The Break Up. {Machine Gun Kelly}

33. No lo digas.

Jade.

Viernes, 03 de Noviembre. 8:32am.

He terminado de preparar el desayuno. Chiara estaba terminando de vestir a los niños. Voy a desayunar y me iré a la tienda. Me mantengo ocupada para evitar lo sucedido. Estar ahí ayudando a preparar postres me mantiene despejada.

Escucho como abren la puerta.

—¿Chiara vas por el cargador? —pregunto saliendo de la cocina. Ayer dejó su cargador en mi auto.

Entonces mi corazón comienza a palpitar con fuerza. Lo que me hace sentir bastante mal y siento que voy a desmayarme o algo así. No quiero ser dramática pero hace meses que no lo veía de cerca y con lo sucedido creí que no lo vería más. O al menos no quería tener que verlo y afrontar la realidad.

—Jade ya están listos los niños. —dice Chiara bajando las escaleras. Me giro hacia ella. Me mira y luego mira a Kells.
Ella sabe lo que dicen las revistas. Se encargó de hacer el súper y de salir a la calle durante algunas semanas para yo evitar hacerlo. Escucho todo lo que decían.

—¡Papá! —grita Drake con notoria emoción. Comienza a caminar rápido tanto que temo que vaya a caer de las escaleras.

—¡Papá! —Derek viene en brazos de Chiara así que ella se encarga de bajarlo al final de las escaleras.

—Los extrañe bastante. —escucho que dice Kells mientras los abraza.

Durante todos los días que pasaron después de aquel rumor. Yo estuve mentalizando este momento. Yo no diré nada respecto al tema. Él tiene que decirme qué pasó. Porqué mi esposo estaba en un hotel con una chica.

—También te extrañaron. —digo. Él me mira. —Siempre preguntaban por ti.

—Todo el tiempo. —dice Chiara.

—Chiara me ayudas a colocar otro plato. Supongo que vas a desayunar ¿no? —le pregunto a Kells. Él me mira algo asombrado y asiente.

—Claro. —dice Chiara.

Fuimos hasta el comedor y nos sentamos. Le pedí a Chiara que se sentara donde siempre. Ella me hacia compañía en las comidas que tuve cuando no estaba Kells. No tiene porque irse a la cocina.

—Papá quiero dulces.

—El pediatra dijo que no debes comer tantos dulces. Tus dientes se van a dañar. —digo.

—¿Los llevaste al pediatra?

—Cada mes.

—¿Y bien?

—Todo en orden. —bebo de mi jugo.

—Papá, Jeremy se quedó aquí.

—Si. Muchas veces. Y jugamos. —dice Derek apoyando a su hermano.

—Y comimos palomitas.

—Mamá nos dejo meter al agua.

—Y fuimos al parque.

—Comimos pizza. Hamburguesas.

Los niños continuaron diciéndole a su padre todo lo que hicieron. Era difícil para mi escuchar la emoción con la que le decían todo. Más aún cuando Kells mantenía su mirada en mi.