Soledad que destruye

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La soledad puede ser considerada como una de las peores tristezas en la vida de una persona. La infelicidad amorosa repercute en todas las áreas, sean familiares o profesionales.

Pero cuidado, la soledad no ataca solamente a quien no tenga a una persona a su lado, hay casos en los que una persona casada, e incluso con hijos, también puede sentirse sola.

Estas son algunas situaciones que retratan esa soledad amorosa: Usted está solo y no encuentra con quién empezar una relación; tiene una relación, pero es despreciado constantemente; su compañero o sus hijos no le prestan la debida atención; su cónyuge prioriza otras cosas y a otras personas y usted se siente excluido; ya fue traicionado o víctima de mentiras.

Entre tantos problema, muchos prefieren aislarse. Y el vacío interior hace con que piensen en renunciar a ser felices.

No es en vano que un estudio de la Universidad de Chicago reveló que la soledad mata hasta dos veces más que la obesidad. La investigación muestra que una persona solitaria tiene más riesgos de sufrir un ACV y ataques cardíacos. Además, hay una mayor tendencia a la depresión y a la pérdida de la calidad de vida en general.

Sepa algo, Dios no le ha dejado en ningún momento. Recordemos que él es omnipresente, por ello, él ha estado con usted desde su nacimiento, en sus mejores y peores momentos.
No es coincidencia que en la Biblia se hable de muchas ocasiones en que la humanidad intentó esconderse de Dios, algo a lo que falló como es el ejemplo de Adán y Eva en el Edén: "...y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Dios entre los árboles del huerto." Génesis 3:8

El Señor Jesús nos conoce mejor que cualquier otra persona, incluso que nosotros mismos. Él está las 24 horas del día con nosotros, incluso cuando dormimos. Es imposible separnos de él.

La soledad acaba cuando reconocemos que Dios está con nosotros sin importar lo que hayamos hecho, un error, un pecado, el seguirá ahí porqué tiene misericordia de nosotros. El hecho de que usted esté leyendo esto no es casualidad, Dios mismo lo trajo aquí.

Cuando usted abrió los ojos Dios ya estaba ahí esperando a que despertará, una ves más Dios tuvo misericordia dándote vida.

"...y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." Mateo 28:20

Tomado del blog Universal México.

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