No tienes permitido hablar

4.8K 361 35
                                    

Christopher

Si los celos habían causado estragos en mi cuerpo y mis sentimientos haciendo que sacara todo lo que sentía por una parte estaba furioso con mi hermana por no ser directa pero otra parte de mí estaba agradecido necesitaba sacarlo de mi pecho ahora sólo faltaría lo más difícil nuestros padres no sabíamos a lo que nos enfrentaríamos pero por ahora no importaba mi corazón volvía a latir y siento esta ocasión es lo correcto, no iba a renunciar a ella por nada ni por nadie. Acariciaba su rostro mientras la besaba en medio del aparcamiento, la besa tranquila y pausadamente disfrutando cada una de nuestras caricias hasta que ella se separó de mi cuerpo.

-Creo que deberíamos irnos- murmura sobre mis labios- No quiero dar un espectáculo aquí- sonrío-
-Creo que hace unos meses no te molesto observar cierto espectáculo que me monte en mi auto en un estacionamiento- dije recordando cuando me dijo que me había visto masturbarme en mi auto-
-Si...bueno- encogió sus hombros- si lo vuelves a hacer no me molestaría observar pero no se si quieras que otra persona nos observara- me pico- o ¿si?
-Mejor sube al auto- dije abriendo la puerta del carro- iremos directo a mi casa a disfrutar cada parte de tu cuerpo- di la vuelta para subir al auto-

Arranque el auto para salir del parking, coloque una de mis manos sobre la rodilla de dulce acariciandola

- Lamentó romper tu tarde de jugar sexualmente con mi cuerpo pero necesito ir a mi casa- me miró-
-¿Tan pronto?- murmuro mirándola- pero quería jugar sexualmente con tu cuerpo tal vez en el mueble que está en el estudio- sonrío incitándola- solo lo hemos ocupado un par de veces y aún tengo muchas posiciones para enseñarte-
-Y quiero que me enseñes pero tengo que darme una ducha- señala su ropa- cambiarme también-
-Puedes quedarte desnuda en mi casa- aprieto su pierna y mi mano va subiendo- no me molestaría-
-Christopher- dice deteniendo mi mano-
-Oye que ahora que te dije que te amo  ¿ya no tendré a esa chica fogosa que me provocaba?- la miró de reojo-
-Eso chica sigue estando ahí, creo recordar que apareció anoche- rio fuertemente- ahora vamos a tu casa que voy a recoger mi auto-

Asentí con fastidio, quería tenerla toda la tarde para mi y que se quedará en casa, así que todo el camino lo pase en silencio porque mi tarde no sería lo que esperaba, al llegar al estacionamiento Dulce bajo del auto y yo le seguí enseguida pero antes de que pudiera decir algo ella subió a su auto corrí detrás de ella pero no pude detenerla por más que le gritaba así que sino resignado a mi apartamento, lo había arruinado con Dulce mi actitud la había molestado así que apenas entre hablé a una florería para enviarle un ramo inmenso de flores con las palabras: "Lo siento, el hombre que te ama algunas veces es un idiota. Perdóname" esperaba que funcionara si no tendría que ir hasta casa de Axel para que mi hermana me ayudara aunque esperaba no necesitarlo ya que si iba a su cuarto pidiendo auxilio seguro me esperaría una buena reprimenda por parte de mi pequeña hermana. Me metí al estudio para enfrascarme en el trabajo e intentar de dejar de pensar en Dulce pero apenas veía el mueble que habíamos comprado mi mente volaba a la noche que habíamos pasado en ese motel de Cuernavaca, mi mente trato de concentrarse en la ponencia que iba a tener sobre "Depresión y la vida laboral" en un simposio en la ciudad en próximos días, me concentre en ello haciendo que las horas se pasarán rápido sin darme cuenta que dos horas habían pasado hasta que el timbre de mi puerta sonó y fruncí el ceño al escucharlo, mire el reloj eran pasadas las 3 de la tarde habíamos osado toda la mañana en casa de Marina, me levante pensando en que podía ser algo importante ya que tocaban con demasiada insistencia pero al abrir la puerta lo que vi frente a mi era algo que no esperaba, Dulce estaba en mi puerta con un disfraz de policía, unas medias hasta las pantorrillas acompañadas de unos tacones que me quitaban el aliento, la falda mostraba parte de su pequeño trasero y la blusa amarrada debajo de sus senos me deja ver el brassier de encaje; trague saliva al verla

El sabor de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora