Tras horas y horas de espera, tuvimos noticias de Kilian y por primera vez, eran buenas. Había conseguido estabilizarse al fin y yo, respirar, no muy tranquila, pero respirar al fin y al cabo.
Intenté pasar a verle, había visto a sus padres entrar en el pasillo que llevaba hacia la habitación en la que se encontraba pero al no ser familiar, no podía pasar a la UCI. Necesitaba verlo, necesitaba asegurarme de que seguía vivo. Por suerte, Leonor y Nolan, consiguieron meterme sin que nadie se enterase, aunque no por mucho tiempo.
Abrí la puerta con cuidado y me metí, entonces, le vi allí tumbado haciendo que mi corazón se saltara un latido. Visiblemente, tenía una venda en la cabeza, un gran raspón que viajaba desde su mentón hasta la ceja y su brazo izquierdo en cabestrillo al igual que si pie que estaba levantando por unas cuerdas. Tragué saliva. Sus ojos estaban cerrados y parecía tan tranquilo que me daba miedo despertarle sabiendo que eso no iba a pasar: era imposible. Despacio, arrastré la pequeña butaca de la habitación hasta ponerla al lado de la camilla. Volví a tragar saliva. Estaba nerviosa y no quería llorar, no podía permitírmelo, tenía que decirle tantas cosas... Cogí su mano que tan siquiera se movió y acaricié despacio el dorso de su mano.
–Hola, Kilian, soy Meredith.. Sé que quizás no quieras verme porque he sido un poco... Gilipollas, sí, esa es la palabra, contigo, pero necesito contarte algo, una gran noticia... Si despiertas, en unos 8 meses, vas a tener a un cabezón como tú (o una cabezona) entre tus brazos... Pero para eso, tienes que despertar... No puedes quedarte en coma. Tienes que ser fuerte, sobrevivir, salir de esta porque sin ti, yo no puedo hacer esto: te necesito, ¿puedo chantajearte diciendo que podrás elegir tú el nombre del bebé?
»Vale, sí. Tienes razón. Me estoy yendo por las ramas para no decirte lo que de verdad quiero decir y es que... Me he dado cuenta de una cosa estando tú aquí en el hospital. Bueno, de dos. La primera es que odias a Chris porque se parece a Hudsie. –En serio, ¿qué clase de nombre es ese? – Ante eso, tengo que decirte que no hace falta que te pongas celoso, nos acostamos una vez, pero, como te dije aquel día en mi casa, con él fue algo carnal, en cambio, contigo... Todo es diferente, es más especial, es mucho más.
»No se me da bien decir cosas bonitas. –Admití apretando su mano con fuerza. –Pero digamos que tú para mí eres... Como para Thor su martillo, nene. Bueno, ojalá fueses Thor también, pero Elsa Pataky se nos ha adelantado y... Ya estoy desvariando otra vez. En fin, lo que quería decir es que... Bueno, vale, sí. Te quiero, ¿ya estás contento? Has tenido que estar al borde de la muerte para que me diese cuenta de ello, de lo mucho que duele tu ausencia y la simple idea de no volver a verte jamás o a hablar contigo o a hacer el tonto o que no vayas a ver a retoño. Sé que tú te diste cuenta antes que yo de lo que sentía por ti, pero tengo una cabeza dura, como diría mi madre y cuando algo se me mete en la cabeza... –Supe que no era posible pero parecía que sonreía o eso es lo que yo quería que hiciera. Suspiré y me pasé la mano que no estaba sujetando la suya por el pelo. –Debería haberte dicho esto antes, pero ni yo lo sabía. Por eso... Espero que puedas despertar y que lo escuches para que te hagas el tatuaje que me debes, veas la primera ecografía o ver todas las películas de Marvel juntos... Vale y también echo de menos el sexo contigo: eres una bestia en la cama. –Bromeé. Llevé una mano hasta su cara y la acaricié lentamente. Solté un suspiro y salí de allí; llevaba demasiado tiempo y no quería que mis amigos tuviera problemas por mi culpa. No me había dado cuenta de ello, pero toda mi cara estaba llena de lágrimas que me quité con la palma de la mano.
Malditas hormonas.
Al salir de la habitación, me choqué con la chica que se encontraba en el salón aquel día que dije que estaba embarazada a Kilian. Tenía la misma cara que él pero su actitud era tan diferente... Kilian siempre estaba sonriendo y a ella, las dos veces que la había visto, tenía el ceño fruncido.
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¿Quieres jugar? Juguemos
Romance[COMPLETA] Una apuesta. Dos implicados. ¿Quién conseguirá acostarse con más personas en un mes? Meredith es una maniática del control con ganas de comerse el mundo y llevarse todo lo que se le ponga por delante, por lo que no se lo pondrá nada fác...