Sabía que sería una noche muy larga

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Christopher

Maneje a mi casa en completa felicidad pensando en que el tal Nicolás había desaparecido del panorama por fin, ahora si podría seguir con los planes que tenia con Dulce: primero ayudarla y después comenzar una relación pero esta última sería hasta que termináramos la terapia.

Llegue a mi departamento chiflando una de mis canciones favoritas cuando mi celular sonó, abrí la puerta y tiré mis llaves en el pequeño bowl que tenía al lado cerré la puerta mientras sacaba mi celular era un mensaje de mi tormento, cuando abrí y leí lo que había puesto junto con la fotografía semidesnuda me quitaron el aliento, inmediatamente marqué su número escuché su risa cuando contesto

-Tan rápido mi Fotografia causó estragos en tu persona doctorcito- rió fuertemente-
-Causó más de lo que estás dispuesta a manejar, cariño lo mejor será que tomes tus cosas y vengas directamente a mi casa- reí-
-¿Debería?- dijo en tono sugerente- es tarde y estoy agotada- soltó un suspiro-
-No deberías estar tan cansada si estás dispuesta a enviar una foto como esa- tome un vaso para servirme agua- y créeme que una parte que conocer perfectamente de mi cuerpo te agradecería que vinieras-
-No debería sabes...-escuché cómo movía un par de cosas donde ella estaba, seguramente estaría haciendo la maleta para venir a mi departamento-
-Te espero en media hora cariño- escuché cómo cerraba alguna puerta- aunque tal vez estés más ansiosa que yo-
-No creo, no debo ir...-susurro como si estuviera contando un secreto- no sería bueno-
-Creo que sabes qué tan bueno puede ser- digo poniendo el vaso en el fregadero para tomar rumbo a mi cuarto- ¿vas a negarlo?
-Se lo bueno que es que tus manos pasen por cada parte de mi cuerpo y se detengan en mis senos haciendo que reaccionen para ti para que después lenta y pausadamente tus manos bajen hasta mi piernas mientras se adentran a mi lugar más placentero haciéndome retorcer de placer con tus labios acariciandome ahí mientras pido tenerte dentro mío y que me tomes como más te gusta mientras me haces venir como te gusta con tu dulce boca que me hace caer en un abismo donde me pierdo- jadea y yo estoy ahora más duro que una piedra mientras quito mi camisa-
-Dulce- digo con voz ronca- será mejor que vengas a mi casa, necesito estar dentro tuyo- desabrocho mis pantalones y los retiro para observar la gran erección que tengo-
-Y también recuerdo-ella evade la situación de venir pero se que al final la convenceré- cuando me tomaste en tu consultorio mientras me embestías desde atrás y yo jadeaba mientras te abrías paso dentro mío, recuerdas tus manos en mi cadera que después subían hasta mis pechos estrujándolos fuertemente mientras yo recostaba mi cabeza en tu hombre y besabas mis labios para callar mis gritos, recuerdo lo húmeda que estaba por sentirte de esa forma ¿lo recuerdas?- susurra sensualmente-
-Si...-murmuró roncamente mientras siento mi parte baja dolía de la excitación- necesito...- pero antes que pudiera seguir su voz me interrumpió-
-Pero es una lastima sabes...-hizo un ruido con su lengua- yo estoy aquí con unas ganas de sentirte pero mi psiquiatra recomendó que lo mejor era que no tuviera nada, es una verdadera pena pero debo seguir sus órdenes al pie de la letra-suspiro- que tengas una muy linda noche- remarcó lo ultimo- Lo siento- lo siguiente que escuché fue el click-

Me quite el teléfono de la oreja y me impactado viéndolo, ella me había colgado el tal Nicolás le había contando lo que le dije. Apreté el celular con fuerza tratando de calmarme baje mi mirada al sentir una punzada baje mi manos apretando mi entrepierna para después meterme al baño y darme una ducha de agua fría tratando de que bajara la erección y mi enojo de ir a buscar la topo ese para darle un buen escarmiento. Un rato después salí de la ducha como un hombre nuevo, tome mi celular y decidí escribir un mensaje

Christopher a Dulce

Gracias por el dolor en mi entrepierna y por la ducha fría, lo tomaré en cuenta tal vez algún día de estos tú también necesites una ducha fría. Descansa cariño

El sabor de tu piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora