Capítulo 7 "Alianzas"

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Florencia se encontraba muy nerviosa desde que Jazmín había estado en la tienda. Cada vez que sonaban las campanillas de la entrada miraba asustada creyendo que era ella.
Solo con verla  esos cortos segundos, todos los sentimientos del pasado habían vuelto, pero al contrario de los de Jaz los de ella venían con un poco de rencor y despecho.
Pasó  un día y no hubo señales de Jaz, por lo que pensó que no volvería, quizás se había vuelto a ir.
Un poco más tranquila Flor comienza a organizar las cosas de la tienda, mientras oía a Melendi. Estaba tan distraída que no escuchó la puerta del local abrirse. No vio que alguien había entrado, estaba muy concentrada recogiendo y organizando las cajas detrás de los estantes.
De pronto sintió como una mano firme y decidida se posaba en el estante cercano a donde ella estaba, haciéndolo mover un poco. Alzó la vista levemente para encontrase con aquella pulsera que hace años que no veía y que tanto había significado para ella.

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Como lo había dicho Jaz  ya más nadie se había metido con ellas, al contrario, ahora las veían más populares y sexys. Que complicadas eran las personas.
Entre ellas las cosas también habían cambiado, no habían vuelto a hablar sobre el beso pero ambas notaban que después de eso la amistad no era la misma.
Jaz estaba en el comedor, cuando llegó Flor y la sacó de su estado de concentración.
La morocha se le quedó mirando ilusionada como esperando algo
-¿Y mi regalo?- dijo extendiendo su mano
-¿Regalo?- pregunto Jaz confundida
-Sí, mi regalo. ¿Dónde está?-
-¿Regalo por qué?- confundida
-¿No te acordaste?- dijo un poco desilusionada
-¿De qué?- realmente no sabía de que hablaba su amiga
-De nuestro aniversario. Hoy hace dos meses que nos conocimos. Que nos hicimos amigas- le explicó
-Ah... eso- dijo Jaz haciéndose la que recordaba ahora. En realidad Jaz si recordaba el aniversario, pero había decidido obviarlo debido a que tenía miedo de quedar como una tonta ante ella
-¿Eso? ¿Tan poco significa para ti?- enojada
Jaz quiso responder pero ella no le dio tiempo y antes de que pudiera decir algo colocó una cajita en la mesa y se fue furiosa
La colorada realmente confundida  por su actitud, miró la cajita y antes de ir a buscarla, la abrió curiosa. Dentro había una bella pulsera con un corazón y una estrella de adornos.
Mordiéndose el labio miró hacia donde se había ido Flor, y sin dudarlo salió corriendo tras ella.
Corrió un poco hasta alcanzarla en su casillero, donde recogía sus cosas muy molesta. Esta se acercó y se acomodó junto a ella, pero la morocha trataba de ignorarla.
-Ey, disculpa. Me encanto tu regalo- le dijo tratando de solucionar las cosas
-Que bueno- dijo Flor seca sin mirarla
Se iba a ir cuando Jaz la cogió del brazo, deteniéndola decidida:
Ella la miro sorprendida de su agarre -¿Qué?-
-No huyas- dijo muy pausada
-No huyo- dijo Flor a la defensiva
-Si lo haces- le refutó la colorada
Flor la miró callada sin saber que decir
-Me encantó el regalo, es muy hermosos- sin soltarla
-Gracias... yo también tengo una y pensé que sería como una...-
-…Alianza-  finalizó Jaz y Flor la miró inquieta
-Sí, ponle-  le dijo nerviosa
-¿Me ayudas a colocarla bien? Hay que hacerlo formal- dijo con una sonrisa
Derretida por esa bella sonrisa, Flor cedió de inmediato y se acercó más a ella para colocarle la pulsera. Lo mismo hizo Jaz con la de ella. Entre miradas robadas y sonrisas fugases sellaron el pacto.
