Capítulo 28 "Despertar contigo"

940 44 1
                                    

A la mañana siguiente Jaz se despierta como lo estaba haciendo hacia tiempo en su cuarto pero esta vez era diferente. Esta vez tenía a alguien a su lado. El cuerpo desnudo de Flor, estaba abrazado al suyo, tapado levemente con una sábana.
Sus piernas estaba enredadas con las suyas y su espalda completamente desnuda, exhibiéndose para ella. Jaz la miró de arriba a abajo. No podía creer lo hermosa que era. La veía como una especie de diosa o algo así. Siempre la había amado, pero ahora con muchísima más fuerza.
Tapó bien su cuerpo para que no pasara frío y comenzó a besar su hombro hasta llegar a su cara.
Flor abrió los ojos lentamente con una sonrisa
-Buen día-
-Bien día, linda. ¿Dormiste bien?-
-¿Dormimos?- dijo Flor arqueando una ceja y comenzó a reírse
Jaz acompañó la risa recordando la loca noche que habían pasado. Luego besó sus labios y la pegó más a su cuerpo.
-Diera lo que sea por amanecer así cada mañana con vos… acá… a mi lado- dijo Jaz feliz acariciando su rostro
Flor la abrazó más fuerte y dejó un beso en sus manos -Yo también-
-Te amo- le dijo Jaz inclinándose para darle un beso
El beso fue tomando temperatura y la colorada se termino subiendo encima del cuerpo desnudo de la morocha. Iban a comenzar todo de vuelta, pero en ese momento la barriga de Flor sonó. Tenía hambre… llevaba varias horas sin comer nada
-Um, creo que alguien necesita reponer fuerzas- dijo Jaz burlona ante el sonido
-¿Tú no?-
-Sí, pero me apetecía más este manjar que tengo entre las manos- dijo mirándola de arriba abajo
-Y a mí, pero estoy un poco exhausta- dijo Flor haciendo una mueca muy divertida
Jaz se separó de Flor y se puso una bata –Ahora te preparo el desayuno, pero primero me tengo que dar una ducha. ¿Me esperas?- dijo dirigiéndose al baño.
Flor asintió y se quedó ahí acostada. Miraba cada centímetro de la habitación recordando las cosas que hicieron esa noche.
En ese momento al sentir la ducha abrirse una idea pasó por su cabeza y en puntitas de pies entró al baño. Se asomó sin ser vista, para descubrir aquel precioso cuerpo bajo la ducha.
Se mordió el labio con fuerza mientras veía el agua correr por sus firmes pechos y desaparecerse entre sus piernas. Tal parecía que Jaz la provocara pues sus movimientos se hacían cada vez más sensuales. Sin perder más tiempo corrió la cortina de una y sin que Jaz se diera cuenta se metió junto con ella en la ducha.
Al notar su presencia la colorada la miró sorprendida
-Tenía pensado que... ¿y si nos duchamos juntas?- preguntó con una sonrisita pícara
-Por mí no hay ningún problema. Mientras sea solo ducharnos- dijo Jaz tentándola
-Pero eso no tiene nada de divertido- dijo Flor
En menos de un segundo Jaz estaba pegada a la pared de su baño, con Flor encerrándola entre sus brazos.
El agua corría por sus cuerpos, y eso las excitaba mucho más. Flor con lujuria comenzó a morder el cuello de Jaz, dejando un chupón en su clavícula. La colorada gimió ante la presión de la morocha, la cual  se separó con una sonrisa dominante
-Eso es para que todos sepan que eres mía- dijo mirando su obra de arte
Jazmín al igual que ella se lanzó a su cuello, dejando también una fuerte marca.
-Ahora vos sos mía también- dijo la colorada viendo la marca que había dejado
-Yo siempre he sido tuya- dijo Flor y se lanzó a sus labios
Ella deseaba sentir a Jaz, por lo que fue bajando poco a poco lamiendo con su lengua cada centímetro de ella. Hasta llegar a su intimidad.
Jaz la miró y asintió al saber sus intenciones.
La morocha tomó una de sus piernas y la colocó sobre su hombro para así poder hacer bien su trabajo. Luego comenzó a besar el centro de la colorada y sin pedir permiso introdujo su lengua como si fuera una pequeña lanza.
Así de esta forma volvieron a hacer el amor en la bañadera. Parecían dos animales sedientos de placer, los cuales se olvidaron el hambre y del cansancio para sentirse varias veces más
Tras una ducha de más tiempo del normal, Jaz salió ya vestida y arreglada para ir a preparar el desayuno para su princesa.
Hizo panqueques y los cubrió con chocolate como sabían que oes gustaban a Flor, con mucho chocolate. Solo faltaba por hacer el café, cuando sintió la puerta de la casa abrirse y entrar por la cocina a Mona.
Sorprendida de verla, Jaz reaccionó rápido
-Mona, ¿qué haces aquí? ¿Pensé que te había dado el día libre?- nerviosa. Sabía que Flor bajaría en cualquier momento y no sabía si ella deseaba ser vista
-Sí, lo sé. Pero pensé que antes de irme te ayudaría a hacer la cama y el desayuno- dijo Mona protectora como siempre
-No, no, ya lo hice… Gracias- dijo nerviosa mirando hacia las escaleras
-¿Te pasa algo?-
-Eh, no. ¿Por qué lo dices?- disimulando
-Estás pálida, mi niña- dijo Mona acercándose para verla mejor
En ese momento llegó a la cocina como era de esperase Flor. Esta llevaba puesto solo una camisa larga de Jaz, que a pesar de ser larga mostraba un poco de su ropa interior.
-Jaz, ya...- dijo entrando y se detuvo al ver a Mona -Hola, Mona- dijo tímida tapándose un poco
Mona la miró y comprendió todo. Estaba más que claro que había pasado la noche ahí y que su presencia estorbaba un  poco
-Ah, ya sé que escondías, bandida- le dijo a Jaz, la cual sonrió viendo como una nerviosa Flor se sonrojaba
-Bueno, ya no las molesto más y me voy- dijo Mona tomando sus cosas
-No, Mona, no hace falta esta es tu cada- dijo Flor no queriendo echar a la señora
-Eh, tranquila, me iba de todas formas. Tengo una vida allá fuera, aparte de cuidar a esta malcriada- dijo con una dulce sonrisa
-Adiós, Mona- dijo Jaz despidiéndose
Una vez sola, Flor se sentó avergonzada
-Ey, no pasa nada. Mona es una tumba, no dice nada- dijo Jaz al verla
-No, no es por eso. ¿Es que qué habrá imaginado de mí?- avergonzada
-Viéndote así. Se imagino justo lo que pasó. Que fuiste mía toda la noche- dijo Jaz sirviendo el desayuno con una sonrisa
Flor sonrió y comenzó a comer aquel manjar. Jaz comió un poco, pero se pasó la mayoría del tiempo viendo comer a su amada. Parecía una niña pequeña, estaba cubierta de chocolate.
-¿Qué?- al darse cuenta de su mirada
-Te amo- dijo  Jaz sonriéndole
Flor se inclinó  y le dio un beso -Ah, te embarre- dijo limpiándole el chocolate que le había pegado en la cara
-No, pasa nada. ¿Qué piensas hacer hoy?- dijo Jaz mirándola emocionada
-¿Hoy? No sé. Quizás buscar trabajo- dijo Flor volviendo a centrarse en su desayuno
-¿Trabajo?- confundida
-Sí, no voy a volver a la tienda. Seria cruel de mi parte- le explicó
-Entiendo- dijo Jaz pensativa -Che, ¿y qué pasó con lo de diseño y arquitectura? Terminaste la carrera, ¿no?-
Flor bajo la cabeza triste -No, no lo hice- dijo en baja voz
-¿Por?- confundida
-Al irte no quería continuar estudiando ni mucho menos ir a la universidad, por lo que…-
-Perdiste la beca- completó bajando la cabeza.
Ahora era ella la que estaba devastada. El sentimiento de culpa se reflejaba en sus ojos
Dándose cuenta de la tristeza de Jazmín, Flor tomó su barbilla con delicadeza y la hizo mirarla a los ojos
-Ey, ya. No te sientas culpable. No es tu culpa. Fue mi elección- dijo segura
-Sí, pero si yo no me hubiera ido… Si me hubiera quedado todo fuera diferente ahora- dijo sintiéndose impotente
-Jazmín, ya - dijo seria -Vos misma lo dijiste ayer... un nuevo comienzo. Una nueva vida. Y si queremos empezar esa vida hay que dar de lado al pasado, ¿ok?- dijo segura
Jaz la miró sorprendida por sus palabras y asintió con una sonrisa
-No puedo creer lo linda que sos- dijo llorosa
-Vos me enseñaste- concluyó Flor besándola
-Te juro que te voy a conseguir un buen trabajo. De lo que vos quieras- aseguró la colorada
-¿Si quiero ser astronauta?- dijo bromeando
-Pues vas a ser astronauta- dijo besándola con una sonrisa
Flor se separó tras el beso y se levantó -Mejor me voy a cambiar, no vaya a ser que venga más gente y me encuentren así-
Jaz la miró de arriba a abajo mordiéndose el labio, pues se veía realmente sexy con su camisón.
Flor no había dado ni dos pasos cuando tenía ya a la colorada sobre ella.
-No te lo quites si así estas perfecta para mí- le susurró en el oído.
En el tono de su voz se notaba que quería más de Flor. La morocha se volteó fundiéndose en un beso con Jazmín, la cual sin apartar sus labios de ella, ni sacar su lengua de su boca la cargó y la subió en la mesada. Luego de esto le quitó el camisón y el resto ya se veía venir. Hicieron el amor dos veces sobre aquella mesada. Sin duda Jazmín quería hacer suya a la morocha en cada rincón de aquella mansión.

Código Postal... Es tu mirada (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora