Cuarto día, soy polvo.

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Ya sabía que no iba a verlo esa tarde, y como lo hice toda la semana, falté al colegio nuevamente, me desperté al mediodía, y otra vez mis amigos se encargaron de sacarme de mi casa, como no iba a estar agradecida sabiendo el trato que tenían conmigo, nunca los había visto tan preocupados, que egoísta estaba siendo al pensar en irme y dejarlos solos, ellos probablemente pensarían que su trabajo por hacerme feliz no valió la pena, pero al contrario, su trabajo fue el que hizo de mis días más horribles de mi vida, que pasaran más rápido, no paraba de agradecer en silencio, de mirarlos y probablemente no haya sonreído en todo el día, pero por dentro había una parte de mi que estaba feliz, me sentía agasajada, cuidada, protegida, pero aun así el vacío en mi era tan, pero tan grande. Esa tarde por alguna extraña razón me sentí mejor que otros días, de un momento al otro me surgieron ganas de estar bien y comenzar a valorar todo lo que tenia, mis esperanzas de volver con Ivan eran más y más grandes y eso me mantuvo tranquila, a las cinco de la tarde, llamé a mis amigas para ir a tomar un helado, necesitaba salir de mi casa, despejarme, y volver a mi vida cotidiana, eso me duró un par de horas, camino a la heladería lo vi en la calle, a pesar de que quería correr a abrazarlo ,me limité a mirarlo fijo desde lejos hasta estar a su lado, pero cuando lo tuve a mi costado, me incliné a saludarlo y él solo siguió caminando, así como si no hubiese visto a nadie. Volví esa tarde con Nadia a casa, ella se encargó de distraerme lo que resto del día, vimos una película, mis amigos seguían mandándome mensajes, audios, o distrayéndome como pudiesen, me mantenían mi cabeza ocupada, pero a quien quería engañar, por mas bien o tranquila que finja estar, solo bastó acostarme, apagar la luz y llorar mientras Nadia pensaba que yo dormía, estaba destruida, desgastada, completamente triste, pero con la diferencia de que ahora sentía que podía salir de ese pozo, y ya mi muerte no estaba en mis planes, fue confuso como variaron mis estados de ánimo. Quizá un día me despertaba con ganas de terminar con todo y al otro día lo mas bien decía que iba a solucionar las cosas, pasaba de estar enojada a tranquila, pero siempre el vacío permanecía, la angustia era irritante en mi garganta, no hubo un día en el que no llorase, o que no tratara de hablar con Ivan, mandaba docenas de mensajes seguidos a los cuales contestaba uno con suerte, y de la forma más cruel que uno pueda imaginarse, trataba de entender que el necesitaba tiempo para pensar, que no tenía que presionarlo, pero de todas formas no podía evitar mi malestar, nada ni nadie podía evitarlo, era una especie de coma inducida, pero podía moverme y fingir, como si fuera un robot que actúa sin sentimientos, porque mis emociones solo tenían un fin que era Ivan, nadie más tenía permiso a manipular ninguno de mis sentimientos y volvía a sentirme nada, no era nada, no era nadie, era un cuerpo que vagaba sin rumbo, no tenia objetivo alguno, no quería nada, y absolutamente todo me parecía absurdo, si yo solo quería estar con él, solo él podía devolver mi alma a su lugar, podía devolverme mi vida, pero el necesitaba su espacio y yo tenía que dejar de ser tan egoísta, solo pensaba en mi bienestar y no consideraba que podía lastimarlo verme, no tenía noticia directamente de él, ya que no me contaba nada de su vida, pero los rumores que me llegaban eran malos, o en realidad malo para mi, el estaba haciendo su vida, conociendo gente nueva, saliendo con amigos, había empezado a fumar, y muchos me hicieron saber que no paraba de reírse de las cosas que le decía, hacia burlas con los mensajes que le llegaban míos y hasta apostaban con sus amigos cuantos mensajes le iban a llegar por día, era indiferente a mi dolor. Yo sentía mi cerebro derretirse por tanto pensar en toda esa mierda que vivía, no estaba preparada para alejarnos, pero las decisiones fueron muy apresuradas y muy vagas, que tonta fui al separarnos, si ambos nos amábamos de una forma única, queríamos estar juntos, o eso quería pensar yo, al fin de cuentas siempre llegaba a la conclusión de que alejarse de mi iba a hacerle mejor, porque si vamos al caso, yo no podía hacer feliz a nadie, y por la forma en lo que lo amaba no quería destruirlo con el tiempo, por más mal que le pude haber hecho, era capaz de hacerle mucho peor, y así le ahorré muchos meses de padecer las peores cosas, porque me conozco realmente. Así es, así de histérica me comporte esos días, podía pensar en el mismo momento que estaba totalmente bien y que estaba totalmente mal, y hablar de lo mismo, podía odiarlo, amarlo, extrañarlo, y cualquier otra cosa, todo al mismo tiempo, pero nunca lograba descifrarme por completo. ¿Qué quería?, ¿Qué era?, no sabía si esa era mi verdadera personalidad, o había cambiado, estaba teniendo un trastorno bipolar sin enterarme, o solo era un capricho mío, o quizá solo necesitaba dormir, así que cerraba los ojos y intentaba hacerlo.

Crisis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora