Capítulo 18

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En el diván, empezaban a cerrárseme los ojos. A esa hora tenía un paciente pero al final, me dejó y esperaba que no fuese por ir a ver a su ex mujer.

Empecé a hacer garabatos en mi libreta cuando la puerta de mi despacho sonó. Al abrirse, vi a Kilian que llevaba una camiseta blanca que dejaba a la vista sus brazos con tatuajes y unos vaqueros por las rodillas cortos. Llevaba tanto tiempo sin sexo que hasta su brazo musculoso me ponía cachonda.

–¿Quieres que te revise la cabeza? –Pregunté dejando el pequeño cuaderno en una mesilla.

Él sonrió pícaramente y se quitó la camiseta. Se acercó hasta donde yo estaba y puso sus brazos en los posabrazos.

–No. –Susurró contra mi oído mordiendo el lóbulo. –He venido porque mi vela se pasa el día izada.

–¿Eso es que te rindes?

–No. –Pegó un mordisco en mi mandíbula que erizó mi piel. –Quiero que te rindas tú.

–Tengo que trabajar, Kilian.

–Tienes una hora libre.

–¿Cómo lo sabes?

–Me tiré a tu secretaria. –Dijo desabrochándo el botón de mi camisa.

–Maldita María...

–No estoy hablando de droga, estoy hablando de tu secretaria: la de pelo castaño.

Rodé los ojos y le di un empujón para que se apartara de mí. Se quedó sentado en la silla que estaba en frente de mí y terminé de desabrocharme los botones de mi camisa que tiré encima del diván. Después, me senté a horcajadas encima de Kilian y paseé mis manos por su torso desnudo.

–Voy a hacer que me supliques por tener sexo. –Dije levantando una ceja. Bajé mis labios hasta los suyos y lenta y provocativamente mordí su labio inferior. Cogí sus manos y las llevé hasta mi trasero. Acto seguido, comencé a restregar mi entrepiernas contra la suya haciendo que soltara un gemido.

–Mer, Elisa, tu paciente de las... –Dijo Chase entrando. Me levanté corriendo de Kilian y empecé a carraspear.

–Y así es como aprendes a controlar los impulsos sexuales. –Expliqué colocándome el pelo. Miré a Chase y me encogí de hombros. –Es una nueva técnica. Enseño a los pacientes ninfómanos a controlarse.

–Ya... En fin, que Elisa ha venido antes, pero si quieres puedo dejarte terminar con tu 'nueva técnica'.

–No, no. Esto... Dila que pase. –Respondí poniéndome la camisa. Tiré a Kilian su camiseta que me miraba riéndose. Chase cerró la puerta.

–Ahora soy ninfómano...

Ya, la verdad es que deberías hacértelo mirar, aunque te aseguro que no existe ninguna nueva técnica.

–¿De verdad? Qué decepción y yo que pensaba que las ganas se quitaban como la resaca: con más sexo.

–Deberías irte, tengo una paciente.

–¿Quedamos esta noche? –Se acercó más a mí poniendo sus manos en mi cintura. –Podríamos acabar la apuesta.

–He quedado con Chris, le prometí que le acompañaría a una fiesta de su empresa. –Contesté apartándome de él. Tenía una paciente esperando y no podía seguir distrayéndome.

–¿Con Chris? ¿Por qué?

–¿Cómo que por qué? Quizás porque es mi amigo.

–¿Solo tu amigo? –Preguntó con el ceño fruncido. –Creo recordar haber visto su nombre en la lista.

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