Acto 2 - La Evacuación de Ilima

156 15 0
                                    

Capítulo 1

El cielo está negro a lo lejos y ya no se ve alguna otra cosa cerca de aquí. Miro a Sophie descansando con Sid recargado en ella, Paris está igual conmigo y Kathe ya hace rato que se unió a Chris en la cabina de piloto una vez que dejamos al Gear en un lugar "seguro".
Tomo mi comunicador y hablo con ellos susurrando.
-Buenos días -comenta Kathe.
-Buenos días, ¿en dónde estamos?
-Estamos a una hora de llegar a Ilima y ahí descansaremos, al fin y al cabo esta en la meseta de Jacinto. Ya sabes... Ephyra, Ilima, Tollen, Montevado y Jacinto la conforman -responde Chris-. Me comento que tienen a una tía ahí. Stella, ¿cierto?
-Así es -contesta Kathe-, me pareció que sonaba bien y además podremos descansar mejor.
-Eso suena bien -comento.
-Ve a descansar o a lo que sea, yo y Kathe seguiremos aquí.
-Bien. Avísame cuando sea el aterrizaje.
Me quedo quieto, igual que a una estatua, sin pensar nada realmente y ya cansado de dormir. Observo a Paris y está sonriendo aún estando dormida. Me detengo a ver todo el lugar y veo en dirección a Halvo, solo un vacío que es tragado por la oscuridad. Ya estamos lejos de casa.
Después giro la cabeza para ver a Ilima y diviso un sitio iluminado a lo lejos, como una débil lámpara.
Espero mientras acaricio la mejilla a Paris y le doy un beso en la frente. Está tan tranquila ahora y puedo concentrar mis esfuerzos en solo estar con ella.
Siempre te protegeré, incluso si mi vida tiene que ser la que se pierda.
Sigo mirándola, no me canso de verla nunca, es raro, pero me hace sentir bien. Algo en mi estómago se revuelve cada que lo hago.
El tiempo pasa y sigo igual hasta que Kathe habla.
-James, es hora. Ya despierta a todos..
Toco el hombro de ella repetidamente hasta que abre los ojos. Sus ojos castaños no se pierden incluso en esta penumbra y brillan.
-Ya llegamos, levántate.
-De acuerdo -dice con tono débil por recién levantarse.
La hago a un lado con delicadeza y voy con Sophie y Sid y hago lo mismo.
Sophie se asusta un poco hasta que me mira bien y sonríe. Sid es otro caso, no quiere levantarse y Sophie tiene que sacudirlo un poco en tono de broma para que deje de dormir.
Ahora vemos la ciudad a lo lejos y Chris empieza a aterrizar. Ya en tierra saltamos al suelo y me acerco a ellos.
- ¿Por qué tan lejos? -pregunta Sophie.
-Tenemos un Raven robado y huimos de Halvo como unas niñas, así que dime, ¿qué crees que nos haría Loomis?
Lo analizo a detalle y tranquilo. El Raven robado, huir de la ciudad y otras cosas que tenemos desde atrás. Tiene razón aunque odie pensarlo.
-De acuerdo, ahora nos quitaremos la armadura si es que no me equivoco -exclamo.
-Así es.
Los dos vamos a una parte donde quitarnos la armadura del torso y el cinturón junto con los guantes. Me acomodo el cabello y Chris deja las armaduras en el Raven. Veo que saca una granada de fragmentación.
- ¿Es necesario? -pregunto.
-Sí, así que hay que alejarnos.
Asiento y la coloca en el Raven. Voy con ellas y las hago retroceder. Chris se acerca a nosotros y divisamos como explota el Raven y la ola expansiva de la explosión nos alcanza.
-Bien, sigamos a pie -dice Chris y avanzamos guiandonos por la iluminación lejana de la ciudad.
Caminamos a través del bosque cercano, no se escucha más que nuestros pasos y a los insectos. Estoy con la Lancer, pero no dudo en tomar de la mano a Paris y ella me sonríe. Aunque noto que es una sonrisa fingida.
- ¿Estás bien?
-Sí. No... -deja una larga pausa-. No lo sé en realidad -lanza un suspiro de insatisfacción.
-Habla.
Ella se junta más a mí y rodeó su cadera con mi brazo.
-Enserio quiero estar en paz y no en esto, desde que nacimos hay guerra, nunca me ha gustado vivir así. Enserio quiero que esto acabe. Por eso me enoje contigo cuando me dijiste que te enlistaste en la COG, me sentí mal porque creí que iban a morir, que te perdería en la guerra. Siempre me preocuparé por ti, amor, nunca quiero que me dejes -exclama.
La veo fijamente, parece una niña quejosa con su padre.
Cuando la conocí yo ya estaba decidido a ser un Gear, no había manera de que cambiará eso. Lo decidí cuando perdí a Gill, cuando me di cuenta que todos estábamos en peligro. Chris entonces optó por ser un Gear igualmente a pesar de no tener tanto aprecio hacia la Coalición.
Ambos lo decidimos pensando de ante mano que podríamos morir, pensando que no era la única opción, pero si la que nos traería más calma a futuro. Y lo hizo, cuando terminó la anterior guerra ambos respiramos más tranquilos, hicimos lo suficiente para impedir que nuestra familia muriese.
-Lamento haberte preocupado, niña. Siempre me dije a mi mismo que no preocuparía innecesariamente a nadie, que cuando estuviera en un pelotón no dejaría que alguno muriera, aunque perdí a Tom, Harry y a Christopher.
-Hay, niño... Eres un buen hombre, pero no siempre se podrá salvar a todos y no me dejaras de preocupar nunca.
-Lo sé. Perdón -doy una sonrisa falsa para hacer que se alivie un poco.
-Antes de llegar y de que pase lo que tenga que pasar, prométeme que no morirás en esta nueva guerra. Que estaremos juntos siempre.
-Te lo juro, hermosa.
-Está bien.
Seguimos de frente hasta poder ver más de cerca las luces y salir del bosque. La ciudad luce impresionante ya desde afuera y no está tan maltrecha como Halvo.
-Chicos, hemos llegado a Ilima -anuncia Chris.
Todos nos apresuramos y ven al sin embargo hemos aprendido de a poco que eso no necesariamente es alentador, sino solo una ligera bocanada de aire antes de meternos de nuevo en batalla.
Llegamos a las afueras y hay Gears en un puesto de vigilancia, hay unos jugando cartas, otros toman cerveza y dos están vigilando.
-¡Alto! -levanta su arma contra nosotros-.¡Identifíquese!
-Tranquilo -procede a decir Kathe y nos hace esperar-. Somos civiles. Venimos de muy lejos y solo queremos descansar más seguros.
-Sus armas, déjalas -Kathe espera a que lo hagamos y ambos lo hacemos, yo un poco inconforme porque me he llegado a sentir más seguro con una Lancer.
-Ya está. Por favor, déjanos pasar.
-Alumbra -exclama a sus compañeros y una lámpara nos ciega por un momento-. Parece que si vienen de lejos. ¿Conoces a alguien aquí? Si no, los llevaremos al puesto de avanzada...
-Tenemos familia -exclama Kathe con tono irritado. Imagino que lo que vivió estos días no le ha dejado un buen sabor de boca-. Por favor.
-Bien. Pasen -baja el arma y nos abre paso.
Chris y yo vamos cabizbajos para que no nos reconozcan de ninguna manera. Sí lo hicieran, seríamos enviados a la cárcel, y en el peor de los casos, seríamos fusilados.
Los Gears no sospechan ni un poco y nos alejamos bastante hasta que uno nos detiene.
-Oigan -Chris y yo quedamos plantados en la banqueta y Kathe se encarga de nuevo-. Tomen estás luces, serán para diferenciarlos de los Locust.
-Gracias.
Kathe nos da una y seguimos sin más interrupción. Ambos soltamos el aire que sostuvimos por el miedo y paramos un instante.
-Muy bien, ¿cómo llegamos a Jacinto? -pregunta Chris un poco jadeante.
-No lo sé, creo... -es lo único que puedo decir antes de que Sophie me interrumpa.
-Yo sí sé bien. Conozco esta ciudad bien. Cuando veníamos a visitar a unos familiares, salía con nuestros primos y recorrimos la ciudad muchas veces. Puedo llevarnos a la salida directa hacia Ephyra y luego continuaremos a Jacinto.
-Muy bien. Sophie, tú serás nuestra guía, ¿está bien? -le pregunto.
-Bien, vamos por aquí.
Así, Sophie se vuelve nuestra guía.
Ella parece conocer cada rincón de la ciudad de Ilima. Es aún de noche, pero por lo que noto la ciudad está tranquila, no parece tan destruida por las batallas contra las larvas, no como Halvo, confirma los informes de que las larvas no atacaron en todas partes durante el Día-E.
Esta ciudad parece controlar lo incontrolable, sobrevivir a esta dura batalla recién iniciada.
- ¿Qué tal si nos quedamos aquí? -dejo al aire.
