La fe sin resultados no es fe

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“Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta” (Santiago 2:17).

No se puede contar con nadie o nada muerto. Así también es la fe, muerta no sirve para nada. Por eso, muchas personas luchan, trabajan duro y nunca tienen nada. Luchan por mucho, pero tienen poco. Corres el riego de trabajar toda la vida y nunca tener nada. O quizá, hasta conquistar un poco, y nada más…

Las obras de la fe son los resultados, los beneficios de ella. Si yo digo que tengo fe, pero no hay resultados, obras o algo visible que muestre esa fe, entonces está muerta.

“¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el Altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura…” (Santiago 2:20-23).

“La persona que está poniendo la fe en práctica tiene vida, florece, es como una planta vigorosa, porque está poniendo en práctica una creencia en un Dios invisible e infinito. Sin embargo, sucede lo contrario cuando la persona tiene fe, pero no la pone en práctica; esa persona está muerta, es como un difunto: el cuerpo está perfecto, pero no tiene espíritu”, explica el obispo Macedo.

Tomado del blog Universal México.

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