Capítulo 40 "Fue por tu bien"

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2018
Flor dormía en el sillón al lado de la cama de Jazmín. Su mano estaba aferrada a la de la colorada, mientras aquella todavía estaba inconsciente. De repente una presión en su mano la hizo despertar. Jaz se aferraba con fuerza a su mano aún dormida
Flor se levantó agitada y apretó su mano
-Cariño, Jaz, ¿Estás bien? Despierta, por fa- suplicó Flor sin soltar su mano y acariciando su frente mientras las lágrimas caían por su rostro
-No, no, no quiero hacerlo- murmuró Jaz
-¿Qué?- confundida
Jazmín no hablaba con ella, estaba alucinando, seguramente debido a la contusión
-Jaz, tranquila- dijo Flor al ver como comenzaba a quejarse desesperada
-No, no quiero. No la voy a dejar… Teresa, no. No me voy a ir sin ella- murmuró Jaz y Flor se separó confundida
-¿Teresa?- se dijo a sí misma. Se volvió a acercar y trató de obtener más información -¿Teresa? ¿Mi mamá? Jaz, ¿Estás hablando de mi mamá?-
Jazmín se puso peor y de repente comenzó a llorar. Al verla así Flor llamó al médico corriendo. Este llegó y le dio un calmante. Tras analizarla indicó que era normal las alucinaciones debido al golpe y que la mantuviera en observación
Flor volvió a su puesto al lado de Jaz, pero esta vez algo martillaba su cerebro. ¿Qué era lo que estaba soñando Jaz? ¿Qué tenía que ver su madre? ¿Por qué decía que no se quería ir? ¿Acaso? No, no podía ser ¿Acaso su madre tenía algo que ver con la ida de Jaz hacía años? ¿acaso Teresa había sido la causante de que Jazmín la abandonara aquella noche? Todo era muy confuso para ella
-¿Estás bien?- dijo una voz desde la puerta
Flor miró enseguida para ver a Elena con dos cafés en la mano
-Sí, pasa. Solo estaba pensando- le dijo y Elena pasó sentándose en una de las butacas pero no sin antes darle un café
-Me enteré lo que pasó con Jaz ¿Está ella bien?- preguntó mirando a la colorada
-Ahora sí. Pero tuvo unas alucinaciones que…- pensativa
-¿Qué pasa?-
-Nada, es solo que en medio de sus alucinaciones ella mencionó a mi madre-
-Wow, eso es raro ¿Qué decía?- dijo Elena curiosa
-No lo sé bien. Solo le decía que no quería irse sin mí-
-Ah, eso es normal. A lo mejor es por lo de su historia, ya sabes- dijo Elena encogiéndose de hombros
-¿Vos sabes nuestra historia?- dijo Flor sorprendida
-A medias. Jaz es reservada para sus cosas, pero conmigo se abría un poco- dijo Elena y Flor se puso muy seria
-Sí, me imagino- dijo irónica pero dejó a un lado los celos -¿Y qué te contó?-
-Nada, eso… de que te amaba y tenían una relación en secreto hasta que tu mamá las descubrió-
-¿Y te contó algo sobre…?- le costaba trabajo decirlo –¿Te contó algo sobre el día en que se fue?-
-¿Quieres saber por qué te abandonó? ¿No?- dijo Elena y Flor asintió lentamente -¿Ella nunca te dijo?-
-No,  pero yo tampoco pregunté- dijo Flor bajando la vista.
-Flor, a mí me encantaría decirte… pero no debo ser yo la que lo haga-
-Entonces, ¿Vos sabes?-
-Jaz es la que debe contarte, no yo, Flor- dijo Elena mirando a la colorada. Ella le había prometido no contar su secreto y no fallaría a su palabra
Flor miró a Jaz triste, deseaba saber la verdad, pero más deseaba que despertara
Cayó la noche y Flor estaba sentada en el sillón. La respiración de la colorada hacía mover su pecho levemente. Florencia la miraba como extasiada. Le parecía increíble ver como aún así, golpeada y dormida se veía hermosa.
Casi inconsciente se acercó a la cama y se dejó caer a su lado. Con cuidado se acomodó al lado de su cuerpo, colocando su mano en su pecho para sentir su corazón latir. De esa forma sabía que a pesar de no abrir los ojos, Jazmín seguía ahí.
Flor comenzó  recordar todo lo que habían vivido y una sonrisa se dibujó en su cara
-Te voy a contar una cosa que nunca antes te he contado- comenzó con una sonrisa –El día en que nos conocimos no fue una casualidad, no. Yo te había visto desde hacía tiempo, y desde entonces me gustabas- rió –Dios, como me gustabas. Me apuntaba a clases solo para poder verte. No sé cómo nunca lo notaste- tomó uno de sus cabellos y lo hizo rizos –Quise acercarme a ti un millón de veces, pero eras tan… solitaria, que me daba miedo que me mandaras al diablo… por suerte no lo hiciste-
-¿Cómo… cómo voy a mandar al diablo a la persona más hermosa del mundo?- se oyó casi un suspiro
Flor alzó su cabeza con rapidez para encontrar a Jazmín con los ojos semi abiertos mirándola con una débil sonrisa
-Hola- dijo simplemente
La sonrisa en la cara de Flor se dibujó a todo lo ancho y de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas. Eufórica se lanzó sobre ella abrazándola con fuerza y dejando un millón de besos por todo su rostro
-Ah, gracias, gracias- dijo Flor al cielo –Dios, creí que te perdía- aferrándose a ella
-Cuidado- se quejó Jaz al esta tropezar con su golpe en la cabeza
-Ah, disculpa- dijo Flor separándose
-¿Pero quién te dijo que te separas? Ven acá- dijo la colorada indicando el espacio a su lado
Flor volvió a sentarse y la miró emocionada -¿Estás bien? Voy a buscar al médico- dijo levantándose pero Jaz la sujetó de la mano débilmente
-Espera…-
-¿Qué pasa?- preocupada
Jaz la miró muy seria, se veía algo temor en sus ojos –Flor, lo que viste en casa de Elena…-
-No. No necesito que me digas nada- le dijo Flor
-No es que pensaste algo que…- agobiada
-Shh- la morocha colocó sus dedos en su boca –Ya sé la verdad. Sé que no me engañaste. Te creo-
Jaz respiró aliviada al oír esto y sus ojos se pusieron brillosos de las lágrimas
-¿Eso significa qué… me perdonas?- dijo con la voz ahogada
-No hay nada que perdonar, Jaz- dijo Flor dejando un leve beso en sus labios y levantándose en busca del médico

Código Postal... Es tu mirada (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora