Capítulo 36 "Atrapada"

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2001
Los toques de Teresa se hacían cada vez más intensos y furiosos en aquella puerta. Gritaba el nombre de su hija llena de rabia. Mientras dentro de la habitación una desesperada Florencia Estrella se aferraba con fuerza al cuerpo de Jazmín, la cuál trataba de contener sus lágrimas. El terror se veían en los ojos de ambas… habían sido atrapadas.
-Flor…- dijo Jaz sin apartar la mirada de la puerta
-Lo sé- dijo Flor y tomó aire
Se levantó para abrir la puerta, pero antes de hacerlo tomó a Jazmín por las mejillas y la besó con fuerza, la besó como si fuera la última vez que lo hiciera… cosa que temía que se convirtiera en realidad. Jaz notó el miedo en sus ojos y para calmarla le regaló una de sus hermosas sonrisas
-Todo va a estar bien- apretando su mano
Flor asintió y se enfrentó a la puerta. En el segundo en el que abrió su madre entró echa una fiera y la mató con la mirada
-¡Vos!- apuntando a Jazmín -¡¿Qué le hiciste a mi niña?! ¡Enferma!-
Florencia intervino enseguida al ver a su madre a punto de atacar a Jazmín
-Mamá, ella no hizo nada… al menos nada que yo no quisiera- dijo firme
-¿Qué?- dijo Teresa aturdida
-Jazmín es mi novia, mamá- dijo Flor de una vez y se acercó a Jaz para tomarla de la mano
-No, no puede ser ¿Qué te hizo? - dijo sin entender
-No, Jazmín lo único que hizo fue amarme…-
¿Te lavó el cerebro? Vos no sos así. Sos manipulable y débil, Flor, te dejaste engañar por esta chica- dijo refiriéndose a Jaz con asco
-Florencia no se deja manipular por nadie, señora. Ella es la mujer más fuerte que he conocido- intervino Jazmín –No la subestime-
Teresa la miró alterada y de una la tomó del brazo en contra de su voluntad
-Vos no pintas nada aquí. Es hora de irte- le dijo apretándola con fuerza, hasta el punto de encajarle las uñas en la piel
A pesar del dolor que sentía Jazmín no dejó su posición firme junto a Flor y negó con la cabeza
-Yo no me voy a ningún lado sin Florencia- afirmó y Flor apretó su mano en señal de apoyo
Teresa se sentía impotente ante esto. No se creía que esta chica la retara en su propia casa
-Llamaré a la policía si no te marchas- dijo
-No me importa, sin ella no me voy- recalcó Jazmín
La señora tomó su móvil y comenzó a marcar un número
-¿Mamá, qué haces? No llames a la policía- dijo Flor con miedo
-No, sí no es a la policía a la que llamo- dijo mirando a Jazmín
Ambas se miraron confundidas y a la vez temerosa ¿A quién llamaba? Después de unos minutos supieron la respuesta
-Ernesto…-
Minutos después Jazmín fue sacada por su padre a la fuerza de la casa de los Estrellas. Su padre le había dicho cosas horribles y llenas de asco. No se creía que su hija fuera lesbiana. Jazmín le había gritado un montón de cosas también y habían sido el centro de atención de todo el barrio.
Ernesto sabiendo que su hija no se iría por las buenas la tomó de la mano y la sacó de la casa, mientras que Teresa arrastraba a su hija hacia dentro
-¡Jaz, no!- gritaba Flor mientras veía como Ernesto la empujaba
En uno de esos empujones cayó al suelo y el corazón de Flor cayó con ella. Sacando fuerzas de donde no las tenía Florencia se zafó del agarre de su madre y corrió hacia Jazmín la cual la recibió en sus brazos.
Se fundieron en un fuerte abrazo, el cual parecía irrompible. El mundo se detuvo a su alrededor. Ya no oían ni los gritos de Teresa ni los empujones de Ernesto, lo único que oían era el latido de sus corazones
-Te amo- susurró Flor
-Yo también- dijo Jaz juntó sus labios con los de ella
Fue una ráfaga de segundos pero ese simple contacto hizo que sus pechos latieran con fuerza y la esperanza creciera a pesar de lo mal que iban las cosas
Ernesto consiguió meter a Jazmín al auto, mientras que Flor fue encerrada en casa por Teresa. Sus ojos no se despegaron hasta desparecer Jazmín en aquel auto.

