twenty-third

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Aterricé en Francia hace más o menos dos horas, sigo esperando que Ethan venga por mi y nada que aparece.

- Ya vienes? - pregunte por un audio.

- Ya vamos para allá chiquis - envío mi hermana.

Solté mi teléfono por que no quería atormentarme con las noticias y mensajes, pero era imposible.

La noticia de Milo era tendencia acá, según había leído en algunos periódicos, Milo se había vuelto  muy reconocido por su participación en el torneo nacional de baloncesto, también leí que el siguiente mes audicionaria para entrar al equipo francés.

Todo eso me hacía sentir orgullosa, pero me recordaba la situación de Milo.

Escuché a lo lejos a Lauren gritar mi nombre, tome mi bolso y me dirigí hacia ellos.

Subí al auto y los salude, no quise decir nada pero estaba con desaliento, no había comido nada ya que la preocupación no me dejaba.

Hace meses había tenido una visión acerca de un secuestro pero nunca me iba a imaginar que tendría alguna conexión con Milo.

- Por favor necesito ir ya con la policía - interrumpi las preguntas que me hacían.

- Tienes que arreglarte, aquí las cosas no son como en Memphis - Dijo Lauren.

Asentí y comencé a revolotear mi bolso buscando algo decente que ponerme, cuando menos pensé llegue a casa de Milo.

La casa en que vivían ellos era gigantesca y muy al estilo de la casa soñada que siempre me planteaba él.

Al entrar se veía una casa lujosa, con lámparas aquí y allá, una casa por la cual habían luchado Ethan y Milo.

Lauren me tomo de la mano para llevarme al segundo piso de la casa, en el que habían tres habitaciones, una en la que dormían Ethan y Lauren, la otra en la que dormía Milo y la tercera era la habitación de huéspedes.

Vi la habitación de ellos, pero quería salir corriendo para ver la de Milo, me moría de ganas.

Lauren me dio el si definitivo para entrar a la habitación, entraría sola, la puerta se encontraba cerrada, al subir mi mirada había una foto de él junto a mi, era una foto que no recordaba que existía pero ahí la tenia el, mi corazón comenzó a arrugarse de tristeza.

En este momento solo esperaba abrir la puerta y esperar que el estuviera ahí, pero fue un rotundo no, la abrí y solo había soledad y la loción de Milo impregnada en toda la habitación.

Entre y me encerré, el cuarto era completamente fotos mías, casi no habían de él, me hacía querer llorar una y otra vez, por comportarme como una estúpida.

Ande toda la habitación y me acerqué al pequeño escritorio que había en el centro, había un par de cartas que contenían mi nombre, iba a tomar la primera para leerla, pero Lauren me llamo para irnos, esto tendría que esperar.

Me cambie rápido y deje mis cosas sobre la cama de Milo, salí corriendo hacia el auto.

( ... )

Luego de estar tres horas discutiendo con un oficial de policía para que pudiera recibir mi caso, logré entrar para hablar con un fiscal.

- Buenas tardes señorita, seré el único que la puedo atender ya que hablo español - rodé los ojos mientras el oficial hablaba.

- Quiero que activen la alerta amber por Milo Manheim el chico que fue secuestrado - antes de terminar fui interrumpida.

El oficial llevo sus manos a la cabeza, quizás había sido un largo día, pero a mi me valía cinco.

- Quizás no sepas muy bien cómo son las cosas, pero la alerta amber no se activa hasta que hayan pasado 72 horas desaparecido, no hay nada que hacer - me levante con rabia.

- Acaso no entiende que estamos hablando de Milo Jacob Manheim, esta secuestrado, LE TENGO QUE REPETIR? ESTA SECUESTRADO SEÑOR - dije golpeando el escritorio.

- Bien tengo entendido, pero no hay nada que hacer, le pido que se retire.

Tomé mi bolso con rabia y salí derramando algunas lágrimas, es imposible que la justicia no se quiera hacer cargo, salí sin decir más y me subí al auto quería llegar lo más pronto a casa de los chicos.

Al llegar no quise cenar solo subí a la habitación de Milo y me encerré, subí a su cama y tome una almohada a la que le daba pequeños golpes, estaba furiosa, quería salir a buscarlo pero no tendría sentido.

Gire mi cabeza hacia el escritorio y ahí estaban las cartas, me levante con el buso de Milo puesto y me dirigí a la pequeña banca que estaba en el escritorio, abrí el sobre y leí el pequeño encabezado de colores y corazones.

Hola mi lya preciosa, como estas amor?♡

Las lágrimas empezaban a caer.


still here? - megloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora