Capítulo 29 "Mi musa"

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Pasaron las semanas y por mucho que Flor buscaba no encontraba ningún trabajo. La situación ya la desesperaba un poco, no soportaba estar sin hacer nada. Por suerte tenia a Jaz, la cual la apoyaba en todo lo que ella decidía.
Ese día, Flor estaba en casa de Jazmín, cosa que ya era habitual. Estaba desesperada buscando trabajos por internet, peor en todos pedían una carrera de profesional, cosa que ella no tenía.
Angustiada Jazmín se le quedó observando. No sabía cómo ayudarla, pues a pesar de sus contactos no encontraba nada acorde a ella. En ese momento se le ocurrió una idea que quizás la haría cambiar un poco los ánimos.
Cogió sus cosas de pintura y las colocó en el estudio viejo de su padre. Luego la llamó para que se reuniera junto a ella.
-¿Qué pasa?- preguntó abriendo la puerta del estudio
Flor se detuvo en la puerta confundida, no sabía qué estaba pasando. Jaz estaba frente a un lienzo y frente a ella se encontraba un gran sofá, de esos de estilo colonial cubierto por una tela roja.
-¿Qué es todo esto?- confundida mirando todo
-Bueno, estuve pensando y como no tienes trabajo… pensé que puedes trabajar para mí- dijo con una sonrisa
-¿Para ti? ¿Cómo?- confundida
-Siendo mí musa- dijo finalmente
-Pensé que ya era tu musa- dijo Flor con tono pícaro y simulando enojo
-Sí, lo eres, pero creo que es hora de que lo hagamos oficial... si más no recuerdo vos me debes una pintura- dijo recordando aquel día en que la estaba pintando y Dani las interrumpió
-¿Ah, sí? ¿Y me la vas a cobrar?- dijo seductora acercándose
-Con intereses- dijo Jaz tomándola por la cintura y dejándole un beso en los labios
Antes de que el beso tomara temperatura la colorada la separó -Ponte ahí- le indicó apuntando el sofá
-¿Aquí?- dijo sentándose y Jaz asintió -¿Cómo me coloco?-
-Como quieras-
Flor se tendió sobre aquel sofá y se colocó como si fuera una diosa, o una divinidad.
Jaz comenzó pintando su silueta con carboncillo. La colorada tenía un gran talento y más si era dibujando cuerpos humanos
-Me siento como en Titanic- dijo Flor orgullosa
-Sí, posta como Rose.... Aunque iba sin ropa Rose- dijo Jaz sin mirarla pues estaba concentrada en su trabajo.
Flor se le quedó mirando por un rato, le encantaba ver la cara de concentración que ponía mientras pintaba, entonces en ese momento se le ocurrió una idea
-Pero eso se puede solucionar- dijo levantándose y comenzando a bajar el tirante de su vestido.
Jaz no se dio cuenta de lo que hacía hasta después de unos segundos que volvió su mirada hacia ella
-¿Qué haces?- exclamó Jaz al verla
-Ser realmente una musa- coqueta
Terminó de bajar su tirante y luego el otro, para dejar caer el vestido al suelo, quedándose en ropa interior, de la cual se deshizo al instante dejando su cuerpo completamente desnudo ante aquellos ojos verdes que la miraban expectantes.
Los ojos de Jazmín se hasta casi salirse y sintió su garganta secarse, el cuerpo de la morocha realmente la sacaba de sí. Examinó de arriba abajo como haciendo un rayos x aquel cuerpo que estaba frente a ella.
-¿Así estoy bien?-  dijo Flor  con un tono muy coqueto y moviéndose para que Jaz la viera por completo
-Estás perfecta... así- dijo tartamudeando
Flor se tendió nuevamente sobre la tela, pero ahora estaba completamente desnuda, solo tenía la pequeña y delicada tela que cubría sus partes más íntimas.
Aguantado el deseo por poseerla ahí mismo, Jazmín continuó pintando. Le costaba mucho, no se concentraba y más al ver las  caras que la morocha le ponía. Sin duda sabía como provocarla.
Tragaba en seco de vez en cuando, para tratar de concentrarse. Pero mientras más nerviosa se ponía, más la morocha movía aquellas espectaculares piernas.
-¿Sabes que hoy no estás siendo una buena musa?- dijo Jaz sin mirarla con un tono juguetón
-Ah, no. ¿Y eso por qué?- siguiéndole el juego
-Porque las buenas musas no provocan a sus protegidos- finalizó mirándola a los ojos pero muy pronto su mirada se fue hacia su cuerpo… era algo que no podía evitar.
-¿Y quién dice que te estoy provocando?- dijo Flor con un tono seductor
-¿Ah, no?-
-No, si te quisiera provocar haría esto- dijo Flor levantándose y dejando caer la sabana que la cubría
Ahora sí que la estaba provocando, estaba frente a ella con todo su cuerpo desnudo a su merced, listo para ser devorado.
-No lo vas a conseguir, Estrella. Yo no caigo tan fácil- dijo Jaz apartando la mirada
Flor se acercó a ella lentamente, hasta colocarse por detrás, pegando sus grandes pechos a su espalda. Jaz sintió su cuerpo erizarse al notar el tacto de los pechos de la morocha sobre la tela de su blusa. Respiró profundo y continuó haciéndose la dura
-No te hagas de rogar- le susurró la morocha al oído para luego morderle le lóbulo de su oreja.
Luego comenzó a respirar agitada muy cerca de su cuello y a lamerlo con mucha sensualidad, provocando que cada parte del cuerpo de Jazmín se erizara. La colorada ya no aguantaba más, tenía los ojos cerrados tratando de contenerse pero no podía.
De un solo movimiento Jaz la tomó por la cintura y la colocó sobre sus muslos, haciendo que sus piernas desnudas rodearan su cuerpo y su centro chocara con el suyo.
-¿Esto era lo qué querías? Pues prepárate para las consecuencias-le dijo retándola con la mirada y aferrando con firmeza sus manos a su cintura
-Me encantan las consecuencias- exclamó Flor con una mirada llena de lujuria
Jaz se levantó con  Flor completamente denuda en  sus brazos. Apretó bien fuerte  el trasero de la morocha, hasta llegar sobre el sofá y tenderla ahí, cayendo sobre ella
Comenzó a dejar besos húmedos sobre su cuello, hasta que se detuvo
-Espera un momento…  Vos me dijiste que querías que te pintara- dijo separándose de ella y dirigiéndose hacia sus cosas de pintura.
-No se te ocurra- dijo Flor al ver como se acercaba con sus temperas
-¿Ahora te arrepentiste?- dijo Jaz con u tono juguetón -Sos una cobarde-
-No soy ninguna cobarde- dijo Flor indicándole que se acercara
Jaz tomó la tempera violeta y la dejó caer lentamente sobre el cuerpo de la morocha, dejando finas líneas alrededor de cada centímetro de ella mientras recorría toda su figura con la mirada llena de lujuria y deseo.
Flor jadeaba ante la sensación fría de las temperas.
Aquella pintura corrió por el cuerpo desnudo de Flor, marcando hasta los más finos detalles. En la mirada de la colorada reflejaba una lujuria insaciable, cosa que se evidenciaba en la forma  que se mordía el labio al ver a Flor curvándose ante ella.
-Dios, Flor, te ves tan excitante y caliente- dijo casi sin contenerse a lo que Flor le respondió con una sonrisa
Dejándose llevar se lanzó sobre ella, atrapando su cuerpo con sus muslos. A Jaz no le importaba nada en ese momento, ni la pintura ni nada, solo le importaba poseerla. Comenzó a besar su cuello con furia, tal parecía que iba a devorarlo en cualquier momento, mientras que Flor gemía del placer que le estaba dando.
De una Jaz se quitó la blusa y tras esto su sujetador, dejando sus pechos al descubierto. Al verlos la mano de Flor fue casi de inmediato hacia ellos, comenzando a dejar suaves caricias sobre sus pezones.
Casi inconsciente la colorada comenzó a mover su cuerpo sobre el centro de Flor, haciéndola gemir una vez más.
-¿Te gusta?- preguntó llena de picardía
Flor no podía emitir palabra, tenía los ojos cerrados y los puños apretados.
Jaz detuvo el movimiento comenzando  a besar cada parte del cuerpo de la morocha una vez más.
Mientras más la besaba más se iba cubriendo ella de pintura, pero no le importaba. Su mano fue bajando haciendo  círculos sobre el abdomen de Flor, hasta llegar a su sitio más intimo.
-Jaz, por favor- dijo Flor casi en un suspiro
La colorada sonrió expectante al ver el centro goteante de su chica. Estaba completamente húmeda, como seguro ella también lo estaría.
Sin pensarlo dos veces hundió su cara en el centro de Flor, atacándola con su lengua y una y otra vez. Chupó, lamió e incluso mordió a su gusto, haciendo que la morocha tuviera hasta alucinaciones.
Verla en ese estado volvía más loca a la colorada, Flor no podía contenerse y sus gritos seguramente se oían fuera de la casa. Con una sonrisa en los labios Jaz se separó de la morocha, para quitarse sus shorts, y sus bragas, quedándose al igual que ella.
Flor solo la miraba expectante a cada movimiento que hacía.
Sin  decir una sola palabra Jaz tomó las piernas de Flor, colocándolas de tal manera que sus centros estuvieran unidos.
Apoyó sus manos sobre sus caderas y arremetió bien duro contra la morocha, haciendo que gimiera de tal manera que hizo temblar la habitación. Comenzando a moverse al compas de la otra, aumentando sus movimientos a medida que aumentaba el placer.
-Ah, más fuerte- suplicaba Flor y la colorada cumplió sus órdenes
Ambas estaban entrando a su punto máximo, cuando de pronto sintieron sus cuerpos tensarse y llegar por fin el maravilloso orgasmo. Flor cayó agotada, mientras que Jaz continuaba moviéndose pero más lento, haciendo prolongar el orgasmo de su chica.
Una vez recuperada, se acostó a su lado, apoyando su cabeza sobre su pecho. Una risa estalló al verse completamente pintada. No había un centímetro del cuerpo de ambas que no estuviera cubierto por aquella pintura.
-Creo que nos pasamos esta vez, ¿No?- dijo burlona
-Estás loca- dijo Flor acariciándola
-Sí, pero loca por vos- dijo Jaz volviendo a subirse encima de la morocha buscando revancha
-¿Nunca te vas a saciar?- preguntó al verla toda caliente de nuevo y su mirada llena de fuego
-¿De vos? Nunca- finalizó Jaz volviendo a atacar su cuello.
Así pasaron prácticamente todo el día, tiradas sobre aquel sofá dándose amor hasta quedarse sin fuerzas y la pintura ocupando cada parte de sus cuerpos.

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