Capítulo 34 - Vuelta a las andanzas.

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Makis Prov:

¡Ay Jesús! Me duele horrores la cabeza, ¿por qué el sol brilla tanto? Apáguenlo un ratito que me va a matar, creo que anoche se nos pasó la cuenta con los tragos, ni siquiera me acuerdo como demonios llegué a la habitación y mucho menos a qué hora, miro al lado y veo que Dylan tiene un moradito en el centro de la frente, ambos estamos vestidos, lo único tirado en la habitación son nuestros zapatos, espero no haber hecho ninguna ridiculez y si lo hice este dolor de cabeza mi libera de todos mis pecados porque me está matando, recuerdo que antes de salir Natis me dijo que iba a traer aspirinas para la resaca pero nunca las sacó de su maleta, porque literal el idiota de su novio la secuestró por celos en medio del camino, mejor voy a pedirle una pastilla, según mi celular pasan del medio día así que no creo que esté tan mal.

Me incorporo lentamente para no despertar a Dylan, pero al parecer él no tiene intenciones de hacerlo, porque ni se mueve, apenas mis dos pies están en el suelo siento que el mundo completo se me da vueltas, parece que el alcohol aun no sale de mi cuerpo, salgo de mi habitación afirmándome de todo lo que está a mi paso por miedo a caerme, hasta que por fin llego al pasillo, la pieza de Natis está justo al frente de la mía, pero los mareos me ganan y me tengo que sentar en el suelo un rato , cuando ceden abro lentamente la puerta de la habitación de mi amiga, pero mucho no puedo hacer porque ver su cama completamente destruida me deja boquiabierta, solo se ve que si colchón está en el suelo y el resto del armazón de la cama me tapa la visión, pero parece que con el portazo los desperté, porque igual que suricatos de la nada aparecen dos cabezas, una que entre los abundantes mechones de pelo se ve una cara con todo el maquillaje corrido y otra con el pelo un tanto extraño y un hilo de saliva cayendo por su cara, creo que la resaca no me deja pensar, ya que el grito sale solo.

-¡CARAJO! TRAIGAN AL CURA PARA QUE SAQUE A ESTOS DEMONIOS DE MI CASA – siento que Dylan sale corriendo de la habitación, del otro lado vienen Tyler y Juliana, más atrás Daniel y Olgui y por ultimo Ryan viene sólo, todos estamos mirando como la cama de nuestros amigos está destrozada, creo que hasta el momento ninguno se ha visto la cara, todos tienen caras de destruidos.

-Makis deja de gritar que me duele la cabeza – Natis comienza a pararse del colchón y escucho sonar su espalda – y la espalda también – creo que nunca se dio cuenta de que su cama estaba rota y que ella estaba durmiendo en el suelo, porque cuando quiso caminar hacia mí se fue de cabeza al suelo – PENDEJO ME PARTÍ LA MADRE – su accidente provoca una risa de todos, pero el momento de risa no dura mucho porque vemos a una furiosa Camila caminando hacia nosotros.

-O SE CALLAN O LOS CALLO – grita apuntándonos a todos.

-Pero...-dice Ryan quien no alcanza a decir nada más antes de otro grito de Cami.

-PERO NADA, QUE POR TU CULPA NO DORMÍ NADA – lo apunta

-Pero Cami...- a mí también me interrumpe.

-QUE SE CALLEN PENDEJOS SI NO QUIEREN QUE LOS GOLPEE A TODOS – sin esperar se da vuelta y vuelve a su habitación. Todos vemos a Ryan quién tiene una cara de sorpresa.

-¿Qué le hiciste para que esté tan brava? - le pregunta Tyler.

-Ella no se enoja tan fácil, o se metió con sus libros o con sueño - digo yo al aire.

- Creo que anoche ronque un poco, pero no me acuerdo de nada - dice Ryan tocando su cuello.

- Cabrón ¿Eras tú? Si se te escuchaba hasta afuera de la casa - dice Tyler soltando una carcajada, creo que al resto de nosotros nos está matando el dolor de cabeza porque apenas nos reímos se escucha un ¡Aush! A coro. Nati se acerca a su pequeña mochila y saca una tira de pastillas, nos da una a cada uno y después nos cierra la puerta en la cara, creo que todos dormiremos un poco más.

¿Cómo fue que pasó esto? - (Ventino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora