“Y sucedió que cuando Acab vio a Elías, Acab le dijo: ¿Eres tú, perturbador de Israel?” 1 Reyes 18:17
Quien carga consigo la FE sacrificial, es visto por el mundo como perturbador. Porque, de hecho, no existe nada que perturbe más al diablo que el sacrificio.
Elías trajo la solución para toda la miseria que el pueblo vivía, a través de un desafío que perturbó a Acab y a todos los profetas de Baal.
Cuando nuestra fe es DESAFIADA en el ALTAR, nuestra carne es perturbada, el Señor Jesús fue un ejemplo de eso, cuando dijo:
“Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte…” Marcos 14:34
Al diablo lo perturba todavía más el verdadero sacrificio, y por eso usa a cosas y a personas para intentar impedirlo.
Pero vemos que ante eso Elías no se intimidó, al contrario, siguió perturbando a los profetas de Baal, por la convicción que tenía de su propia fe:
“Y sucedió que ya al mediodía, Elías se burlaba de ellos y decía: Clamad en voz alta, pues es un dios; tal vez estará meditando o se habrá desviado, o estará de viaje, quizá esté dormido y habrá que despertarlo.” 1 Reyes 18:27
Quien tiene esa certeza, que viene del Espíritu Santo, no se intimida, enfrenta sus desafíos ¡y prueba Quién es el VERDADERO DIOS!
Cuando Jesús llegó a la provincia de los gadarenos, los demonios que estaban en dos hombres dijeron:
“¿Qué tenemos que ver Contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para ATORMENTARNOS antes del tiempo?” Mateo 8:29
La Iglesia Universal siempre llevó consigo esa determinación, adonde llegamos, por causa de nuestra FE SACRIFICIAL, perturbamos al diablo y a aquellos que son usados por él.
Jesús siempre perturbó a los religiosos que no vivían esa FE SACRIFICIAL, escribas y fariseos.
La pregunta es: ¡¿USTED HA PERTURBADO AL DIABLO POR CAUSA DE SU FE, O HA SIDO PERTURBADO POR ÉL?!
Colaboró: Obispo Clodomir Santos
Extraído del blog del obispo Edir Macedo
Tomado del blog Universal México.
ESTÁS LEYENDO
Cerca de DIOS ©
Spirituale¿Quieres escuchar la voz de DIOS? Lee los diferentes temas que te ayudarán a acercarte al DIOS ALTÍSIMO, como está escrito: «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro...