

Al terminar de guardar todo, ella aún espera mi respuesta

—Quizás después —respondo para evitar decirle que no antes de regresar la caja al armario—. ¿Ya viste eso? —digo abriendo la puerta al pequeño balcón y en menos de cinco segundos está afuera conmigo.

El cielo está pintado de diferentes tonos brillantes y hermosos de naranja, rosa y morado en una perfecta combinación.

—¿Qué es eso? —pregunta al llegar a mi lado y se asoma por entre las barras metálicas del barandal.

—Se llama cielo y es eso que está lleno de colores por encima —contesto mostrándole con el dedo.

—Es bonito —dice haciendo sonreír.

—¿Qué color te gusta más? ¿Conoces los colores? —le pregunto.

—Sí. Me gusta el morado —responde casi de inmediato.

Luego de que hemos observado por horas y el cielo se ha cubierto de estrellas, entro de nuevo en el apartamento y me dispongo a prepararle un baño.

Me aseguro de que el agua esté en una temperatura perfecta y luego convierto el agua en espuma llena de pequeñas burbujas que se revientan con solo tocarlas.

—¡Alison! ¡Ven aquí! —la llamo y en segundos puedo escuchar sus pequeños piecitos contra el suelo mientras corre, sin embargo, se queda petrificada justo en la entrada—. Entra, vamos a darte un baño —digo tomándola del brazo. Le ayudo a quitarse la ropa y en cuanto intento acercarla a la bañera sus ojos se cristalizan y se resiste a entrar.

—¿Qué tienes? —le pregunto.

—Baño —dice antes de sacudir su cabeza.

Tiene miedo.

Me muerdo el labio mirando la espuma que espera por ella y tomo un poco con la mano antes de tocarla con ella en el brazo, lo que solo logra hacerla llorar.

—No... no llores —digo sintiéndome terrible— no pasa nada, no quería asustarte mira... es solo agua —intento demostrarle, untando espuma también en mi brazo, pero ella solo continúa llorando y sacudiendo la cabeza hasta que la suelto y entonces huye de mí.

[BORRADOR] EL CÓDIGO QUE NOS UNE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora