Con los días, las cosas con Ivan eran mas y mas distantes, el colegio separó mucho sus visitas, solíamos vernos los martes y sábados, SOLO MARTES Y SABADOS, si tenía un segundo libre lo llamaba para pasarlo con él, algún que otro día faltaba al colegio para quedarse la tarde conmigo, y muchas veces lo invitaba a dormir, claro que al otro día tenía que volver a despertarme a las 7 para ir al colegio y si él venía lo pasaba a buscar con mi mamá por su casa a las diez y media, que era a la hora que llegaba si salía del colegio, pero aun así se lo ofrecía, quería verlo y no me importaba el horario, yo quería estar aunque sea unos segundos juntos, pero la mayoría de las veces me decía que no, me decía que era tarde, o ponía las típicas excusas que pondría yo si no fuese tan importante, no sé bien que pasaba por su cabeza y probablemente debería haberlo entendido, pero no era así, las peleas porque no venía a casa cada vez eran mas y mas frecuentes, o no hablábamos en todo el día por celular, claro que era obsesiva la relación que yo estaba pidiendo, pero era a lo que estaba acostumbrada. Los martes que era el único día que nos veíamos, él se iba temprano de mi casa porque tenía que ir del padre, nunca pude entender porque en vez de pedirme que fuera con él a la casa del padre, decidía ir solo y así vernos solo una hora, para sentir que quería seguir conmigo, pero no era así, siempre se iba solo y no importaba que le ruegue que se quede, siempre era lo mismo, tenía que ir exactamente el único día que tenia la tarde libre. Estas cosas me molestaban por demás, pero eran pocas las veces que se lo decía, porque sentía que discutir de esa forma era en vano, yo podía ser tolerante, tenía que ser tolerante y no tenia que obligarlo a que tratara de meterme en sus relaciones familiares, probablemente no se sentía cómodo haciéndolo, y no podía pretender que lo hiciera, pero no quita que no me haya molestado, o que esas cosas también contribuyan a peleas posteriores. Sentía que podía aguantar cualquier cosa, porque lo necesitaba, sentía que si me ignoraba cuando yo le hablaba o si no quería escucharme cuando yo estaba mal, por mi estaba bien, porque lo seguía teniendo al lado, si solo notaba que escuchábamos la música que él quería, que pasábamos horas viendo videos de sus bandas favoritas, o viendo partidos de futbol y no me mal interpreten, amaba hacer eso, de hecho es algo que me encantaba de pasar tardes con él, el momento donde se sentaba en la computadora y me empezaba a explicar cada show, cada partido, cada pelea de boxeo, aprendía sobre música, sobre deportes, sobre juegos, me fascinaba escucharlo, pero admito que me molestaba un tanto, que nunca esté dispuesto a escucharme a mí o a ver durante horas algo que era de mi interés, quizá a mí también me hubiera gustado compartir mis gustos, mis pasiones, mi vida. Pero también podía tolerarlo, así era la relación que siempre me había dado, no podía pretender cambiarlo. Todo estaba bien entre nosotros, no podía enojarme por cosas "tontas", que podían arruinar nuestra relación, realmente no lo valían. En el momento de poner en una balanza todo, el lado de cosas buenas multiplicaba por infinito a las cosas malas.
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Crisis.
Teen FictionSi tomamos la tristeza como menos y la felicidad como más a continuación obtenemos la suma algebraica de momentos multiplicados por tiempo y divididos por espacio, y obtenemos exactamente un relato de muchas páginas que aburriría a muchos, pero a mo...