still here? - meglo

twenty-second.

Colgué la llamada de Milo para poder llamar a Ethan, quizás el sabia algo sobre todo lo que estaba sucediendo.

Llamé más de cinco veces y el no contestaba, la línea estaba en una constante interferencia que no dejaba entrar llamadas a larga distancia.

Por un momento me tranquilice pensando que Milo quizás estaba bien y que solo eran mis alucinaciones.

Pero esa calma fue interrumpida por una llamada de desesperación de Ethan.

- Lya has hablado con Milo? O sabes algo de él? - Gritaba.

- No se nada, la ultima vez que hable con él solo gritaba con desesperación, me preocupe - contesté.

- Oye no es por preocuparte pero el celular de Milo lo encontraron tirado junto a su auto abierto, hay posibilidad de que Milo haya sido secuestrado.

Me quedé sin aire, no sabia que responder al respecto, mis ojos tornaron a llenarse de lágrimas, el día oscureció, la voz de Ethan me hizo volver a la realidad.

- Sigues ahí, Lya? - me cuestionó.

- Mmm si, pero, creo que tengo que colgar - termine antes de romper en llanto.

- Te dejo, me llamas según lo que sepas, cuídate linda - colgó.

Tomé mi bolso y salí desconcertada de casa, Sophie me gritaba para que me devolviera pero no quería escuchar a nadie.

Me senté en una banca cerca a casa, y caí en cuenta de que podría poner una denuncia y también se podría activar la alerta amber pero para eso tenia que ir a Francia,  pero el problema era la situación económica, no contaba con dinero para irme de viaje y Milo me necesitaba lo más pronto posible.

Llamé a mi madre y le conté todo lo que estaba pasando, ella lamento lo sucedido y me dijo que consignaria la mitad del dinero esta tarde, el otro dinero tenía que conseguirlo con Sophie.

Volví a casa y ahí estaban ellos viendo la televisión preocupados, cuando me vieron, Sophie quedo paralizada y se lanzó a mi para abrazarme, mientras que Henry seguía atentamente lo que decía la periodista.

No entendí a Sophie así que ella me mostró la nota informativa que estaba en televisión.

En rojo se encontraba un letrero, sus mayúsculas sostenidas y el lugar de los hechos me hizo quedar inmóvil.

"UN NUEVO CASO DE SECUESTRO SE REGISTRÓ EN FRANCIA"
según fuentes informativas el chico víctima de secuestro de tan solo dieciocho años llamado Milo Jacob Manheim, según la policía federal Francés, su auto fue encontrado en el sótano del centro comercial del centro, pronto ampliaremos más información.

La noticia de Milo ya era viral, era oficial que había sido secuestrado, Sophie fue corriendo a traerme un vaso de agua ya que mi piel torno a un color blanco, estaba completamente fría, parecía que no estuviera viviendo.

- Tengo que irme está misma noche, tengo que instalar la demanda antes de mañana - me levante.

- Te ayudaremos a alistarte y te daremos dinero, verdad? - Henry asintió.

Salí corriendo hacia la habitación y aliste alguna ropa, no me fijaba en que echaba al bolso, solo quería llegar rápido y saber alguna noticia de Milo.

En el parque había decidido suspender mi semestre de universidad, había faltado muchas veces a clase y no había visto algunas asignaturas, pero la universidad me dio un rotundo no, ya que para ellos yo era una de sus "mejores estudiantes" así que me dieron todo el permiso necesario.

Teniendo todo listo, solo necesitaba sacar el dinero que mi madre había consignado y me podría ir, Sophie tenía un contacto en la aerolínea así que mis ticketes ya estaban listos.

Henry estaba en el auto, ya había echado mi bolso al baúl, Sophie estaba adentro conmigo, tomó mis manos.

- Tengo estos ahorros y son para ti, no te preocupes en devolverlos, solo ve y salva a Milo y cuídate mucho - me abrazo.

No llevábamos casi nada siendo amigas y Sophie se comportaba como una mejor amiga, le agradecía tanto a la vida por una amiga así.

Salimos juntas hacia el auto, ella se subió atrás conmigo.

El trayecto al aeropuerto duro más o menos quince minutos, a esta hora no había tanto tráfico. Henry llevaba mis maletas y Sophie me llevaba abrazada.

Llamaron mi vuelo y me despedí de los chicos, iba muy cansada así que inmediatamente me senté en la silla del avión, me quede dormida con mi ultimo pensamiento.

Él, Milo Manheim.