Lástima que...

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Dulce

Reconocía este lugar, eran las escaleras de mi casa, la voz de Christopher parecía estar en  mi cabeza, me decía que fuera al momento en que mis padres dejaron de prestarme atención, caminaba a mi cuarto en esa gran casa donde vivimos, mis manos temblaban, una llamada había entrado a la casa diciendo que el director quería hablar con mis padres debido a mi comportamiento; me encerré eno alcoba que era color lila mi color favorito, me recosté en la cama mientras pensaba cómo reaccionarían, lloraba cada vez más mientras me abrazaba a mi almohada favorita, mis padres llegarían en cualquier momento y se enterarían de todo mañana por la mañana cuando fueran al colegio, me quede dormida mientras seguía llorando hasta que un jaloneo me despertó de golpe junto con la caída sobre mi trasero en el suelo, pensé que me había caído de la cama pero al sentir las uñas de mi madre sobre mi brazo levante mi rostro para mirarla, estaba llena de furia, se había enterado antes de las fotografías

Dulce.- mamá yo...-dije mirándola asustada- déjame explicarlo
Andrea.- explicar, no tienes derecho a explicar nada, tu comportamiento me da pena, eres la peor hija que alguien puede tener- dijo soltándome una cachetada- esas fotos ahora andan regadas por las casas de todos nuestros amigos, con qué cara los voy a ver, mi hija en manos de un hombre dejándose tocar como una cualquiera
Dulce.- no mamá, yo no quería...
Andrea.- ¿tú no querías? Pues te ves muy complaciente en las fotos- dijo dándome otra cachetada- eres una mentirosa y una cualquiera- dijo tomándome por el cabello y lanzándome al suelo- manchaste nuestro apellido, ahora no tenemos más que a una zorra por hija- dijo mirándome mientras yo acariciaba mi rostro llorando- tu padre estará completamente decepcionado, no podrá verte a la cara, ahora estás manchada

Escuche como la puerta se cerraba, empecé a empujarme hacia atrás mientras que mi cuerpo se quedo pegado a los pies de la cama, tome mis rodillas abrazándome mientras las lágrimas bajaban por mi rostro que seguramente estaría hinchado, no sé cuántas horas pasaron cuando la puerta de mi cuarto se abrió nuevamente y mientras me abrazaba las lágrimas bajaban por mis ojos mientras los apretaba pude ver los pies de mi padre frente a mí

Manuel.- mírame dulce- dice con su voz furiosa-

No quería levantar mi vista seguramente estaba igual que mi madre

Manuel.- ¡te estoy hablando!- dijo levantando la voz-

Levante mi vista lentamente hasta llegar a mi padre con su perfecto traje negro en sus manos traía unos papeles que al ver que levantaba mi vista me mostró eran las fotos que habían tomado donde me estaban metiendo mano por debajo de la falda y de mi blusa, mis ojos se volvieron a llenar de lagrimas

Manuel.- ¿que es esto dulce?- dijo furioso- ¿te das cuenta de lo que hiciste? Mi hija, la única que tengo haciendo exhibiciones en el colegio, haciendo desfigurados en los baños y en los pasillos. Solo tengo que decirte algo...-intente decir algo pero mi padre no me dejo- no quiero escuchar tus excusas absurdas a partir de este momento mi hija está muera- dio media vuelta y salió del cuarto-

Vi las zapatillas de  mi mamá que  ahora se paraban justo frente a mi, escondí mi rostro en mis piernas para evitar verla, me sentía tan mal, era la peor persona, sentí un dolor en mi cabeza era la mano de mi madre que tiraba de mis cabellos mientras las lágrimas se esparcían por mi rostro

Andrea.- ¿estás contenta ahora? - dijo mirándome- eres una vergüenza, solo servirás para andarte revolcando con cualquiera, como siempre yo tendré que arreglar todo...

Salió del cuarto furiosa mientras que lloraba mucho más por las palabras de  mi padre, ahora había perdido por completo su cariño y mi madre aunque me daba poco ahora lo había perdido para siempre, mi respiración estaba entre cortada sentía que no podía respirar mientras que escuchaba la voz de Christopher que contaba del uno al  diez mientras que mi cuerpo regresaba a las escaleras donde iba bajando  lentamente hasta encontrarme nuevamente en un estado de relajación.

El sabor de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora