Capítulo 37 "Prisionera"

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2001
Tras pasar semanas encerrada en su casa, Jazmín tuvo el permiso de salir de su casa, pero solo bajo la mirada de su padre. Este la llevó al centro comercial en busca de un vestido muy bonito para que lo acompañase a una cena de trabajo. Ella sabía que en el fondo todo era un truco para conseguirle una cita con uno de los hijos de sus compañeros. Dios, estaba tan cansada de que su padre no comprendiera lo que le pasaba. Ella amaba a Flor y solo a ella, y no entendía que podía tener de malo eso.
Estas semanas habían sido agotadoras, no había sabido nada de Florencia desde entonces y su alma se partía cada vez que pensaba que podría estar sufriendo al igual que ella.
-Hija- dijo Ernesto sacándola de sus pensamientos –Busca un vestido que te guste. Uno que te veas bien guapa- con una sonrisa
Jazmín  bufó estaba cansada de que la tratara así. Ernesto quería actuar como si nada pasara, como si ella no hubiera estado con Flor y la trataba como si fuera una nena de 5 años a la cual hay que decirle todo lo que tiene que hacer. Estaba ya harta de todo esto. Aún así no queriendo discutir con él, la colorada tomó el primer vestido que vio en los armarios y se lo enseñó
Era un vestido color rosa , algo soso pero que seguramente brillaría en su cuerpo.
-Perfecto – dijo Ernesto
Ella rodó los ojos y se dirigió a los armarios a probárselo mientras oía a Ernesto hablar de ella con el chico de la tienda. Tal parecía que quisiera emparejarla con el primer hombre que se cruzara en su camino. Se metió en el probador y soltando un suspiro de frustración se llevó las manos a la cabeza. Ahí se miró en el espejo que había frente a ella y comenzó a pensar.
El primer recuerdo que vino a su mente fue ese último beso que Flor y ella se habían dado, y sus lágrimas de desesperación. Luego recordó las cosas horribles que le había dicho su padre, hasta el punto de llamarle enferma y ahora… esto. Su padre tal parecía que la estuviera vendiendo al mejor postor ¿En qué siglo estaba? Por dios
De repente un movimiento detrás de ella la hizo salir de sus pensamientos y al voltearse no pudo creer lo que veía. Era Flor… su Flor. La morocha entró con rapidez al probador y sin dejar que esta reaccionara la besó. Jazmín no tardó ni un segundo en responderle, sumándose a un beso lleno de amor y necesidad. Tras unos segundos se separaron y Jazmín la miró llena de asombro
-¿Qué haces aquí? Mi padre…- dijo mirando hacia afuera
-No me vio, tranquila. Le pedí a un chico de la tienda que lo entretuviera- le explicó Flor tratando de mantener la respiración. No pudo aguantar más y llevó sus manos a las mejillas de Jaz, observándola emocionada –Dios, cuánto te extrañé- confesó
-Y yo. No he dejado de pensar en ti-sonriendo -¿Cómo estás? ¿Tu familia?-
-Bien. Ya estoy bien. Al principio fue duro, pero viste como es mi papá, logró que mi mamá se calmara. Aún no lo aceptado pero bueno, no le queda otra… yo no voy a vivir una vida sin ti- dijo Flor dejándole un beso en la nariz -¿Y vos? ¿Mal?-
-Fatal. Mi padre me tiene en arresto domiciliario. No me deja ni salir al portal. Y para colmo me quiere conseguir citas-
-¿Citas?-
-Sí, está que no para. ¿Para qué crees que me trajo aquí?- dijo Jaz enseñándole el vestido –Él cree que si consigo a un chico me olvidaré de ti… que tontería no- riéndose en esta última parte
-Sí, es la tontería más grande del mundo- dijo Flor rozando sus labios por los de ella
-¿Cómo me encontraste? ¿Cómo sabías que estaba acá?- preguntó curiosa
Flor sonrió pícara –Bueno, digamos que tengo amigos-
-¿Mona?- dándose cuenta y la morocha asintió
-Sí, ella y Javo me han mantenido al tanto de ti. Ella me contaba todo lo que pasaba en la casa y Javo vigilaba desde enfrente para ver si pasaba algo-
-Todo un escuadrón ¿No?-
-Sí- riendo
Ambas se miraron por un rato, antes de comenzar a darse besos
-¿Qué vamos a hacer?- dijo entre besos
-¿De qué?- dijo Jazmín sin comprenderla
-Con tu padre ¿Qué vamos a hacer?- beso –No vamos a poder vivir así toda la vida-
Jazmín se separó y la miró seria, sabía que tenía razón
-No lo sé-
-Él no nos va a dejar vivir en paz, y mi madre tampoco- confesó Flor triste
Jazmín miró hacia el suelo pensativa y entonces a Flor le vino una idea
-¿Y si escapamos?-
-¿Qué?- confundida
-¿Si nos vamos? Tú y yo… juntas- dijo la morocha emocionada
-¿A dónde, loca?- riéndose de su descabellada idea
-No lo sé. A dónde sea ¿A Nueva York?-
-¿Nueva York?-
-Sí, ¿vos no tenías una beca ahí?- dijo Flor sosteniendo sus manos
-Sí, pero…-
-¿Qué?- dando brincos de alegría –Ya lo veo, tú, yo, Nueva York… ese será nuestro final feliz-
Jazmín reía de la euforia de Flor, pero de repente le vino la realidad a la cabeza
-Para, para, Flor-
-¿Qué?-
-¿Y tú familia? ¿Tus estudios? ¿Tu beca? No, no puedo pedirte que renuncies a eso por mí. Es tu sueño y yo…- dijo Jaz agobiada pero Flor le tapó la boca con un beso
Jaz la miró sorprendida
-No me importa nada de eso mientras esté con vos ¿Ok? Tú misma lo dijiste, yo soy tu sueño y tu el mío… nada más importa-
Jazmín se mordió el labio conmovida con las palabras de su chica y la besó llena de amor
-Te amo- le dijo sin separarse de sus labios
-Yo también, mi amor-
En ese momento un voz que no era la de ellas las interrumpió
-Jazmín, cariño, ¿Estás bien?-  era Ernesto desde fuera
Jaz abrió los ojos asustada y Flor se puso pálida como un papel. Ambas mantuvieron silencio, cuando Flor le indicó que saliera. La colorada siguió su orden pero no sin antes darle un beso de despedida y tomar su móvil
-Te llamo-
-Ok- y salió nerviosa
Al salir se topó con la mirada acusadora de Ernesto del Río
-¿Qué haces? ¿Qué te tomó tanto tiempo?-
-Eh…- nerviosa –Nada, es que el vestido al final no me queda- mintió
Ernesto frunció el ceño y miró hacia el probador. Volvió a mirar a Jazmín y al notar su cara de nervios supo que algo escondía. Caminó hacia el pequeño probador mientras Jazmín contenía la respiración. De una lo abrió pero para sorpresa de ambos estaba vació
Jaz miró sorprendida ¿Dónde mierda se había metido Flor? Ernesto la miró aliviado y siguió con su camino hacia la caja registradora. Jazmín miraba hacia todos lados, cuando de repente vio a Flor salir de detrás de los mostradores, la morocha se había logrado escabullir sin que nadie se percatara hacia el probador de al lado.
Jaz suspiró aliviada y se fue junto a su padre a volver  a ser su prisionera, pero ahora sabía que sería por muy poco tiempo.

Código Postal... Es tu mirada (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora