twenty-fourth.

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Sabes que te extraño tanto? Hoy pase junto a un parque y me recordó a ti, también extraño tus chistes estúpidos que claro, son los mejores, te amo tanto cielo, que no encuentro el momento de irme junto a ti, se despide, Manheim.

Las lágrimas caían sobre la almohada, más o menos habían dieciocho cartas que había escrito Milo desde que nos dimos un tiempo.

Todas eran diciendo lo mucho que me extrañaba y que le hacía falta, solo restaba por leer una, la ultima que había escrito antes de ser secuestrado.

cielo;
recuerdas los poemas que leíamos en las noches que no podíamos dormir? esta bien, aquí me decidí en crear uno solo para ti y dice así.

"Si te muestras tan fría,
si sólo de mí desconfías,
si no hay más palabras para decirte,
lo que siempre deseo expresarte.
Que en mi mente te llevo a todas partes,
que mi corazón sufre de solo pensarte,
que mi alma arde de tanto quererte,
porque estar sin ti, es peor que la muerte."

solo espero a que lo leas junto a las cartas, ya pasado mañana voy hacia Boston, no me quiero imaginar tu cara de sorpresa y quizás felicidad, muchos girasoles habrás recibido, te amo.

-Manheim.

Mire al lado y en otro sobre habían reservacion de flores, ticketes de avión y también una cena romántica en Boston, cuando iría por mi.

Cerré mis ojos, para evitar llorar pero ya era imposible, el no estaba aquí para que yo le dijera que si me había encantado el poema, que si quería seguir junto a él.

Lauren entro a la habitación y al verme llorando se lanzó a mi y me abrazo fuerte, me tranquilizaba un poco pero no era igual a como lo hacía Milo.

Luego de un largo rato, le dije que todo estaría bien, ella salio de la habitación, y yo me recoste para dormir, cosa que hoy, no sería posible aunque quisiera.

Narra Milo.

Dos días de estar aquí encerrado, nadie dice nada, nadie viene ni siquiera a decir si moriré.

Solo hay un chico que entra todas las noches a traerme un plato de comida, bueno, si se le puede llamar así.

Es un puré revuelto de algunas verduras vencidas, viejas. No he comido nada, lo único que pienso es como estará ella, mi chiquita.

Escuché está mañana las voces de una chica, eso sí, se me hacían un tanto conocidas.

La chica gritaba cosas como "no me golpees, déjame en paz" se escuchaban signos de dolor en su voz.

Aunque quería reconocerla, mi cerebro no asimilaba nada, solo quería morir.

- Vaya, vaya, Milo Manheim, que bueno tenerte aquí - hablaba un chico bajo la penumbra de la habitación.

- Quien eres? Que quieres de mi? - le gritaba.

- No es obvio, no sabes quien soy? - comenzó a reír.

- Por favor déjame ir, quieres dinero? Te lo daré, pero liberame

- Crees que es por dinero? Ja, iluso, es ella - se posó frente a mi

Al verlo frente a mi comencé a golpear, era Christian, me sentía con rabia, quería romper todo.

- Lya te odia, no lo entiendes? Por que crees que termino contigo? No entiendes que ella ya sufrió mucho? - grite con rabia.

- Eso crees tú, no ha sufrido nada, lo de su padre lo tomo tan normal, que quizás quitarle al novio le afectaría - reía con más intensidad.

- Que tiene que ver su padre en todo esto? - cuestione

- Eres estúpido, o te haces? Por que crees que el caso de su padre nunca se logró resolver? Su padre murió cuatro meses después de que terminamos, no conectas la situación - se posó serio.

- ERES UNA MIERDA DE PERSONA, LYA QUE PUTAS TE HIZO? TENIAS QUE MATAR A SU PADRE? - golpeaba el piso.

- Ya cállate Manheim, eso no le bastó, pero se que le dolerá más si tu le haces falta.

La rabia me hizo explotar, me levante y me acerqué a él, iba con todas las ganas de golpearlo, cuando le iba a atacar el giro su cuerpo y tomó mi brazo con fuerza, me mostró el arma que tenía a su cuerpo, me soltó y me golpeó.

Era una mierda de persona.

still here? - megloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora