Nunca me gusto la palabra "enamorarse" ni la quise relacionar nunca conmigo, siempre pretendí que sea un sentimiento al margen mío.
Una vez acostados en una cama, estábamos en mi casa, como siempre hablando, no paraba de decirle cuanto lo amaba y vivía haciéndole preguntas, no recuerdo bien lo que le pregunte pero su respuesta fue "uno no decide de quien enamorarse". SI, IVAN USO LA PALABRA. Iván había utilizado la palabra "enamorarse" para referirse a mí. ¿Eso era posible? Un chico con esos rasgos, con esas características, con esa personalidad, con todo lo que lo constituye, que absolutamente todo lo hace perfecto, había dicho estar enamorado de mi, sinceramente no podía creerlo, el estaba conmigo, quería estar conmigo, quería besarme, abrazarme, mimarme, quería lo mismo que yo quise desde el instante en el que lo vi por primera vez, aunque tuve que corroborarlo y preguntarle si estaba enamorado de mi, o si consideraba eso, el dijo que sí, que para él lo estaba, y fue exactamente la confirmación que necesitaba para terminar de sentirme en las nubes. No había nada mas en este mundo que quisiera, ya está, tenía todo lo que en algún momento quise, absolutamente todo.
Rápidamente el me pregunto si yo creía estarlo de él y yo conteste:
-¿Si con enamorarte te réferis a que quiero estar todo el tiempo con vos y no paro de pensarte, que sos una adicción para mi, y que no hay nada que me haga más feliz?, entonces sí, estoy totalmente enamorada.
El insistió y no solo le confesé a él, sino que también a mí misma. Estaba enamorada.
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Crisis.
Teen FictionSi tomamos la tristeza como menos y la felicidad como más a continuación obtenemos la suma algebraica de momentos multiplicados por tiempo y divididos por espacio, y obtenemos exactamente un relato de muchas páginas que aburriría a muchos, pero a mo...