2018
El paso por el aeropuerto había sido rápido y ya estaba sentada en su asiento dentro del avión. Flor se movía en su silla emocionada, iría a ver al amor de su vida y eso era una alegría que no le cabía en el pecho.
Se pasó la mayoría del viaje mirando por la ventanilla o viendo las películas que les ponían en aquella pantallita, pero en lo único que podía pensar era en cuál sería la cara de sorpresa de Jazmín al verla.
Tras unas horas finalmente llegó a Nueva York era de noche, cosa que la asustaba un poco pero se tenía confianza. Sabiendo por la hora que era que Jazmín ya debía estar en su casa, buscó un taxi y le dio la dirección.
En pocos minutos ya estaba frente a aquel edificio que se encontraba justo al frente de Central Park. Antes de entrar Flor echó una hojeada a sus alrededores y su boca cayó casi en picada ante tanta belleza.
Subió hasta el último piso, que era donde vivía Jazmín, en el céntrico apartamento número 108. Se abrió el ascensor y ella quedó frente a frente aquella esplendorosa puerta. Aún no se creía los lujos que había alcanzado Jazmín en esta gran ciudad.
Respiró para controlar sus emociones y tocó en la puerta. Un toque, dos toques y por fin abrieron
Flor tenía una gran sonrisa en su cara con la que recibiría a su sorprendida novia, pero esta se desvaneció al ser ella la sorprendida.
Frente a ella, sin el menor pudor se encontraba aquella rubia de cuello estirado que había visto en tantas revistas junto a Jazmín y que tanto la había atormentado. Su mirada se lanzó sobre la vestimenta de Elena, la cual solo traía una leve bata de dormir y su cabello estaba mojado, indicando que acaba de salir de la ducha.
La rubia se sacudía el cabello con una sonrisa mirando a Flor con curiosidad
-Eh…- tartamudeo Flor mirando hacia dentro sin saber exactamente qué pasaba
-¿Se te ofrece algo?- dijo Elena con un tono dulce, sin duda ella no sabía quién era Flor
-¿Está Jazmín?- dijo temerosa la morocha
La rubia sonrió –Ah, tú debes ser la chica del evento… ven pasa, sí, ella está en el baño- dijo entrando a Flor casi a la fuerza con una sonrisa de oreja a oreja
¿En el baño? ¿Estaban juntas? Todas esas preguntas cayeron sobre la cabeza de Flor, la cual estaba a punto de sentarse aún en shock cuando vio una imagen que casi mató a su corazón.
La camisa azul de Jazmín, aquella que tantas veces había arrancado con sus dientes estaba sobre una de las sillas del salón, tirada ahí como quiera, como si alguien la hubiera lanzado. Ahí miles de malos pensamientos azotaron su cabeza ¿La había engañando?
Se dispuso a levantarse cuando sintió esa conocida voz a sus espaldas.
-Elena, no hay crema en el…-  dijo Jazmín sin darse cuenta aún. Pero al verla su mundo se detuvo
Flor se volteó a verla con los ojos llenos de rabia. Ella también estaba envuelta en una toalla y su pelo estaba igual de mojado que el de Elena, cosa que confirmó sus sospechas.
Al verla Jaz se quedó estática, pálida y a la vez con una cara de asombro que no podía controlar
-¿Flor?- sorprendida y a la vez afectada -¿Qué haces acá?-
-¿Flor?- se dijo Elena a sí misma entendiendo todo
-¿Qué qué hago acá? Pues darme cuenta de que soy una cornuda de mierda- dijo Flor alterada
Jazmín abrió la boca y la miró confusa
-No, no, Flor, esto no es lo que parece- dijo acercándose a ella pero Flor se alejó
-¡¿Qué no es lo que parece?! ¡¿Qué es lo que parece, Jazmín?! ¡Qué me lo estás poniendo cruelmente a días de nuestra boda!- alterada y llorando
-No, no, Flor, yo nunca te engañaría…- suplicó Jaz
-No sé cómo pude volver a confiar en ti- dijo Flor dolida y dándose vuelta para irse
La mano de Jazmín la sujetó enseguida evitando que se marchara, pero tras mirarla con odio de su boca salieron las palabras con el tono más frío del mundo
-Suéltame- muy seria
-Nunca- le dijo Jazmín aferrándose con más fuerza –No, hasta que me oigas-
-Suéltame- volvió decir Flor y esta vez se logró zafar de su agarre
Tras unas miradas, Flor salió huyendo de ahí, siendo perseguida por Jazmín hasta el ascensor. Las puertas se cerraron llevándose a Flor e instantáneamente Jazmín cayó al suelo destrozada

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