Capítulo 23 - Los ángeles bajaron y me enamoraron con su risa

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Natalia Prov:
Han pasado una semana desde que salimos del hospital, tengo que andar con muletas porque mi pierna no está del todo bien y Juli debe ir a kinesiología para recuperar la movilidad de su brazo en totalidad, pero estamos vivas y eso es lo importante. Hoy iniciamos el colegio y Olgui ya se metió en problemas, resulta que una tipa con cara de matona empujó a Juli y tiró mi muleta, esa pobre chica se llevó un buen puñetazo por parte de Olgui que de seguro la dejó con la nariz torcida de por vida y a nosotras con una suspensión por tres días por meternos en peleas, que digo, soy una lisiada luchadora, no puedo dejar que mis chicas peleen sólas. Así que como no habrá colegio en tres días decido ir a comprar algo de ropa, es mi placer culposo, cada vez que puedo vengo a comprar algo, no les dije a las chicas porque sabría que insistían en que me quedara en casa descansando y la verdad ya estoy aburrida de tener el trasero pegado al sofá de la sala, pienso darme una tarde de compras, no me importa cuánto me demore con la maldita pierna mala que tengo.

Recorrí varias tiendas y ya tengo varias bolsas en mi mano y me es un poco difícil moverme, así que decido sentarme un momento, además ya tengo hambre y por lo visto hay un restaurant de hamburguesas al frente, voy directo a él y cuando intento sentarme hago un desastre porque dejó el reguero de ropa en el local, uno de los empleados me ayuda a recoger todo, es bastante guapo y tiene una sonrisa encantadora, sería un candidato perfecto para una conquista de una noche. Así es, Natalia Afanador volvió a las pistas señores, no pienso volver a entregar mi corazón a nadie, solo sexo loco y salvaje y después me voy, esa es mi política de ahora en adelante, al parecer soy la última en llegar al local antes de cerrar, porque cuando termino de comer soy la única que está en el local, pago y me dispongo a irme, ya es tarde y de seguro las chicas están preocupadas, ya he tardado mucho, voy algo inestable con las bolsas y las muletas, cuando siento una mano arrebatarme las bolsas, es el mesero candente.

-Creo que necesitas ayuda señorita, soy Derek y me encantaría acompañarte a tu casa- me sonríe, arrogante, es lo único que se me viene a la mente.

-Lo siento amigo, pero nadie llega a mi casa, aunque tengo problemas para caminar como puedes ver, así que te permito que me acompañes hasta el taxi- le digo comenzando a caminar hacia los taxis que están a dos cuadras.

-¿No me quieres decir tu nombre hermosa?-este jura que me tiene en sus pantalones.

-Natalia y es lo único que obtendrás de mí- solo me falta una cuadra para llegar a mi destino.

-Bonito nombre, estoy pensando en con que rimarlo, pero no se me ocurre nada- dice soltando una pequeña risa- Ahora, sé que te mueres por salir conmigo, así que dime dónde vives y yo mañana paso a buscarte- Okay esto sobrepasó mis límites y ya no me puedo aguantar la risa, sale explosivamente y el pobre tipo, ¿De verdad piensa que eso le funcionaría? Por lo menos ya llegamos a los taxis, en ese instante me siento observada, no le doy mayor importancia, le quitó las bolsas y le respondo.

-Lo siento amigo, pero no eres mi tipo, tienes pene y yo soy lesbiana, adiós- miro su cara y vuelvo a soltar otra carcajada mientras me subo al taxi, lo sé soy mala, pero no iba a dejar que un arorgante se metiera en mi ropa interior, el viaje se me hace corto, le pago al conductor, le doy las gracias y me bajo. Apenas abro la puerta veo la cara enojada de Makis al frente mío

-¿TÚ TIENES EL CELULAR DE ADORNO O QUÉ? LLEVAMOS HORAS LLAMANDOTE Y TU SÓLO HACES CASO OMISO, ESTABAMOS PREOCUPADAS IDIOTA, SUBE A TU HABITACIÓN EN ESTE MOMENTO, ESTAS CASTIGADA- veo que apunta las escaleras y juro que no puedo cerrar la boca, no sé en qué momento se invirtieron los papeles, ahora es Makis la mamá del grupo y yo soy la que está castigada ¿Qué demonios? Beso su frente y subo a mi habitación, escucho a mis espaldas refinfuñar a Makis, esto es comi-tragico, yo estoy castigada y Makis es un minon morado enojado, pues ya que, no le queda otra que dormir.

Ian Prov:
Tenía pereza, no iba a cocinar, así que me decidí ir a comprar a un restaurant italiano que hay al lado de uno de hamburguesas, hemos recorrido varios lugares, decidimos partir buscando por lo colegios a las chicas, pero hasta el momento no hay resultados, Daniel, Ryan y Dylan se están desesperando, Tyler con un humor de perros y yo, bueno, yo trato de mantener a mi grupo unido e integro, voy tan inmerso en mis pensamientos que no me doy cuenta que ya estoy por llegar. Una escandalosa pero hermosa risa llama mi atención, me hizo acordar a Natalia, mi corazón se acelera mientras dirijo mi vista desde donde viene esa risa tan especial,  veo a una pareja, ella se ríe y el tiene cara de lelo, me acuerdo de la cara yo tenía cuando conocí a Natalia, ella es la viva imagen, siento que mi corazón va a explotar, es mi Naty, no es posible, intento acercarme para corroborar pero no alcanzo, ella se sube a un taxi y se va, se me escapa de las manos, no puedo reaccionar, están bajando los ángeles del cielo y uno de ellos me ha enamorado con una risa, se lo debo decir a los chicos,  compro la comida y me marcho a casa, apenas llego junto a los chicos en la sala, bueno en realidad vienen por la comida.

-Chicos ví a Natalia, o a alguien muy parecida a ella- todos me miran con cara de incredulidad y veo en Tyler un brillo de esperanza- Dylan averigua los colegios cerca del restaurant de pastas, tengo que saber que está pasando.

-¿Crees que Natalia y Juliana pueden estar vivas?- pregunta Ryan.

-Solo hay dos,  Ian si ellas están vivas las vamos a encontrar - me dice tratando de demostrar su apoyo.

-Si mi Natalia está viva, la pienso encontrar, siempre la voy a encontrar- No pienso dejar que se escape, si de verdad está viva la voy a encontrar, ella es mi destino y haré lo que sea para conseguir mi vida con ella, por primera vez en mucho tiempo siento deseos de sonreír, hay una posibilidad de que mi Naty esté viva y si es así destruiré el mundo patrticula a partícula hasta encontrarla.

¿Cómo fue que pasó esto? - (Ventino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora