Cuidado con las palabras

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Muchos están viendo el tiempo pasar
y continúan practicando los mismos errores.
Ponga mucha atención.
Todo lo que nosotros sembramos, nosotros cosechamos.
¡Y eso es una ley fija!
Todo es todo, incluyendo las palabras que una vez
pronunciadas no hay como traerlas de vuelta.

Y ahí está el gran problema, porque
la muerte y la vida están en el poder de la lengua.
Por nuestras palabras somos justificados,
y por nuestras palabras somos condenados.
“No por las palabras de los demás, ¡sino por las nuestras!”
Todo lo que decimos a oscuras será oído a plena luz.
Porque nada hay encubierto que no sea revelado;
ni oculto que no venga a ser conocido por todos.

Medite en este versículo.
Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente.
Y dirá todo el pueblo: Amén. Deuteronomio 27:24

Tomado del Facebook de obispo Djalma Bezerra.

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