Estaba en un momento de plena confusión, qué hacer con Iván, qué hacer con Matías, así que hice lo que hubiera hecho cualquier persona en mi lugar, recurrí a mi mejor amiga, Luciana, con quien las cosas ya habían mejorado, entonces, en horas de charlas y mates ella me aconsejó que haga lo que creía correcto, no sé si realmente creía lo que pensaba pero al menos lo intentaba, así que decidí dejar a Iván, lo invite a mi casa, y cuando abrí la puerta, y estuve a punto de decirle que no quería seguir con eso, apareció el, cualquiera pensaría que es obvio, si lo invite era claro que esté al otro lado de la puerta, lo que sucede es que yo no llegue a dimensionar lo difícil que iba a ser dejarlo si estaba mirándome con esos ojos, si me abrazaba o si me besaba, entonces hice lo que sentí que quería hacer, y no le dije nada. Al poco rato, tuve la idea de sacarle su celular para molestarlo, lo que solo empeoró las cosas, ¿Por qué encontré que hablaba con otras chicas? No, ¿Por qué encontré que hablaba mal de mí? No, todo lo contrario, encontré notas donde solo hablaba de lo enamorado que estaba, y lo mal que se sentía por haber perdido la oportunidad de que estemos juntos, el se culpaba por no haber hecho nada antes de que este con Matías, y se lamentaba en cada palabra no estar conmigo, ahí fue cuando toda la situación se dio vuelta, ya no era yo la que sufría por alguien que la había calificado de amiga, sino que era él quien sufría por amar a alguien que tenia novio, y así, por una curiosidad absurda, le devolví su celular absolutamente angustiada y sin saber que decirle, porque sentía que tenía la culpa de hacer sentir a alguien de esa manera. Era de noche cuando ya estaba sola, tengo que admitir que siempre fui muy dramática y que musicalizaba todo dependiendo de cómo me sentía, así que sentada en mi cama, escuchando baladas, cuando no aguanté mas, y pensando absolutamente en caliente y sin ninguna clase de lógica, llamé a Matías para contarle que lo había engañado. Así es, ¿Qué se supone que haga una persona que sabe que está lastimando a alguien?, lo único que se me ocurrió fue confesarle todo a mi novio y así no lastimar solo a una persona, sino a dos. Matías no se lo tomó bien, pero tampoco tan mal como yo creía, yo me limité a pedirle perdón y a llorar mientras él callaba, no quiso seguirme hablando y estuvo reflexionando bastante tiempo. Ahí comienza mi verdadero problema ¿Qué hacer? ¿Sigo con Matías o empiezo una relación con Iván?
Decidí seguir con Matías, pero aun así no fui sincera conmigo misma, bastó con volver a encontrarme con Iván, cada vez de manera más escondida y cada vez de una manera más divertida, así es, me divertía estar con él sabiendo que eso podía "estar mal", Poco a poco comencé a verlo más a el que a cualquier otra persona, me cerré en un completo circulo, un mundo aparte donde solo quería estar con él, no me importaba nada ni nadie, nuestros mensajes cada vez se volvían más y más expresivos, recuerdo menajes como "Salí de mi cabeza un segundo, no paro de pensar en vos", "déjame razonar que tengo una prueba, no podes ocupar mi mente las 24 horas", "ahora entiendo lo que es que te baste con una sola persona", los "te amo" en los mensajes podían durar horas, eran infinitos, si lo había visto el lunes, sabía que el martes también lo iba a ver, el se iba de mi casa a las 8 de la noche aunque nuestras despedidas duraban por lo menos media hora, exactamente eso, era media hora en la que me decía "chau" y automáticamente me encerraba entre él y la pared y me seguía besando, abrazando, me seguía diciendo lo mucho que le gustaría quedarse y lo mucho que le costaba irse, nunca en mi vida fui tan feliz como en esa cocina, cuando se tenía que ir, no porque se esté yendo, la contrario, quería que se quedara para siempre, pero que lamente tanto como yo el hecho de despedirnos, me completaba en una totalidad. El tiempo se pasaba tan rápido si estábamos juntos, pareciera como si de un instante al otro ya era hora de que se vaya, sufría el despedirlo como si no volviera a verlo jamás, aunque sabía que al otro día lo iba a ver nuevamente, las horas de intervalos entre visita y visita se hacían eternas, contaba segundos para que se hicieran las seis, que salga del colegio y que venga a casa, para poder otra vez ser la chica más feliz de este planeta. Y absolutamente todo, era a escondidas.
Las cosas se me estaban yendo de las manos, y si no hacia algo rápido iba a terminar perdiendo a esa persona que tanto me importaba. Así que de a poco fui a pagando mi relación con Matías y afortunadamente él se encargo de irme dando razones por las cuales no querer estar juntos, la relación se consumió tanto que cuando estábamos juntos sentíamos odio, siquiera nos acercábamos el uno al otro, no queríamos ni vernos, no disfrutábamos de nada, no teníamos planes, ni salíamos, solo peleábamos.
Y así sin muchas vueltas una tarde donde ya estaba muy cansada y la relación no daba para más, usando una frase muy corta
-No voy a dejarte, porque siento que tengo un compromiso con vos, pero tampoco quiero que sigamos, así que si seguimos juntos es por vos, no por mí.
Siempre me gusto poner todo en términos de "por quien" hago las cosas, en ese caso sentía que estaba aguantando por él, ya que a mí esa relación no me hacia bien, creo que a Matías le quedo claro que lo estaba dejando, y así fue, hablamos bastante le aclaré que lo quería mucho, pero que ya no podía con eso, mientras pensaba en la sonrisa de Iván, y eso me permitía mantenerme firme en mi decisión.
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Crisis.
Teen FictionSi tomamos la tristeza como menos y la felicidad como más a continuación obtenemos la suma algebraica de momentos multiplicados por tiempo y divididos por espacio, y obtenemos exactamente un relato de muchas páginas que aburriría a muchos, pero a mo...