Padre rico, ¿Hijo pobre?

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Es muy extraño pensar en la posibilidad de que el hijo de un millonario coma y vista mal. Al final, los padres siempre tienen placer en dar lo mejor a sus hijos y verlos felices. Dios, como el buen Padre que es, también tiene esa alegría, pero aun así, muchos de los que dicen creer en Él, aún tienen una vida miserable y limitada.

Durante la conferencia que se lleva a cabo los lunes en el Templo de Salomón, el obispo Edson Costa enseñó que una de las razones para que eso suceda es la falta de madurez para recibir las bendiciones. “Usted no le da la llave del carro a su hijo de 10 años para ir al mercado y hacer las compras del mes, pues sabe que él no tiene la condición de hacer algo así”, explica.
De la misma forma, Dios quiere derramar Sus bendiciones sin límites, pero si el hijo es inmaduro espiritualmente y se puede perder al recibir lo que pide, Él prefiere esperar. “Grandes empresarios, que llegaban en helicóptero, ya pasaron por aquí, pero no tenían la madurez como para tomar posesión de algo tan grande. El dinero se volvió una maldición que afectó su comunión con Dios”, afirma el obispo.

¿Cómo saber si soy inmaduro?

“Voy a dejar de hacer la cadena de oración, si Dios no me bendice, salgo de la iglesia”. Frases de renuncia son dichas constantemente por aquellos que no están preparados para recibir las bendiciones de Dios. Querer retroceder ante la menor señal de problemas y ser dependiente de otras personas son otras características de quien es niño en la fe.

“Madurez espiritual es enfrentar una lucha y apegarse más a Dios. En vez de reclamar, clame. En vez de desistir, insista. Esa es la postura de alguien que está creciendo espiritualmente y, viendo eso, Dios lo bendice más”, enseña el obispo Edson.

Tomado del blog Universal México.

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