La venida de JESÚS

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Vivimos los tiempos finales de la humanidad, y creo que somos la generación que atestiguará la venida de Jesús. Lo digo por muchos motivos, entre estos, por la manera en que las personas viven hoy.

El Señor Jesús dijo que Su venida sería cuando los hombres empiecen a vivir exactamente como vivían los habitantes del mundo en los días de Noé. ¡Vea!

“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”
(Mateo 24:37-39)

El periodo antediluviano fue marcado por un tiempo en el que las personas solo se preocupaban por ellas mismas. Comían, bebían y se divertían. Eran fiestas, placeres y deleites, pero ningún interés por Dios.

A Noé le llevó 100 años construir el arca, y, en ese periodo, predicó sobre el arrepentimiento. Nadie lo escuchó, excepto su propia familia.

Los demás estaban tan preocupados y entretenidos con disfrutar la vida que no se dieron cuenta del peligro que estaban corriendo, hasta que Noé entró en el arca de Dios y cerró la puerta. Solamente cuando el cielo se nubló y oscureció, listo para colapsar el juicio de Dios, el pueblo se dio cuenta de la locura que había cometido,

¿Eso no es lo que también hemos visto en los días actuales?

Nuestra generación llama lo correcto de incorrecto y lo incorrecto como correcto. La tecnología aumenta, el saber se multiplica, una cantidad aterradora de información corre en todo el planeta, pero nada de esto vuelve mejor al hombre. Por el contrario, el ser humano está dejando de ser “humano”. Hemos visto monstruosidades que ningún ser irracional es capaz de cometer.

Y la tendencia es que todo esto empeore.

Discúlpeme si esta información confronta y choca con usted que cree que el mundo será mejor en los próximos años. Siento decir que la pedofilia, los crímenes atroces, las traiciones, la egolatría, la falta de respeto y todo lo demás que es perjudicial, solo tienden a aumentar, porque las personas están bebiendo iniquidad como si se bebiera agua, sin medir las consecuencias de esto.

Otra señal de la venida del Señor Jesús es la apostasía, es decir, el enfriamiento de la fe y del amor, en una intensidad sin igual. Y eso ya lo presenciamos. Solo es suficiente ver las noticias para que nos cercioremos de esa realidad.

Entonces, en el reloj del Cielo, estos son los últimos minutos de gracia y de oportunidad, antes de que venga el juicio de Dios.

Recuerde que Noé no fue quien cerró la puerta, fue el propio Todopoderoso, y nadie podría cerrarla tan bien como Él.

Si usted que lee ahora este texto aún no se entregó al Señor Jesús, corra y hágalo inmediatamente, ¡mientras pueda! ¡El HOY es un tiempo precioso!

Y si usted ya es de Dios y desea permanecer hasta el fin, ¡sea fuerte!

El consejo vale para todo: renuncie al pecado y persevere en buscar una vida de comunión con Dios.

Estemos continuamente en el “arca”, pues, pronto, ¡la puerta se cerrará y no habrá quien abra!

Tomado del blog del Obispo Macedo.

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