¿Y tú cómo sabes?

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Christopher

Los rayos del sol me lastimaban en la cara y me dolía el cuerpo. Abrí los ojos de golpe por lo que había pasado la noche anterior  tomé a Dulce en la sala de mi hermana sin reparo pero es que sentirla moverse de esa manera, simplemente no pude contenerme ni ella tampoco así que lo aprovechamos ahora la teñí en mis brazos completamente desnuda abrazada a mi cuerpo, me moví un poco intentando no despertarla pero ella se removió poniendo sus senos perfectos y su pierna sobre mi cuerpo, gruñó un poco para después poner sus labios sobre mi cuello besando de manera sensual, mi cerebro mando un mensaje a mi entrepierna que reaccionó inmediatamente ella subió sus labios a los míos besándome apasionadamente yo respondí del mismo modo y la mano que tenía debajo de ella  junto con la que tenía libre bajaron hasta su trasero apretándolo  haciendo que ella gimiera. No podíamos detenernos nuestros besos nos excitaban demasiado más bien el más mínimo roce de nuestros cuerpos nos encendía, nos metíamos mano como un par de críos que no les importaba el lugar o el horario.

-¡Demonios! Podrían dejar de follar en cualquier parte de mi casa- la voz de Axel nos descontrolo por completo haciendo que cayéramos al suelo, apreté a dulce contra mi pecho evitando que Axel viera algo-
-Podrías avisar- dije molesto-
-Podría dejar de follar a cada minuto- dijo volteándose- regresaré a mi cuarto, tu hermana podría ser la hubiera salido piensa en eso-

Lo vimos alejarse, Axel tenía razón podría ser Marina y ¿que le diríamos?, me giré para ver a Dulce pero ella estaba muerta de risa ante la situación mientras yo me preocupaba. Tome la ropa que estaba regada por el suelo para que nos vistiéramos rápidamente, ella se puso la playera que traía junto con las bragas después me dio un corto beso y salió rápidamente a la habitación.

Axel salió nuevamente un rato después, camino hasta la cocina sin prestarme atención lo seguí hasta ahí

-Lo siento, tienes razón- dije mirándolo desde la entrada-
-Vaya, es que parecen un par de conejos- dijo mirándome- no hay lugar ni hora que los detenga-
-No deberías ahorcarte tú solo amigo- dije riendo-
-Yo no...-comenzó a decir pero lo detuve-
-Te recuerdo que encontré a mi hermana pequeña entre tus piernas- dije poniendo cara de asco- así que no debes juzgarme-
-No lo hago pero tú hermana no lo sabe- se encogió de hombros mientras servía los dos cafés- y si se entera seguro te lo corta es su mejor amiga-
-Si se entera seguro no vivo para contarlo- comencé a reír-
-¿Por que no vivirías? - pregunta mi hermana entrando a la cocina-
-Por nada en especial- comente seguro pero Axel dudaba y Marina lo noto-
-¿Cariño tú lo sabes?- dijo acariciando su cara y tomando el café que era mío, le dio un sorbo- ¿que porqueria estoy tomando?-
-El café de Christopher, amor- sonrío besándola- ahora vuelvo, voy al baño un minuto-
-¿Por que tomas el café así?- me mira- qué asco, sabe horrible sin nada-
-Mejor que el tuyo que lleva kilos de azúcar- mencionó riendo y le quitó la taza para después tomarla-
-Bien ahora me ayudarás a hacer el desayuno- mencionó sacando huevos, verdura, leche y demás cosas para cocinar-

La ayude cocinando la tortilla de verduras con huevo que haríamos, seguramente Axel se la aventaría por la cabeza todo era orgánico, sirvió dos tazas más de café que dejo aun lado, vi cómo preparaba una de ella mientras yo estaba concentrando en la tortilla que estaba en la lumbre y pensando en la noche anterior mientras sonreía como bobo

-¿Como le gustará el café a Dulce?- mencionó Marina-
-Medio de café y medio de leche de avellana, sin azúcar- salió de mi boca, inmediatamente me mordí el cachete tratando de hacer como si no hubiera dicho eso-
-¿Perdón?- se paró Marina a mi lado- ¿Tu como sabes eso?-
-Yo...- no sabía cómo salir de esta situación, me había metido en una encrucijada-
-¿Qué huele tan delicioso?- dijo Axel entrando a la cocina, Marina se quitó de mi lado-
-El desayuno- se colgó en sus hombros y yo respiré aliviado, sin querer mi amigo me había salvado-
-Entonces apresuremos esto que muero de hambre- jalo  a mi hermana-

El sabor de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora