still here? - meglo

eighteenth.

Narra Milo.

Cuando vi salir a Lya de la habitación, me levante con rabia, golpee la pared y no pude evitar llorar, la perdí por una estupidez mía en vez de luchar como ella siempre lo hace.

Pero quizás ella tiene toda la razón, últimamente venimos de pelea en pelea y lo mejor era distanciarnos, pero al igual no, no quería irme de su lado, no llamarla, no darle un beso o un abrazo.

Me acerqué a la puerta y no pude evitarla oír llorar, tampoco iba a comportarme como un patán con ella, abrí la puerta, me acerqué a ella y la rodee con mis brazos, ella se volteo y no dudo en darme un beso, lloramos juntos.

Me recordó tanto al fatídico día en que nos separamos en el aeropuerto de Memphis.

No quería dejarla, pero ya estaba todo hablado, lo mejor era irme de la ciudad de vuelta a Francia y pensar volver con toda en las tres semanas que nos daríamos tiempo.

Narra Lya.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas no entendía por que había dicho todo esto, pero ya no había vuelta atrás.

Sentí los cálidos brazos de Milo rodearme en un abrazo, no pude evitar besarlo, el lloraba infinitamente.

— Me iré de la ciudad — Comento.

Cerré mis ojos y respire, me levante para abrazarlo e ir ayudar a que alistara su maleta, estábamos normal y todo parecía estar bien.

No era mucho lo que se tenia que alistar ya que era poca ropa la que traía Milo.

Sophie nos llamó para almorzar, nos sentamos todos en la mesa, fue la comida más incomoda de toda mi vida

No hubo un cruce de palabras con Milo, termine de comer y decidí salir de casa, no quería estar en este ambiente pesado.

Salí sin rumbo fijo, no quería pensar en nada relacionado con Milo. Tomé mis auriculares y fui a unas bancas del parque cerca a casa.

Escuchaba alguna música mientras deslizaba mi dedo en la galería del celular, cada vez pasaban fotos de Milo y más, hasta que llegue al vídeo que el hizo para mi antes del viaje.

Me atormente tanto la vida que le di reproducir, mi corazón se arrugó mientras Milo hablaba y pasaban cada uno de los recuerdos. En cuestión de segundos estaban mis ojos inundados de lágrimas.

Narra Milo.

Al momento de salir Lya de casa se me quitaron las ganas de todo, agradecí la comida y con respeto me levante de él comedor.

Subí a la habitación de Lya para recostarme y pensar todo lo que nos estaba pasando, llore una y otra vez.

Mi celular sonó pensé que era ella, conteste rápido y una voz masculina hablo.

— Hijo, quiero hablar contigo

Por mi mente paso las veces que Lya me pidió que le diera una oportunidad a mi padre y se la iba a dar solo por que ella me lo pidió una y mil veces.

— Si gustas hablamos en Francia, mañana viajo — le conté.

— Te veré allá, gracias por la oportunidad hijo —colgamos el teléfono.

Se hizo de noche y Lya aún no llegaba, seguía acostado con mis ojos rojos y llorosos, cuando escuché que la puerta se abrió inmediatamente me hice el dormido.

Narra Lya.

Dure en el parque hasta que se hizo de noche, llegue a casa a las diez, todos ya estaban en sus respectivas habitaciones.

Subí a mi habitación y vi a Milo en mi cama dormido, el dolor de cabeza no se quitaba ya que había llorado todo el día, no quería dormir junto a Milo, lo amo muchísimo pero no quería sufrir más, no ahora.

Tomé con cuidado la almohada que estaba vacía al lado de Milo, abrí el armario con cuidado de no despertarlo, antes de salir me acerqué a él y le di un beso en la frente, salí de la habitación y me dirigí a dormir al sofá de la sala.

Narra Milo.

Cuando la puerta termino de abrirse me pude fijar que era Lya, entre cerré mis ojos para ver que haría, pensé que se apostaría junto a mi pero no fue así, la vi como tomaba la almohada y cobija para irse de la habitación.

Pensé que ya había salido pero seudónimo sombras en reflejo frente a mi, cerré completamente mis ojos y sentí un corto beso en mi frente mientras una lágrima de ella caía en mi mejilla.

Al final cuando salió mis ojos no retuvieron las lágrimas y lloré sin más hasta dormirme.

La perdí, nos perdimos.