-Mientras viva esto me va a acompañar- dijo Jaz segura de sus palabras y Flor accedió
-No puedo creer que no te hayas acordado- nostálgica
-¿Quién dijo eso?- sonriendo
-¿Cómo?- confundida
-El hecho de que no tenga regalo no significa que no me haya acordado, solo significa que soy una boluda que por miedo no compró nada-
-¿Miedo?- curiosa
-Sí, pensaba que iba a quedar muy ridícula ante ti si te regalaba algo- le confesó
-¿Ridícula? ¿Me estás jodiendo?-
Jaz se sonrojó y la volvió a mirar -¿Cómo podes pensar que me voy a olvidar si ese fue el día más feliz de mi vida. Fue el inicio de mi vida- dijo la colorada con los ojos humedecidos
Los ojos de Flor se posaron fijos en los labios de Jaz, la cual imitó su acción. Ambas lo querían pero tenían miedo de que este beso fuera a estropear su amistad.
Dejándose llevar se fueron acercando poco a poco hasta quedar a centímetros, faltando muy poco para que sus labios se tocaran de nuevo, cuando de pronto sonó el timbre para entrar a clases, haciendo que se separan rápidamente, ignorando lo que estaban a punto de hacer.
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-Veo que aún llevas la pulsera- dijo Flor muy seria mirando fijamente su mano
Jaz se miró la muñeca y sonrió al ver que esta lo había notado.
-Siempre- dijo con una sonrisa, pero que se borró en cuanto se dio cuenta de que en la mano de la morocha no había nada - Veo que tu no-
-¿Qué haces aquí?- dijo Flor sin mirarla a la cara
-Vine a hablar con vos- dijo Jaz con un tono lloroso
-No tenemos nada que hablar vos y yo- le dijo levantándose sin mirarle la cara y siguiendo con su trabajo
-No huyas, Florencia- suplicó la colorada
Ella se detuvo y la miró a los ojos por primera vez. Sabía que era un error pues solo en el momento en que lo hizo, en ella nacieron unas ganas locas de comerle la boca, de sentirla suya nuevamente. Sabiendo esto bajo la cabeza sonrojada
-Flor, mírame- le pidió Jaz sabiendo lo que causaba en ella
-¡¿Para qué?!- alterada
-Para perderme en esos ojos una vez más- dijo angustiada. Realmente la necesitaba y ese sentimiento la estaba matando –Necesitamos hablar-
-¡¿Vos piensas que después de lo que me hiciste vas a volver así como si nada?! ¡¿Hablar?! Menudo chiste- dijo Flor enojada
Jaz bajó la cabeza y llena de culpa hizo silencio
-¡¿Vez?! ¡Hasta tú misma sabes que no tienes perdón!- le replicó
-Lo sé, lo sé. ¡¿Piensas que no estoy arrepentida?! ¡¿Qué no quisiera volver y ser valiente?! ¿Arreglar las cosas?- dijo entre sollozos
-No te victimices. ¿Qué quieres? ¿Hacerme sentir pena por vos?- dijo la morocha furiosa con los ojos llenos de lágrimas
-No, nunca. Trato de decirte la verdad- llorando. Sentía que en cualquier momento moriría de sufrimiento
-¡¿La verdad?! Después de tantos años- alterada
-¡Siempre dijiste que decir la verdad era lo más importante!- alterándose ella también- Necesitaba que la escuchara
-Sí, pero cuando la verdad no llega a tiempo, no sirve de nada- dijo Flor alterada
Jaz la miró dolida, ella sabía que le estaba haciendo daño pero no podía dejarla sin lograr que la perdonara.
Flor se iba a ir enojada a la parte trasera de la tienda, cuando sintió a esa mano conocida agarrarla con fuerza.
Jaz la hizo volver en sí misma colocándola muy cerca de ella.
-Flor, sé que no me merezco tu perdón, de hecho no me merezco nada de ti. Pero, por favor, escúchame-
Flor no dijo nada y trató de evitar el contacto visual
-Era muy niña. Era una niña cobarde. Te juro que en aquel tiempo pensé que era lo mejor para ti...-Flor la escuchaba mientras que sentía su corazón bombear a mil.
-Yo te amaba y creo que aun te amo- dijo Jaz de una. Siendo totalmente sincera
Flor la miró confundida -¿Que dices, Jazmín? ¿Por qué haces esto?- dolida
-No lo sé, pensé que debías saberlo - dijo tragando en seco para volver a hablar - ¿Vos me amas aún?-
-¿Que quieres, Jaz?- sin querer contestar
-Que me contestes la pregunta… ¿Vos me amas?- sin apartar su mirada de ella
Para mala suerte de Flor, sus ojos cayeron en los de ella, quedándose hipnotizada. No podía pronunciar palabra, no sabía que decir pues aun  no estaba dispuesta a aceptar lo que a ella también le sucedía. Lo único que sabía era que podía estar toda su vida en esos ojos verdes.
En ese momento se sintió la puerta del local abrirse. Flor apartó a Jaz rápidamente y se dio la vuelta disimulando trabajar, mientras Jaz solo estaba estática viéndola
-¿Ey, volviste?- dijo Dani entrando por la tienda
-Sí, la otra vez no llegué a comprar nada porque se me presentó un asunto y tuve que volver. Además aquí el servicio es muy bueno- nerviosa
-Claro, que no hace bien esta diosa- dijo Dani dejando un beso sonoro en la mejilla de Flor, el cual le revolvió el estómago a la colorada
-Se les ve muy felices- dijo Jaz casi ahogada con una falsa sonrisa.
Flor no le quitaba la vista de encima. Sabía que verla con Dani le dolía, y una parte de ella quería evitarlo a pesar del rencor.
Dani que no se daba cuenta de nada le agradeció el comentario y abrazó bien fuerte a Flor por la cintura. Enseguida la mirada asesina de la colorada se puso sobre la mano de Dani. Quería arrancarla de la cintura de su chica. Si, era su chica. A pesar del tiempo ella lo sentía así. Flor era suya y de nadie más.
-Bueno, mejor me voy que tengo muchas cosas que hacer- dijo Jaz antes de que no pudiera controlar sus celos
Se dio la vuelta, pero antes de salir por la puerta miró por última vez  a Flor con melancolía, mirada que la morocha compartió para luego evitar.
Una vez solos Flor y Dani esta continuaron arreglando la tienda, pero el chico tenía otros planes. Se colocó detrás de ella y agarrándola por la cintura le dejó besos en el cuello.
-Daniel, aquí no que puede entrar alguien- muy seca
Y este se apartó -Disculpa, es que me gustas tanto. ¿Qué te parece si cenamos fiera esta noche?-
-No, no me siento bien- dijo Flor fingiendo -De hecho me voy a casa porque tengo un dolor de cabeza-  se marchó dejando a Daniel a cargo de la tienda.
Por otro lado Jaz lloraba llena de rabia en el portal de su casa. Se culpaba una y otra vez por haber sido tan estúpida. En medio de su ataque de furia vio la pulsera en su mano y dejándose llevar por el despecho la arrancó y la lanzo al suelo. Pero no había pasado ni un segundo que volvió a tomarla. No podía renunciar a ella tan fácil.
Tras llorar un buen rato y descargar tensiones, la colorada se levantó y muy seria se secó las lágrimas
-Se acabó el llorar- dijo respirando profundo y entrando a la casona para seguir cuidando a su padre.
Mientras en su casa, Flor buscaba en el armario una pequeña cajita, la cual tenía muy bien oculta. Desesperada la abrió para encontrarse con su pulsera. No la había tirado, no había podido hacerlo, al igual que no había podido sacar a Jazmín de su cabeza. Se la colocó en la muñeca, sabiendo lo que eso significaría si la colorada la viera, pero no le importó. Ella sentía la loca necesidad de hacerlo.
-Ah, mi Jaz.  ¿Por qué volviste?- exclamó mientras miraba la pulsera embobada.

Código Postal... Es tu mirada (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora