Tercer día de miedos.

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Me desperté y le mandé un mensaje "buen día precioso", como acostumbraba hacerlo cada mañana antes de que todo eso pasara, lo que él contestó muchas horas más tardes con un simple "buen día", pero al menos contestó, no hablamos en todo lo que fue de ese miércoles, sino hasta llegar la noche, como todos los días hasta entonces no había ido al colegio no porque no pudiera, o no quisiera, sencillamente no podía levantarme, cada mañana sentía que me deshacía en la cama y no podía hacer nada contra mi falta de fuerza excesiva, hay una diferencia entre tener sueño y no poder despertarte, yo no tenía sueño, solo pensaba que si me despertaba con mis ojos abiertos la realidad volvía a ahogarme, así que pretendía dormir el mayor tiempo posible, mi vida no tenía más sentido, porque si llegaba a ir al colegio, si me llegaba a despertar temprano, solo era para padecer la tristeza por mas horas, y no era algo que quisiera, quería arrancar el llanto de mis ojos y la única forma de hacerlo era sumergirme en la realidad paralela y momentánea del sueño profundo, todos mis compañeros me cuestionaban porque faltaba tanto y yo solo contestaba "no quería despertarme", mis comentarios haciendo burla sobre mis ganas de morirme, era mi forma de mantenerme viva y sacar las cosas para afuera, siempre que le explicaba a cualquier persona el hecho de que había terminado con Ivan era seguido de un "pero es un mal momento, ya va a pasar y yo voy a volver con él", así es, el no me hablaba, la cantidad de mensajes que me enviaba con suerte llegaban a cinco o seis por día, no me contestaba las llamadas, no quería verme, pero yo decía que iba a estar todo bien, en realidad no lo pensaba, pero era la única forma de mantenerme en pie, el apoyo de mis amigos, de mis compañeros, de mis profesores, esos días, fue único, mis mejores amigas no paraban de estarme encima, de ofrecerme venir a cuidarme, mis amigos solo querían sacarme de casa, o venían sin que yo los invite para estar acá, mi familia me traía la comida a la cama, y había un grupo de chicos nuevos en mi curso, con los que me llevaba hace muy poco tiempo, pero aun así reaccionaron también dándome a entender que estaban a mi disposición si yo lo necesitaba, ofrecieron salir conmigo, despejarme. Todos estaban preocupados, las mamás de mis amigas preguntaban por mí, amigos con los que no hablaba hace meses, al enterarse me llamaron, mi entorno se estaba portando de la mejor forma, era todo perfecto, pero aun así yo seguía queriendo morir por Ivan, esa noche le pregunte si iba a venir a mi casa el jueves, o sea un día después, y dijo que no, así es, a pesar de todo lo que le rogué y las opciones que le di, él dijo que no.

Le contesté intentando una respuesta más sensible de él, claro que totalmente errada, "bueno, no te gastes en volver a llamarme", esperaba algo que me muestre que no era lo que quería, algo que me diga que si las cosas eran tan definitivas entonces si me iba a ver, era totalmente estúpido lo que yo hacía, pero estaba desesperada y loca, muy loca, solo recibí una contestación enojado, diciendo que yo no lo esperaba, que necesitaba tiempo y que no pensaba que iba a reaccionar de esa forma, se despedía de mi de una forma violenta y me pedía que lo borre de todo contacto que podía tener con él, llegué a mi casa, y junté las cosas que tenía suyas, los regalos, las cartas, las fotos, la ropa, todo, mientras lloraba de una forma desconsolada, y borraba cada mensaje, borré su número de teléfono, cambié mis fondos de pantalla, saqué toda foto que tenga a la vista, y seguí llorando, desafortunadamente su celular lo sabía de memoria, así que no paso más de media hora que comencé a llamarlo, así de loca. Lo llamé y él no atendió nunca, por mensaje me preguntó para qué quería llamarlo y mis mensajes suicidas comenzaron, no sabía lo que esperaba de él y tampoco sabía lo que esperaba él de mi, quería estar tranquila, era un bollito de papel mojado, y arrugado, estaba débil, sin fuerzas, no quería vivir más, pero no porque que sintiera que mi vida era una mierda, en realidad sentía que ya no tenía vida, puedo asegurarles que el sentimiento de sentirse muerta, de sentir que sos un bulto, no tenía alma, ya no era yo, era solo un cuerpo, vacío por completo, era la materia justa para hacerle sentir a mi mama que su hija seguía viva, pero realmente no era así, yo morí, yo morí en esos tres días y lo peor es que seguí muerta, con las justas iba al colegio, mis notas no me importaban, el exitoso futuro con el que había soñado tampoco, decidí desprenderme de todo lo que tenía, quería, porque realmente estaba muerta, el único que podía volverme a la vida podía ser Ivan, y dentro de mi entorno era el único que no quería hacerlo, todos dispuestos a hacerme feliz, a hacer cualquier cosa por mí, pero yo ciega y egoísta, solo me cerré en lo que creía que era amor, pero realmente solo era droga, quiero aclarar que Ivan no tenía la culpa, realmente no la tenía, mi teoría sobre lo que es un relación, se basaba en que un novio es una pantalla, alguien que cubre tus ojos de cualquier problema, como mencioné antes, alguien que carga con tu mochila, así que mi mochila había vuelto, mis miedos regresaron y mi angustia y soledad por mas gente que tenia a los costados, volvió tenía miedo, miedo de volver a amar a alguien y perderlo otra vez, miedo de quedarme sola, miedo de la noche, porque lloraba hasta cansarme, y lo peor era que nunca me cansaba, sentía miedo a la mañana, a tener que ir al colegio, a tener que salir de mi casa, miedo a la gente, miedo a volver a fallar, tenía miedo de que alguien mencione a Ivan y no tener otra opción que salir corriendo, miedo de no volver a verlo, pero el peor miedo que tenia era de mi misma, porque era la persona que mas me odiaba, odiaba verme, saber que me había convertido en lo que siempre odié, porque mi alma estaba por fuera de mi cuerpo y quería matarme, así es, quería terminar con mis signos vitales, si me quedaba sola, eran cuestión de horas hasta poder atacarme a mí misma, lo peor es que si llegaba a convencerme de que era lo mejor, no iba a limitarme a una muerte insegura, como pastillas o cortar mis muñecas, yo si decidía matarme lo iba a ser de una forma que me asegure que mis ojos no se iba a abrir nunca más. ¿Se imaginan que alguien les diga esto?, bueno fue precisamente lo que le dije en una cantidad de mensajes impresionantes, con una histeria digna de una suicida, no se que hubiera hecho en su lugar, pero yo solo quería que él me diga que no quería que me pase nada con un simple "no te lastimes, va a estar todo bien" hubiera cuidado de mi cabeza y mi alma habría sido puesta nuevamente en su lugar, pero solo recibí mensajes que me pedían tranquilidad, que me acusaban de loca y mencionaba que cuando esté sana íbamos a poder hablar, que era egoísta porque no pensaba en cómo estaba él, y me recordó muchas veces lo histérica que soy. Comencé a llamarlo, porque solo quería escuchar su voz antes de dormir, luego de unas quince llamadas y unos quince mensajes pidiéndole que simplemente me deje escucharlo, contestó, él estaba del otro lado del teléfono, le dije todo lo que había mencionado previamente, pero esta vez escuche su voz enfadada, y sus retos, me acusó de estar enfermándolo, y me dijo que no estaba bien, me mandó a tratarme y hasta me convenció de que realmente estaba enloqueciendo, no obtuve más que un "el martes nos vemos", estábamos a miércoles y mi cuenta regresiva empezó cuando él dijo eso, seis días faltaban, seis días de miseria, y de angustia, pero al final, lo iba a ver, hablamos una hora y media por teléfono, aunque probablemente la mitad del tiempo hayamos estado en silencio, por momentos ninguno hablaba, pero me consolaba saber que estaba del otro lado del teléfono, así hasta quedarme dómida y saludarlo, le dije "nos vemos, te amo" y él contestó un "descansa, yo también", pero de una forma bruta, violenta, pero al fin y al cabo era un "yo también" que no puedo evitar mencionar, o eso creía yo, era una señal de que todavía no todo estaba perdido, esa noche me fui a dormir predispuesta a que si luego de verlo las cosas no cambiaban, mi vida tenia fecha de caducidad, especulé con el tren triturando mis huesos, porque era polvo y quería ser cenizas, recuerdo que mi llanto paraba al pensar en que todo iba a terminar, porque mi ganas de vivir iban a volver junto a Ivan o se iba a ir por completo, pero de alguna forma mi angustia no iba a continuar.

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