still here? - meglo

twenty-first.

Narra Milo.

Ya son dos semanas desde la última vez que vi a Lya, falta una semana para volver a pedirle que seamos algo como antes y estoy dispuesto a luchar inmensamente para que me de él si.

Durante estas semanas le he escrito una carta diaria, la cual cuenta cada cosa que he hecho mientras no he estado con ella. No le he enviado ninguna por que mi logro es, que cuando volvamos ella lea cada carta y todo lo que salía de mi corazón.

El martes de la siguiente semana iré rumbo a Boston, será una sorpresa, mi permiso en la universidad estaba listo y era hora de ir con ella.

Iría a comprar unas cosas al centro comercial, el auto que me da el equipo de baloncesto me llego hace una semana y ahora salgo con el a todos lados.

- Ethan vuelvo más tarde, iré a comprar algunas cosas para el viaje y también para Lya - grite saliendo de casa.

- Aquí te esperamos, ve con cuidado Manheim - gritaron Ethan y Lauren.

Sali de casa para el centro comercial, antes de eso le hable a Lya como lo hacía diariamente. Le envié una nota de voz por que iba conduciendo.

Al llegar al centro comercial me estacione en el sótano subterráneo, cerré el auto y subí por el ascensor.

Cuando llegue al primer piso del lugar Alex comenzó a llamarme con desesperación, evite contestarle y baje el volumen de mi celular, seguía vibrando por las llamadas y mensajes que me dejaba ella.

Ignore todo y seguí mi rumbo de compras.

( ... )

Luego de tres largas horas haciendo filas y observando varias tiendas del centro comercial, volví al ascensor para bajar al sótano y volver a casa.

Llamé a Lya e iba hablando con ella mientras bajaba.

- Cómo vas Milo? - pregunto.

No quería adelantarle o contarle algo sobre mi viaje así que olvide todo.

- Bien, acabo de salir de entrenamiento y voy a casa - respondí.

- Sabes que sucede la siguiente semana? - cuestionó ella.

- Claramente no olvidaría que suced.. NO MIERDA SUELTEN.. SUELTENME - jadeaba.

Solté mi teléfono al suelo, la llamada seguía aún.

El sótano se encontraba vacío, salvo por ellos, los tres hombres que me tenían acorralado contra una de las paredes, alcanzaba a ver armas blancas y algunas pistolas que sostenían en sus manos.

- Te subes o te subes - grito uno de los hombres señalando un auto.

- Ya, por Dios esperense - dije desesperado.

- No es cuando se te de la puta gana, es ahora - golpeó mi cabeza haciéndome entrar.

El auto arranco y yo iba con una bolsa opaca que no me dejaba ver a donde iba, mi celular se quedo en el piso, Lya seguía ahí.

Narra Lya.

No podía ocultar que Milo me hacía mucha falta, necesitaba verlo y decirle que quería continuar nuestra relación como antes.

Estaba esperando su llamada, y no se si fue telepáticamente pero así sucedió, la llamada de Milo apareció instantánea en mi celular.

Tras un rato hablando, le hice la pregunta que quería hacerle desde hace unas semanas.

- Sabes que sucede la siguiente semana? - pregunte.

- Claramente no olvidaría que suced.. NO MIERDA SUELTEN.. SUELTENME - su teléfono cayo.

- MILO, MILO, SUCEDE ALGO?

Escuchaba la voz de Milo luchar, también escuchaba otras voces que me preocupaban como se oían con agresividad.

Dure esperando un largo rato para ver si alguien contestaba, no sucedió, el miedo invadió mi cuerpo.

Narra Milo.

Llevábamos vario tiempo en carretera podía sentir que era una carretera destapada ya que sentía los huecos y baches que ladeaban el auto de un lado a otro.

Uno de los hombres que iba a mi lado se encontraba llamando a alguien, seguramente era quien me había mandado a secuestrar.

- Jefe el trabajo está listo, espero que el trabajo juntos llegue hasta acá - Gritaba.

- Quien decide eso soy yo y no te libraras tan fácil.

- Estoy cansado de esto, es la segunda vez que le hago algo a este chico.

¿Segunda vez? La pregunta me rondó en la cabeza, seguí atento a lo que hablaban.

- Que mierda haces, cállate la boca que me van a descubrir.

- Al igual estas en altavoz, ya escucho todo, ah, y también espero que Alex sea mía, como prometimos.

- Mierda quita el altavoz y cuelga, Alex será tuya, adiós.

¿Alex? ¿Segunda vez? Mierda, si mi instinto no me fallaba, sí.

Había sido secuestrado a manos de Christian.