Capítulo 31 "Mi señora"

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2018
Las chicas no podían estar más felices. Todo el día tenían una sonrisa en la cara y sus ojos brillaban de amor. Ahora sí que estaban más unidas que nunca. Jaz no soportaba alejarse ni un segundo de Flor, ni la morocha de ella. Parecían dos pegatinas caminando por la calle.
Ya no tenían vergüenza, ya no había miedo… solo eran ellas dos. Flor miraba enamorada a su chica, la cual sentía como era la mujer más dichosa del mundo y eso que todavía faltaba la boda.
Solo ellas lo sabían por ahora, pero eso era suficiente para las dos…
Ese día se levantaron un tanto temprano pues tenía una cosa importante que hacer. Desayunaron juntas entre besos y risas, para luego salir a la calle. Llegaron de la mano al restaurante de Javo, donde este parecía un pulpo en la cocina de tantos clientes que tenía, pero al verlas se detuvo
-Ey, las chiquitas… que lindas se ven así juntitas- dijo Javo feliz
-Gracias, Grace- dijo Jazmín
-Sí, mi señora siempre se ve hermosa- dijo Flor mirándola enamorada
Javo frunció el ceño y comenzó a reírse -¿Mi señora? Ya parecen un matrimonio de viejos-
Jaz sonrió de medio lado y miró a Flor con complicidad
-Bueno, no sé si de viejos…- haciendo una pausa por la risa contenida –Pero muy pronto vamos a parecer un matrimonio-
Al oír esto Javo dejó de reírse confundido -¿Cómo un matrimonio?- y solo de ver la cara de felicidad de su amiga se dio cuenta -¡¿No?! ¡¿De verdad?!- eufórico
Jaz asintió risueña y el chico no tardó ni dos minutos en cargarla en peso
-¡Bien, Cacho!- bajándola y abrazando a Flor -¿Se van a casar? ¿Cuándo?- emocionado
-Dentro de un mes- dijo Flor risueña
-¿Ya? Eso es casi ahora- exclamó Javo asombrado
-Sí, creo que ya hemos esperado demasiado tiempo para estar juntas- dijo Jaz tomando a su chica de la mano
-Sí- estuvo de acuerdo Flor
-¿Y cuándo es?-
-Saqué cita para el día 15 de julio- relevó Jaz
-Bien, bien- dijo Javo aún abrazando a las chicas
-De hecho, nosotras te vinimos a ver para saber si estabas ocupado ese día- dijo la colorada sonriente
-No, no… ¿Por qué? ¿Quieren que les haga el banquete? Lo hago, es mi regalo de boda-
-Esa no es mala idea, pero en realidad era para saber si… ¿Quieres ser nuestro padrino de bodas?- finalizó la colorada
Los ojos de Javo se pusieron brillosos. Él las quería mucho a ambas y sin duda poder ser su padrino era más que una alegría. Sin dudarlo asintió y volvió a abrazarlas
-¿Qué se va a sentir estar casadas?- dijo Javo con un tono burlón -¿Cómo se lo pediste, Cacho?-
-De la manera más hermosa- dijo Flor mirándola enamorada
Jaz sonrió ante su mirada, pero en ese momento vino un recuerdo a su cabeza
-Es cierto que yo te lo pedí ahora, pero de hecho nosotras estamos casadas hace años ¿O no recuerdas?-
Flor la miró sorprendida, pero su cara cambió al venir un recuerdo a su mente  y sus ojos se pusieron brillosos
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2001
Se acercaba la universidad y ya estaban llegando las cartas de las solicitudes, cosa que volvía locas a las chicas. Deseaban ir a la misma universidad, pero sabían que esto era una mínima posibilidad.
Tratando de huir de todo este estrés, decidieron ir a pasar un día al campo. La familia de Jaz tenía una pequeña casita en las afueras, por lo que tomado su auto se fue junto con Flor a pasar el fin de semana.
Durante el viaje no faltaron los besos, los cuales continuaron al llegar a la casa.
Todo estaba hermoso, por lo que Jaz tratando de ser lo más romántica posible cargó a Flor en brazos para entrarla en la casona
-Estás loca- decía Flor entre risas agarrándose  su cuello
Jaz la miró enamorada y la beso en los labios, haciendo que la morocha se derritiera en sus brazos.
