Capítulo 11 "Sin permiso"

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2018
Jazmín ya no sabía qué hacer. Echaba muchísimo de menos a Flor. Solo pensaba en ella y en la posibilidad de recuperarla. Toda su vida Jaz fue una romántica empedernida, y eso ni iba a cambiar ahora.
Decidida aprovechando que su padre estaba dormido y Mona lo cuidaba Jaz tomó sus cosas y fue directo a la tienda de Dani, donde por supuesto estaría Flor.
Al llegar decidida y con las pulsaciones a mil, Jaz la buscó con la mirada hasta que dio con ella en lo últimos estantes.
Sin importarle nada, ni nadie se dirigió hacia ella. Ya no aguantaba más estar sin sus labios. Flor no supo muy bien en qué momento fue pero en un pestañeó ya estaba parada frente a Jazmín con su boca muy cerca de la de ella.
La colorada la tomó muy fuerte por la cintura para evitar que se saliera de su agarre y en menos de un segundo cerró el corto espacio que había entre ellas.
Fue un beso intenso, lleno de hambre, deseoso de ella. Al principio esto tomó a Flor por sorpresa, incluso quería alejarla pero al sentir bien el tacto de esos carnosos labios, se derritió en sus brazos y siguió el beso.
Sus respiraciones se sentían en todo el lugar, ambas estaban ansiosas una de la otra. Ya no eran unas niñas, eran dos mujeres hechas y derechas.
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2003
Habían comenzado las clases tras unas cortas vacaciones de invierno. Flor y Jaz habían pasado casi todo el tiempo juntas y estaban más cercanas que nunca.
Esa tarde Flor tenía clase de inglés, pero como era bastante buena en esa materia decidió hacer novillos y faltar a ese turno.
Mientras Jaz media dormida, daba Historia. No entendía a nada lo que decía aquella señora de voz gruesa, y lo que hacía para mantener su mente entretenida era hacer pequeños dibujos en la esquina de su libreta.
-Jaz, te van a pillar- dijo Javo quien compartía asiento con la colorada
Ella le hizo una mueca de no importarle y siguió pintando. Aquel turno parecía eterno. Se le habían acabado las ideas y ya no sabía que pintar. Lanzó un suspiro y bajando la cabeza mientras miraba por la ventana que estaba a su lado.
  Comenzó a observar el patio del recreo tratando de buscar algo para pintar, cuando de pronto vio a su adorada Flor. La morocha estaba acostada sobre uno de los bancos mientras escuchaba música y casi parecía estar dormida.
Al verla así tan despreocupada Jaz no pudo contener la sonrisa, ella amaba verla así. Estuvo un rato observándola en silencio, no podía apartar la mirada de ella, mientras que Flor sin darse cuenta de nada tarareaba una canción con los ojos cerrados.
Jaz estaba tan entretenida mirándola que no se percató de los avisos de su amigo y cuando se vino a dar cuenta ya tenía a la profesora junto a ella.
-¿Qué te parece más interesante que mi clase?- dijo la señora
Jaz tragó en seco, no le importaba mucho pero esta señora le daba un poco de miedo. Bajó la cabeza y miró su libro esperando a que la señora se fuera.
La profesora la miró acusadora y miró hacia afuera buscando el motivo de entretenimiento de la colorada, pero por suerte pareció no darse cuenta.
-Ponga los pies en la tierra de una vez, del Rio, que le va a ir muy mal si sigue así- le advirtió y volvió a su escritorio
Jaz la miró mal, como queriendo matarla con la mirada, pero luego bajó la cabeza y simuló escribir algo de la lección.
-Te lo dije- dijo Javo sonriendo al ver la vergüenza que había pasado su amiga
-Sh, esa vieja siempre me mira mal- dijo molesta
-Será que nunca la atiendes. Por eso- dijo Javo
El chico miró hacia afuera y vio el motivo de distracción de su amiga
-Ah, ahora entiendo. Límpiate la babita Juanca, que me vas a mojar a mí- entre risas
-¿Qué dices?- a la defensiva
-Por Florencia lo digo. Es a ella la que miras, ¿No?-Jaz se puso colorada, ella sabía que su amigo sospechaba algo pero no quería confinárselo.
Javo notando su nerviosismo le sonríe y le pone la mano sobre el hombro
-Tranquila, que no voy a decir nada. Pero yo tú me apuro y no pierdo más el tiempo- le advirtió
Jaz miró a Flor nuevamente. ¿Qué debía hacer? ¿Sería capaz de arriesgarse y cargar con las consecuencias?
Los pensamientos iban a mil en la cabeza de Jazmín. Solo faltaban dos turnos para terminar el día, pero sabía que a la salida como siempre no iba a tener oportunidad de hablar con ella sobre lo que le pasaba. Miró su reloj y vio que quedaba media hora del turno.
Miró nuevamente a Flor y tembló un poco  solo de pensar en cómo reaccionaría ante sus sentimientos. Respiró profundo y decidida levantó su mano.
La señora la miró muy seria y le dio la palabra
-¿Puedo ir al baño?-
La profesora miró el reloj y vio el tiempo que quedaba - ¿Ahora?-
-Sí, no aguanto más- dijo Jaz nerviosa
La señora asintió con la cabeza no muy conforme y Jazmín salió prácticamente corriendo del salón.
Corrió por los pasillos hasta que llegar al patio, pero no había nadie. Estaba vacio
-¡Mierda!- exclamó al ver que Flor ya se había ido.
Se llevó las manos a la cabeza y volvió en sus pasos desilusionada. Pensó que era mejor así, tal vez eso nunca tendría que pasar, tal vez tendría que tragarse sus sentimientos.
Ya estaba dada por vencida cuando de repente sintió unos golpes provenientes de un lado del pasillo. Miró curiosa y allí estaba ella, su adorada morocha.
Flor le daba golpes a la máquina dispensadora, pues no le quería dar lo que había pedido.
Jaz sonrió, se veía tan adorable cuando estaba enojada. Se acercó sacando de su bolsillo una moneda la cual metió sin decir nada en la ranura de la máquina. Flor se volteó sorprendida y al ver que era ella sonrió.
Jaz sin apartar la vista de ella se agachó y cogió el chocolate que Flor había pedido, entregándoselo en la mano
-Ah, gracias, mi salvadora.- dijo sonriéndole
-Que exagerada- dijo riéndose avergonzada por sus elogios
-No, no es exageración, cada vez que estoy en problemas, vos apareces y me salvas- dijo acercándose a ella con una hermosa sonrisa
-¿Y lo qué haces vos por mi?-
-¿El qué?- curiosa
-Alegrar todos mis días con esa bella sonrisa que tienes- dijo Jaz mirándola enamorada
Flor se puso roja y soltó una carcajada pensando que la colorada bromeaba.
Juntas caminaron hasta sentarse en el césped como acostumbraba a hacer.
-¿Y vos que haces fuera de clase?- le preguntó la morocha
-Es que te vi por la ventana y pensé que este sería mejor plan que estar estancada en el aula con esa señora que da historia- le contestó
-Ah, bueno, se siente bien saber que te prefieren antes que dar historia- dijo irónica
-Ah, no te hagas la ofendida. Salí porque te vi tan relajada y feliz que no aguante…- dijo Jaz dejándose guiar por sus pensamientos
-¿El qué?-
Jazmín sintió su corazón latir a mil ante la pregunta de la morocha. Ya estaba más que claro. Era ahora o nunca.
-Las ganas de hacer esto- dijo Jaz lanzándose a los labios de Flor
La besó lo más fuerte que pudo. Quería que ese beso hablara por ella. Era un beso lleno de hambre, un beso que había estado reprimiendo desde hacía muchísimo tiempo.
Se separó nerviosa esperando una reacción por parte de Flor, pero al ver su cara no era lo que esperaba. En la cara de la morocha se veía una mezcla de temor, confusión y duda.
Aterrada y al ver que Flor no expresaba palabra, Jaz pensó que había metido la pata y se alejó de ella. Se levantó avergonzada, con los cachetes rojos.
-Perdón, perdón – exclamó mientras se iba sin mirar a los ojos de la morocha
Pensando que ahora si lo había fastidiado todo,  Jaz salió corriendo con lágrimas en los ojos. Quería morir, y se fue huyendo, sin dar tiempo a Flor a reaccionar. Oyó que alguien la llamaba pero la vergüenza era mayor.

2018
Jazmín tenía a Flor justo donde quería. Ya no era una niña y se lo estaba demostrando. Llevó sus manos por encima de su cabeza y la siguió besando. La respiración agitada de Flor hacía que sus pechos cubiertos por sus blusas se rozaran.
   Jaz se separó un segundo para ver la cara de la morocha. Sonrió de lado la ver aquella imagen. Estaba competente entregada, su labial corrido y sus ojos negros llenos de lujuria. Era una imagen de deseo y de amor, muy diferente a la que había visto hacia uno años atrás cuando le dio su primer beso serio.
Complacida con el efecto que provocaba aun en Flor, Jaz volvió a atacar sus labios, esta vez con más pasión. Cogía su cabello mientras que las manos de Flor colocadas sobre su abdomen hacían el leve, casi nulo intento por apartarla.
  Flor no aguanto más la excitación que Jaz le provocaba, y llevó sus manos a su cintura arremetiéndola contra ella. La quería sentir cerca, quería sentir que seguía siendo suya.
-Te extrañe- dijo Jaz rozando sus labios
-Yo también- dijo Flor y de un solo movimiento, arremetió a Jaz contra el otro estante
Ahora era la morocha la que llevaba el mando. Cogió las mejillas de la colorada y la acarició mientras observaba su rostro con fascinación. Era como si mirara el cambio que había provocado el tiempo, pero sabía que nada había cambiado entre ellas, que Jazmín seguía siendo la misma adolescente que babeaba por ella en los recesos.
La beso con delicadeza, queriendo saborear lentamente sus labios. Jaz estaba fascinada, no sabía cuántas noches había soñado con volver a besarla.
En ese momento se sintió la puerta abrirse, las chicas asustadas se alejaron lo más rápido que pudieron. Flor trató de arreglarse la ropa, la cual estaba toda regada y de limpiarse el labial. Mientras que Jaz trató de peinarse lo más que pudo. Se miraron sin decir una palabra, hasta que Flor fue la primera en salir.
La morocha fue a atender la tienda, para encontrarse con que era Javo el cual era cliente fijo del local. La morocha respiró aliviada al ver que no era Dani, si la veía así sin duda se iba a dar cuenta de todo.
-¿Y vos de dónde saliste? Parece que te cogió un tornado- dijo el chef riéndose de su aspecto
Flor se sonrojó y en ese momento salió Jaz con la cabeza baja de su escondite. Solo con verla Javo lo entendió todo
-Ah, ya entiendo todo- dijo con su tono burlón, que era característico en él
-Grace- dijo haciéndole señales para que se callara
Javo sonrió y pidió su orden. Jaz esperaba pegada a la estantería a que  Javo se fuera para poder hablar con Flor de lo sucedido.
La morocha la miraba escondida y cada vez que sus miradas coincidían Jaz le sonreía y ella se sonrojaba.
-Me  voy, Dios, que tensión hay aquí. Hot.- dijo Javo cogiendo sus cosas y saliendo del lugar
Tras irse Jaz se acercó lentamente al mostrador, donde estaba Flor y con una sonrisa de oreja a oreja le dijo -¿Y ahora?- sin apartar la vista de sus labios
Flor tragó en seco, no podía dejar de pensar en esos labios carnosos que la llamaban a gritos.
-¿Ahora qué?- mirándola a los ojos muy seria
-No sé, dime tú-  sin quitar la cara de esperanza que tenía
-¿Qué quieres que te diga, Jazmín?- dijo en un suspiro
-Lo que piensas. ¿Qué piensas de esto? ¿Qué sientes después de lo que acabó de pasar?-
-Que fue un error- dijo tajante
Jaz la miró confundida. ¿Cómo podía decir eso? Cómo podía reaccionar así después de aquel beso que sin duda les había movido el piso a las dos.
-¿Fue un error?- pregunto con la voz ahogada
A Flor también se le fue la voz y sus ojos se enrojecieron, pero se mantuvo firme.
-Sí, un rotundo error- reafirmó mirándola directamente a los ojos
Jaz tragó en seco y se alejó un poco del mostrador. La miró y vio la frialdad en su rostro. No le importaba, no le había importado su beso.
-Que tengas un buen día, Jazmín- dijo Flor cortante, como una indirecta para que se fuera
Jaz la miró con los ojos húmedos, se secó las lágrimas decidida y llena de rabia salió de la tienda sin intención de regresar.
Una vez sola, Flor llena de rabia consigo misma, tiró de un manotazo todo lo que estaba encima del mostrador, golpeo todo a su paso y llorando se dejó caer al suelo. ¿Cómo había podido decirle eso? ¿Por qué no le dijo la verdad? ¿Por qué no le dijo que quería revivir ese beso una y mil veces por el resto de su vida.

Código Postal... Es tu mirada (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora