Capítulo 13 "Rivalidades"

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2001
Ahora era Flor la que no quería saber nada de Jazmín. Había pasado una semana de la conversación en la biblioteca y ninguna había cruzado palabras con la otra. Flor cada vez que veía a la colorada se marchaba sin dejarla ni siquiera acercarse. Jaz notó esto y pensó que era por lo del beso. Le daba rabia que toda su amistad se viera arruinada por eso.
Ese día tenían clase de deportes y Jaz como siempre se escondía detrás de las gradas para no ser vista por la  entrenadora. De repente le una pelota cayó sobre sus piernas. Miró asustada y vio de donde había provenido.
Allí a unos pasos de ella se encontraba la morocha. Con ropa deportiva  y llevaba una chistosas trenzas.
Con cara arrogante la miró y le dijo -Del Río, no te escondas y da la cara-
Jaz se levantó confusa, Flor nunca la había tratado de esa forma.
-¿Qué te pasa?- preguntó confundida y un tanto molesta
-Nada, que estoy cansada que te escaques mientras nosotras sudamos a más no poder ¿O es que acaso te da miedo la pelota?- dijo con un tono arrogante
Jaz frunció el ceño y la miró retándola. Tomó la pelota y se la lanzó con  rabia.
-Yo no le temo a nada, Estrella- dijo desafiante
Flor la miró sorprendida. Nunca había visto a su amiga tan furiosa, pero en cierta manera le gustaba
La entrenadora propuso un juego de vóleibol y puso como capitana a Flor, la cual era realmente buena y de otra capitana a Carla, otra chica que era muy popular.
Empezaron a elegir a los integrantes de su equipo y Flor no elegía a Jazmín. Tal parecía que lo hacía a propósito, para que al final Carla la eligiera y estuvieran en equipos contrarios.
Al ver esta situación, Javo que jugaba a lo lejos, se acercó a ver y se sentó con una sonrisa en las gradas. Le daba realmente gracia ver lo tonta que eran sus amigas.
Flor fue la primera en sacar y inmediatamente arremetió contra la colorada, la cual parecía huirle a la pelota.
-¡Del Río, la pelota no muerde!- grito la entrenadora
Jazmín tomó la pelota e hizo un intento de saque, pero realmente no era muy buena que digamos, por lo que falló. La risa de Flor ante esto sonó en todo el patio, cosa que enojó mucho a la pelirroja.
Siguió jugando y tal parecía que solo estaba Flor y Jaz, debido a que no perdían la oportunidad de lanzarse la pelota a dar.
En uno de esos tiros Jaz llena de furia tomó la pelota y la lanzó de tal manera que hizo que diera en la cara de Flor, haciéndola caer al suelo.
Al ver esto Jaz se asustó mucho y se dirigía hacia ella cuando la morocha se levantó enojada, tal parecía que echaba fuego por la boca.
La colorada la miró confundida mientras se acercaba  a ella con cara de pocos amigos.
-¡Te voy a matar!- dijo Flor corriendo hacia ella
Jaz no supo como reaccionar y corrió en dirección contraria
La entrenadora las llamaba con su silbato pero las chicas parecían no razonar. Corrieron como locas, Flor tras Jaz y la colorada corriendo por su vida.
La entrenadora se iba a dirigir a perseguirlas, pero Javo que conocía bien a sus dos amigas la detuvo y se ofreció para ir a buscarlas.
Finalmente llegaron a la última parte de las gradas, donde Jaz cansada tuvo que detener la marcha. Adolorida se recostó a una de las gradas, pero en menos de un  segundo sintió un cuerpo abalanzarse contra ella.
Cuando vino a darse cuenta, ya las dos estaban sobre el piso, una encima de la otra. Flor sudaba debido a la carrera, y su respiración era cada vez más agitada, haciendo que sus pechos chocaran por encima de la blusa con los de Jazmín. La vista de la colorada se clavó en sus ojos, pero muy pronto aquellos pechos atrajeron a sus ojos. Eran realmente impresionantes, y una pequeña gota de sudor corría por su canalillo, haciendo que la colorada perdiera el aliento.
Jazmín sentía que su corazón iba a mil, nunca había visto a Flor de esa manera, tan sexy y caliente. Quería controlar sus ansias y deseos, pero el calor que desprendía la morocha era demasiado como para que pudiera hacer sus neuronas funcionar. Lo único que quería era besarla, por lo que sus ojos se clavaron sobre sus finos labios.
Flor con una sonrisa la sujetó por los brazos y los puso por encima de su cabeza dejándola inmóvil.
-¿Qué vas a hacerme?- dijo Jaz retándola, mientras respiraba con dificultad
Flor  volvió a sonreír, pero esta vez de forma diferente, y dejándose llevar se lanzó a su boca. Mordió sus labios con fuerza. Era un beso lleno de deseo y lujuria. Un beso que hizo temblar todo el cuerpo de la colorada.
  En medio del beso Jaz se zafó de su agarre, pero no se fue para escapar o para apartarla, no, fue todo lo contrario. La tomó por la cintura y la aferró más a ella. Quería sentirla lo más que pudiera, era una necesidad.
Era la primera vez que Jazmín sentía a su amiga de esa forma, tan sexual y sexy. Sintió como los lugares que nunca pensó de su cuerpo comenzaban a humedecerse de una forma que nunca antes lo habían hecho. Flor estaba despertando en ella los deseos más carnales, los cuales como una adolescente al fin, nunca había sentido.
Cuando la cosa estaba llegando a su punto máximo y Jaz ya no podía controlarse, Flor de repente se separó, saliendo del agarre de la colorada.
Con una sonrisa pícara se limpio el labial corrido y se acotejó la ropa, sin apartar la vista del cuerpo de la colorada.
Se levantó dejando a una confundida Jazmín en el suelo y con un tono malicioso le dijo -Para que veas que yo no soy la única que puede ser utilizada como un conejillo de indias-
Jaz la miró confundida. Flor se disponía a marchase, pero antes de dar dos pasos se volteó y le dijo muy seria
-Ah, y por cierto, tampoco sentí nada. Besas fatal- haciendo una mueca de asco
Jaz se sentó en donde estaba sin comprender nada, mientras veía irse a la morocha
¿Qué demonios había pasado? ¿Porque la había besado de esa manera? ¿Qué había sido eso? ¿Había sido solo una venganza o había algo más? Ahora sí que su cabeza daba vueltas.

2018
Se acercaba un gran día para el chef. Javo iba a abrir su segundo restaurante en la ciudad y los nervios invadían al pobre joven.
Jaz aprovechando que todo estaba bien con Ernesto decide darse una escapada e ir a ver a su amigo en su gran noche.
Fue un tiempo antes para ver en qué podía ayudar, y su presencia alegró mucho al chef.
Javo estaba muy agobiado, eran muchos platos y no sabía cómo dividirse para lograr sacarlos todos. Al verlo tan agobiado la colorada decide ayudarlo, pues tenía algo de dominio en la cocina.
Todo iba en orden, los dos tenían mucha química trabajando, cuando de repente por la puerta trasera entró nada más y nada menos que Flor. La morocha cargaba unas hortalizas y comida para la cocina, la cual Javo había comprado.
Al verla Jaz se le pusieron los pelos de punta y molesta decidió ignorarla. Javo recibe a Flor, la cual no apartaba la mirada de Jazmín. La tensión era inmensa entre ambas y aumentó cuando Flor decidió dejar llevarse por sus pensamientos.
-Javo, ¿Quieres que te de una mano?- dijo mirando la reacción de Jazmín, la cual bajó la cabeza
-¿En serio?- mirando de re ojo a su amiga
-Sí, por mí no hay ningún problema-dijo la morocha
-Sí, podes ayudar a Juanca. ¿Si no les molesta a las dos?- dijo el chef con un tono preocupado. En otras circunstancias el no hubiera puesto a su amiga en esta situación, pero realmente necesitaba la ayuda
Ambas negaron sin mirarse a los ojos. Flor se puso el delantal y comenzó a cocinar justo al frente de Jaz.
Pasó un buen rato y la colorada no podía centrarse, cada vez que podía miraba a la morocha, hasta que en una ocasión se cruzaron las miradas. Al darse cuenta de que había sido descubierta, la colorada miró rápido hacia abajo pero por causa de los nervios se quemó la mano derecha.
-¡Ah!- exclamó rabiando de dolor
Al ver esto Flor dejó rápidamente lo que estaba haciendo y corrió a ayudarla.
-¿Estás bien?- dijo tomando su mano preocupada pero Jaz la apartó rápidamente
-No me  hace falta tu ayuda- dijo molesta sin mirarla a los ojos
Flor la miró confusa, pero sabía porque la trataba así. Se alejó un poco y dejó que la colorada se vendara ella sola.
Siguieron cocinando, cuando a Jazmín le hizo falta unas cosas del almacén. Al verla alejarse Flor no dudó en seguirla y la alcanzó una vez estaba ella sola en el almacén.
-¿Me vas a seguir ignorando por más tiempo o ya me tengo que creer que soy invisible?-
Jazmín no dijo ni una sola palabra, prefirió ignorar a la morocha. Flor enojada por su actitud, a pesar de que comprendía, cogió un tomate que tenía cerca y se lo lanzó a la colorada.
Aquel tomate cayó justo en su espalda manchando la fina blusa que llevaba puesta.
Enojada Jaz se quito el resto de tomate y se lo arrojo a Flor. De esta forma empezó una pelea de comida entre las dos chicas, las cuales parecían dos niñas pequeñas.
-¡Háblame!- le exigía Flor mientras le lanzaba otro tomate
-¡¿Que quieres que te diga?!- lanzándole una naranja, la cual le dio en el hombro a la morocha
-¡No lo sé! ¡Pero no me ignores!- le volvió a exigir. Realmente necesitaba hablar con ella
-Pensé que era lo que querías- dijo Jaz molesta
Al oír esto Flor comprendió la razón de su enojo y decidida la tomó con fuerza de la mano arremetiéndola contra la alacena. La colorada la miró desafiante y de un movimiento la giró, estando ella ahora al mando.
Debido a la pelea ambas estaban totalmente desaliñadas, Flor estaba cubierta de tomate en la cara y Jaz tenía toda la blusa manchada y rota, haciendo que se le vieran los sujetadores.
Ante tanta cercanía Flor no pudo evitar fijarse en sus enormes y bien formados pechos, cosa que la colorada notó y sonrió pícaramente. Sin duda su cuerpo hacía temblar a la morocha.
-¿Qué quieres que te diga? Que estoy loca por ti... que muero por tus huesos- dijo Jaz en un suspiro
Flor tragó en seco. En ese momento la colorada imitó el acto que Flor había hecho de adolescentes y la atrapó entre sus brazos sin dejarla moverse ni un centímetro. Se acercó peligrosamente, haciendo temblar a la morocha.
-¿Qué vas a hacer?- dijo Flor mirando atenta su boca
Jaz la miró y sonrió. Tal parecía que la iba besar. Ya la morocha podía saborear sus labios, cuando de pronto se apartó y la soltó.
- Nada. Sería un error, ¿recuerdas? Tu misma lo dijiste- con una sonrisa pícara y salió de allí arreglándose la blusa
Flor la miró rabiando, se moría de ganas por ir y besarla, pero no podía, ella sabía que de verdad sería un error caer nuevamente en sus encantos. Además ya no eran unas adolescentes, y ella estaba "Felizmente casada"
Por otro lado, Jaz salió de allí con la respiración agitada. No podía creer lo que había hecho. Se consideraba una heroína por haber sobrevivido a ese encuentro, por haberse contenido y no haber besado aquellos finos labios que la volvían completamente loca. Se llevó las manos a la cabeza y respiró profundo, para luego salir de ahí lo más rápido posible.

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