-Me encanta cuando haces eso- dijo Jaz bajándola al llegar al medio del salón
-¿El qué?- curiosa
-Que te pongas así por un beso,  tu piel se sigue erizando a pesar de que ya te he dado miles- dijo acariciando su cabello mientras Flor cerraba los ojos para sentir sus caricias
La miró directamente a esas esmeraldas que adornaba su cara
-Para mí, cada beso tuyo es único- dijo Flor volviendo a besarla.
Jaz la sujetó por la mano y como si fuera una niña pequeña le hizo un recorrido por toda la casa. Aquí ella había pasado casi toda su infancia y le deseaba enseñar a Flor todos sus lugares especiales. Entre recuerdos, anécdotas y risas las chicas terminaron descansando bajo la sombra del viejo almendro del patio.
-Es muy hermoso este lugar... es único- suspiró Flor mirando hacia arriba mientras jugaba con los dedos de Jazmín
-Sí... mi mamá y yo solíamos venir todas las vacaciones cuando era pequeña- suspiró Jaz y no pudo ocultar la tristeza en su voz
Flor levantó su cabeza levemente, apoyando su barbilla en su pecho y la miró a los ojos. Jaz le dedicó una leve sonrisa, y ella apretó bien fuerte su mano. Sabía lo mal que la ponía el tema de su madre a la colorada.
-¿Estás bien?- preguntó y Jaz sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas
No quería llorar por lo que tragó en seco y miró hacia arriba. Flor se dio cuenta y sin querer tocar más el tema, se volvió a aferrar a su pecho.
-¿Sabes una cosa?- dijo Jaz sorprendiendo a Flor, la cual estaba casi dormida
-¿Qué?-
-Cuando era pequeña siempre soñé con que este sería mi lugar indicado…-
Flor se alzó volviendo a su posición anterior y la miró curiosa por lo que Jaz continuó hablando
-Siempre soñé con que me casaría en este lugar... aquí debajo de este árbol. Que loca es la mente, ¿no?- dijo riéndose al recordar lo tierna que era de pequeña
Flor sonrió y se quedó en silencio, viendo como su chica miraba al cielo llena de amor y recuerdos. En su mirada se veía que estaba soñando con algo que la hacía realmente feliz. Se quedó embobada al ver como el viento despeinaba levemente su pelirroja cabellera y como sus ojos verdes brillaban ante esos recuerdos.
Se mordió el labio cuando una loca idea vino a su cabeza y se levantó sentándose a su lado
-Tal vez yo pueda cumplir tu sueño- dijo Flor sonriendo de medio lado
-¿Qué?- confundida sentándose también
Flor se  terminó de levantar y tomó su pulsera. La quitó de ambas manos y se les quedó mirando unidas.
Jaz la miraba confundida ¿Qué planeaba su chica? ¿Por qué le había quitado su pulsera
-Flor, ¿Qué haces?- curiosa
-¿Tu qué crees?- dijo arrodillándose ante ella -Sé que no son anillos pero han sido nuestras alianzas desde el principio y para mí tienen más valor que cualquier cosa
-¿Flor, vos...?- dijo con la voz temblorosa al darse cuenta de lo que quería la chica
-Jazmín del Río, vos te querés casar conmigo… aquí.... en este lugar lleno de magia?- dijo nerviosa
Los ojos de Jaz se pusieron más verdes que nunca y sus manos comenzaron a temblar, sentía como su corazón se saldría en cualquier momento
-Flor, yo....- dijo temblorosa
-Por dios, no me vayas a rechazar- dijo la morocha riéndose llena de nervios
-Nunca te rechazaría- aseguró Jazmín
-¿Entonces? ¿Nos casamos?- emocionada
Jaz se mordió el labio llena de amor y se arrodilló a su lado, quedando a ella, a centímetros de su hermoso rostro
Se quedó un rato en silencio, mirándola, mientras que Flor sonreía nerviosa ante su mirada
-Obvio, que me quiero casar con vos- dijo tomándola por las mejillas y dejando el más dulce y delicado beso en sus labios
Flor suspiró aliviada y tras separarse, se levantó corriendo tomándola de la mano
-Corre, ve a vestirte- le indicó ansiosa a una más que desorientada Jazmín
-¿Qué? ¿Para qué?-
-Vos hazme caso.... este es tu sueño y yo quiero cumplirlo- dijo Flor sonriéndole
Jaz le devolvió la sonrisa y cumplió su orden sin hacer más preguntas.
Entre sus cosas buscó  el vestido más hermoso que tenía y se lo puso. Era algo corto, pero su color blanco y sus vuelos hacían que se viera realmente delicada. Parecía una princesa de Disney. Se maquilló lo mejor que pudo, pero estaba realmente nerviosa por lo que lo hizo varias veces…
Tras un rato arreglándose sintió la voz de Flor que la llamaba desde el jardín. Esta salió y su boca se abrió al ver lo que había hecho. Le parecía realmente mágico. Debido a que era atardecer, la luz del jardín brindaba un hermoso ambiente. Un montón de pétalos de flores hacían una camino hacia la Flor más bella, la cual aguardaba debajo del árbol.
Tenía un vestido blanco también, aunque el de ella tenía unos lunares negros, pero no importaba, se veía hermosa. Su cabello estaba suelto ya adornado por una hermosa margarita detrás de su oreja. La miraba nerviosa y jugaba con sus manos mientras Jazmín observaba todo.
Sin dudarlo comenzó a caminar hacia ella con una sonrisa, hasta que estuvieron frente a frente. Ambas tenían los ojos humedecidos y sonrisas amplias en sus rostros. Flor respiró profundo y sostuvo la mano de su chica
-Sé que esto a lo mejor no era con lo que soñabas pero…- dijo nerviosa y Jaz la calló al colocar un dedo en su boca de una manera muy delicada
-Esto es justo lo que esperaba- dijo Jaz con esa característica sonrisa suya, que hacía derretir hasta el más duro corazón
Flor asintió segura
-¿Lista?- preguntó la morocha
-¿Segura?- preguntó Jazmín nerviosa
-Más segura que nunca- afirmó
Jaz la besó muerta de amor hasta que la morocha la separó para comenzar. Tomó aire  unos segundos hasta que mirándola a los ojos comenzó
-Yo Florencia Estrella, juro amarte por toda la eternidad, Jazmín del Río y ser tuya toda mi vida. Te amo y te amaré siempre… de eso es lo único que estoy segura en esta vida… Desde que te conocí fuiste mi luz, mi refugio... mi amiga y mi amor. Por eso quiero pasar el resto de mi vida con vos- poniéndole la pulsera  bajo su mirada
Jaz respiró profundo y sin borrar esa sonrisa de su cara procedió a hablar.
-Yo recuerdo que una vez, vos me dijiste que la mejor persona para casarte y para que te acompañe el resto de tu vida debía ser tu mejor amigo… por eso, hoy Flor yo te juro pasar el resto de mi vida con vos… Vos me cambiaste la vida, me enseñaste que es estar viva. Me enseñaste que hay un mundo ahí afuera, un mundo que yo ya había olvidado. Me enseñaste que es el amor incondicional... porque eso es lo que yo siento por vos. Estoy segura de que te voy amar hasta después de mi muerte... porque vos sos mi vida. Te amo y te amaré siempre- dijo limpiándose las lágrimas… Eres mi flor favorita, ¿no te lo he dicho?-  exclamó con una risa llorosa
Flor la miró mientras ponía la pulsera y sin perder más tiempo se lanzó a sus labios llena de amor. Jaz la abrazó durante el beso y se aferró a ella con fuerza. Flor era lo más bonito que le había pasado en la vida, y ya no se imaginaba una vida sin ella.
Ahí bajo aquel almendro, las chicas  sellaron su amor. Puede que esta boda no tuviera ningún valor ante la ley ni ante los ojos de los demás, pero para ellas significaba todo. Desde ese día era oficial que iban a estar unidas para siempre. Sus hilos rojos se habían atado para toda la eternidad.

Código Postal... Es tu mirada (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora