Skip Beat: Luces, cámara y... ¡Amor!

Capítulo 37

La pequeña y adorable conejita olfateaba el pecho de su "padre", quien la abrazaba y acariciaba con la mirada perdida. Posteriormente, le sonrió con tristeza para finalmente dejarla en su habitación, en su camita exquisita y caliente; la cual fue diseñada y elaborada por su "madre" semanas atrás, su madre quien además tiene su mismo nombre: Kyoko. En efecto, tener juntos a una mascota era realmente muy sugestivo, y le daba la excusa a Kyoko de aparecer todos los días en su departamento; e incluso de quedarse a dormir.

Pero Kuon estaba muy tenso como para que la ternura de su pequeña amiga y celestina le anime. Acorralado, así es, ahora se sentía sin salida... ¡Tenía que decir la verdad! ¡Tenía que haberle dicho la verdad hace tiempo! ¡¿Por qué no lo hizo antes?!... Oh, claro, por supuesto... Lo tenía planeado para ese día en Disney, sin falta. Por ese motivo fue que esa tarde no se atrevió a hacer un movimiento, por eso fue que en todo ese tiempo entre esa provocativa tarde y la salida de San Valentín... ¡No hizo nada! Oh, ahora cómo de arrepentido y furioso se sentía.

Cuando Kyoko le preguntó semanas atrás que si él se podría enamorar de ella, Kuin Hizuri estaba totalmente al límite. Pudo haber hecho algo pero no lo hizo, se contuvo de nuevo, pensó que el momento adecuado llegaría pero... Cómo se arrepentía ahora más que nunca de no haber aprovechado esa oportunidad.

¡¿Que si podría enamorarme de ti?! ¡¿Que si podría?! ¡¿Pero qué clase de pregunta es esta?!

Kuon Hizuri estaba al límite, su autocontrol se iba perdiendo con su paciencia ante semejante pregunta.

¡Estoy loco por ti! ¡Más que enamorado, estoy completamente loco por ti!

Gritaba en su mente, mientras empuñaba las manos con una fuerza sobrehumana; tanto así que, si hubiese tenido en alguna de ellas un vaso, seguramente, este hubiese explotado en mil pedazos. Pero no podría responder eso, no podría porque no era el momento adecuado, o eso era lo que pensaba. No obstante, no pudo dar más respuesta que un decepcionante:

No hay motivos para que eso no pueda ser posible, Kyoko-chan, cualquiera de los caballeros que conozco se podría sentir muy bendecido de tenerte a su lado...

Kyoko, en ese entonces se sintió herida por esa respuesta, porque en su cabeza había una vocecita que resonaba en su cabeza, una que decía:

"Pero usted no es uno de ellos, ¿cierto?"

Está de más decir que las cosas se quedaron silenciosas y deprimentes entre los tontos enamorados luego de esa declaración. Esto hizo que Kuon sienta aún más arrepentimiento, así que invitó a Kyoko a pasear por los jardines interiores del edificio; invitación que Kyoko aceptó con una sonrisa no muy convincente. Ella con ese suave rechazo obtuvo suficiente, se convenció a sí misma que definitivamente estaba en la tan temida "friendzone".

Pasearon esa tarde, pero Kyoko recibió una llamada misteriosa por la que se terminó marchando durante el romántico atardecer que pudieron aprovechar juntos. Una llamada que él detestó en demasía, pero la dejó marchar porque el momento ya se había puesto demasiado incómodo como para intentar retenerla, y más con la situación ya bastante arruinada por ese extraño cuestionamiento; no por la pregunta en sí misma, sino por la reacción a la respuesta que Kuon pronunció y el misterio detrás del real significado de la pregunta. Hizuri no sabía cómo interpretar ese hecho, no entendía qué significado tenía esa actitud por parte de Kyoko, y más aún las que siguieron ese día.

No obstante, los días siguientes el ambiente mejoró de una manera totalmente inesperada, ni Kyoko ni Kuon pudieron tener una semana mejor a lado de su conejita. Y sus reuniones durante el trabajo se hicieron más cercanas y amenas. Kyoko fue a visitarlo, a la filmación de un comercial, con su pequeña amiga, la conejita con su mismo nombre; y por su parte, Kuon fue a visitar a Kyoko, durante la filmación que ella tenía para un capítulo especial de un reality show para el cual fue invitada, junto a la coneja.