Capítulo 25

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Delante del espejo, únicamente en bragas y sujetador, me miraba de un lado a otro acariciando mi vientre que seguía plano.

¿Estaba embarazada de verdad? ¿Y si Nolan y Leonor se estaban quedando conmigo? De ella me lo esperaba pero Nolan se tomaba su trabajo muy en serio y jamás diría algo como eso en su trabajo.

–Hola, ser que se encuentra dentro de mí. No te enfades porque me pusiera hecha una furia cuando me enteré, entiéndeme, soy Meredith Martin, el ser más golfo que puedes echarte a la cara. No sé si llegarás a conocerme porque, te juro que no sé qué hacer contigo. Aunque, si llegas a nacer, espero que no te acuerdes de esta conversación.

Dejé de tocarme la tripa y me puse un vestido ancho combinado con unas Converse. Nolan me había conseguido cita con una ginecóloga de allí para ver al bebé. Con el móvil en la mano, busqué el número de Kilian. No hacía más que meter la pata con él; había huido cuando me dijo que me quería. Yo sabía que no tenía corazón pero, ¿tan poco? No tenía ni vergüenza.

Tenía una cosa clara y era que seguramente, no quisiera saber nada de mí, por eso, cogí mi mochila con las llaves y salí de casa directa al hospital.

–¿Quieres que entre contigo? –Preguntó Nolan cuando llegué al hospital. En ocasiones odiaba que fuese gay pues no tenía ni una oportunidad de acostarme con él y esa bata le sentaba de maravilla.

–No. Si no es Kilian, no quiero que entre nadie. Si supiera utilizar el ecógrafo, no estaría ni la ginecóloga. –Admití mientras mi amigo me dirigía hacia la sala en la que tenía que esperar hasta que me llamaran.

A lo lejos, distinguí la figura de Kilian. Estaba hablando con un hombre de piel oscura y bastante alto. Tuve que pararme en seco y miré a Nolan que entendió mi mirada. Lo estaba haciendo. Estaba huyendo otra vez de él.

–Si quieres, por este pasillo también se puede llegar y... –Empezó a explicar pero le tapé la boca con la mano. Me estaba comportando como una gilipollas, estaba dejando de lado a una persona que me quería en un momento importante.

Todo mi cuerpo comenzó a temblar a cada paso que daba hacia Kilian que tan siquiera se había dado cuenta de mi presencia pues estaba demasiado absorbido por la conversación que le daba el otro hombre. Al llegar, el rubio giró la cabeza para mirarme directamente. Su rostro era serio y sus labios dibujaron una fina línea. No supe qué decir, solo me quedé mirándolo. Estaba tan guapo con el uniforme de enfermero...

–¿Y tú quién eres? –Preguntó el chico que estaba a su lado.

–Soy Batman. –Contesté ofreciéndole la mano. Él me miró levantando una ceja y empecé a juguetear con mis dedos sin saber qué decir porque me había intimidado y mucho. –Lo siento, estoy un poco nerviosa. Soy Meredith.

–¿Esta es Meredith? –Preguntó a Kilian. –Tío, ¿qué te pasa con las mujeres raras? ¿Atraes a todas?

–¡Eh! Yo no soy... Vale, tienes razón. –Admití encogiéndome de hombros. –¿Y tú quién eres?

–Es Kevin, mi mejor amigo.

–Kevin, ¿nos puedes disculpar un segundo? Tengo que hablar con él y...

–No quiero hablar contigo. –Respondió Kilian dándose la vuelta. –Ya quedó todo claro el otro día. No quiero volver a sufrir lo que sufrí con Spencer.

–Kilian... Por favor... Es importante y...

–¿No has oído lo que te ha dicho? –La voz de Kevin consiguió que apartara la vista del rubio que cada vez estaba más lejos. –Déjale en paz.

–Kevin, le he escuchado perfectamente, pero no sé si tu mejor amigo te ha contado que estoy embarazada de él. –Sus ojos abiertos de par en par, dieron a entender que, evidentemente, no sabía de lo que estaba hablando. –Y sé que me he comportado mal con él, pero él sabe también la razón por la cual lo he hecho. Me gustaría disculparme, de verdad que me encantaría. Sé que en ocasiones soy difícil de tratar, no es nada nuevo, pero me gustaría que estuviera en la primera ecografía del bebé, solo por si al final decido tenerlo. –Un silencio se formó entre los dos. Kevin analizaba lo que acababa de decir, lo sabía porque sus ojos reflejaban su pensamiento. –Tengo cita a las 12:30. Si quiere venir, allí estaré.

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