Recuerdos ciertos momentos particulares en los que lograba sentirme infinita, momentos excesivamente felices en donde pretendía que no terminen, solíamos creer que teníamos tantas cosas en común, recuerdo estar cocinando preguntarle su gusto en una comida y que simplemente me responda "A vos como te gusta" y que ya obtenga mi respuesta, así se presentaban muchas oportunidades donde sentíamos tener una conexión que iba por mas allá de lo físico.
Cuando era muy chica, solía preguntar constantemente a mi papá y mamá si me querían, sus respuestas solían ser "No te quiero, te amo" y yo me quedaba tranquila, pero una vez mi papá en vez de dar esa respuesta, me preguntó porque siempre tenía que confirmar eso y si tanto desconfiaba del amor que me tenían, eso es algo que siempre me dejó pensando y que describe perfectamente mi forma de ser, siempre necesito que me confirmen seguido, si aún me quieren, sea la persona que sea, sufro mucho los malos tratos, tanto que podría preocuparme por horas porque no me contestan un mensaje o no me saludan como acostumbran, por primera vez volví a sentir que no necesitaba la confirmación de alguien, sentí que solo sabía que esa persona me amaba, era la seguridad en un sentido puro, en el sentido más puro que podría llegar a existir, algo que jamás había experimentado. Estaba segura de mi, segura de él, y segura de nosotros, no quería y precisaba mas nada, solo tenía ojos para mi, y yo solo los tenia para él. ¿Qué mas iba querer? Nada en absoluto. Recuerdo las noches que pasábamos recostados y hablando de la tranquilidad que encontrábamos en el otro, momentos donde nos reíamos mientras él me hacia cosquillas mientras manipulándome me obligaba a gritar cosas cuando me grababa con su celular, y después me mostraba esos videos con una sonrisa inmensa y diciéndome que era hermosa, solía hacerme cantar canciones en ingles, siendo consciente que no conocía ese idioma, por supuesto que mis letras eran trabalenguas y tarareaba de una forma inocentemente patética, a él le gustaba verme mientras hacia esas cosas, y me fascinaba la forma en la que me veía, me hacía sentir que con algo tan tonto podía hacerlo feliz, no necesitaba de mucho para verlo sonreír, compartíamos sueños, y actividades, y me sentía bien con cada cosa que hacíamos, solía irlo a buscar al colegio, y venir hasta casa, me encantaba esperar a que salga y verlo mientras su cara se modificaba de una aburrida mirada por haber estado dentro de él colegio a una sonrisa.
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Crisis.
Teen FictionSi tomamos la tristeza como menos y la felicidad como más a continuación obtenemos la suma algebraica de momentos multiplicados por tiempo y divididos por espacio, y obtenemos exactamente un relato de muchas páginas que aburriría a muchos, pero a mo...