Todos se detienen y me miran confundidos, es la reacción que esperaba luego de pensar en qué iba a decir.
-James, tú fuiste el que propuso ir a Jacinto y acepte porque me parece es lo correcto. ¿De dónde llega esas intenciones de quedarnos en Ilima
-Bueno, no lo sé -le contesto.
-Mejor vamos a Jacinto, así estaremos más seguros, ¿de acuerdo? -me lanza su mirada severa a través de sus gafas.
-Está bien, Chris.
Sin más que decir, seguimos nuestro camino. Sophie sabe bien por dónde ir y de vez en cuando descansamos.
Las calles lucen intactas y vacías, lo común en la madrugada. Pero ya veo a Sid cansado, bastante.
-Deberiamos ir con nuestros tíos -exclama Kathe-. Sid no va a durar tanto.
-¿Queda cerca? -pregunta Chris-. Yo también quiero descansar. Mis pies están a punto de estallar.
-Sophie...
-Por aquí -le veo sonreír muy animada.
Empezamos a caminar por varias calles y noto que estamos en el centro de la ciudad. Los techos verde esmeralda lo indican en todas las ciudades de Tyro.
Hay Gears patrullando y observando que todo esté en orden. Sid es cargado por mi hasta que llegamos al edificio donde viven sus tíos y primos, uno de cinco pisos con fachada color gris. El departamentode sus tíos se encuentra en el quinto piso, así que entramos y subimos las escaleras para llegar.
Estando frente a su puerta, Kathe toca y al paso de un minuto no abre nadie.
Intenta de nuevo. Nadie abre.
Toca la puerta por tercera vez y más fuerte. De repente una vecina se asoma detrás de su puerta para ver quién es. Ella abre totalmente cua do su cara expresa sorpresa y saluda a Sophie y sus hermanos.
-Hola, cuanto tiempo sin verles, yo creí que ya no se aparecerían de nuevo por aquí.
- ¡Señora Janette! ¡Mucho gusto en verle! -exclama Paris con fuerza-. Oiga, ¿usted sabe por qué no abre nuestra tía?
-Ah... -su cara se torna muy nerviosa y tensa al igual que la voz y el movimiento de sus ojos-. Su tía murió junto con su tío y primos hace una semana -contesta Janette.
-Como, ¿ellos ya están... muertos? -pregunta Sophie impactada y nerviosa por la respuesta.
-Sí, en verdad lo siento.
-Descuida -dice Kathe-. Están en un mejor lugar que este -exclama Kathe con un tono de voz cargado de tristeza.
-¿Pero cómo? La ciudad luce intacta -pregunta Paris.
-Bueno, esas cosas vinieron de repente, estábamos aquí ocultándonos de ellos. Su familia en su departamento y la mía en el nuestro. Cuando de repente cinco de esas cosas entraron al edificio y empezaron a matar a todos. Poco a poco fueron subiendo, cuando llegaron aquí todos guardamos silencio, pero fue inútil. Los Locust entraron a la casa de sus tíos y los mataron, lo único que escuche fueron sus gritos. En cuanto los mataron a ellos, se acercaron a nuestro departamento, pero aparecieron unos soldados y mataron a los Locust en unos cuantos segundos. Lo único que pude hacer tomar las llaves del departamento cuando la COG se llevó los cuerpos. Tomen -coge las llaves y se las da-, es lo único que tengo, la casa está intacta. Tal vez con polvo, pero está bien -Janette expresa compasión en su mirada y entra a su departamento.
-Gracias -soy el único que le dice algo.
Tomo las llaves y me acerco a la puerta, de allí emana un olor ligero a sangre que me irrita la nariz. Parece que Kathe no lo notó. Coloco la llave en la cerradura y abro, es cuando él olor se intensifica para mí y reprimo el asco.
La casa está intacta cuando la miro, con polvo y desordenado, hay disparos en las paredes y suelo.
-Entren -les digo-. Aquí podremos descansar bien.
Todos se animan a entrar, yo soy el último y cierro la puerta. Todos van a sentarse y en eso Chris me dice:
-Este sería un lugar acogedor si no fuera porque podría haber otro ataque como en Halvo.
-No lo sé, pero como dijiste, debemos ir a Jacinto -le digo mientras camino para sentarme junto a Paris.
-Sí, que bien que lo entendiste.
En eso, Sid se levanta para encender la televisión y todos la observamos hasta caer dormidos.

No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado, me levanto con esfuerzo y el cielo sigue oscuro, aunque amanecerá en poco. Veo en la televisión a Halvo Bay y me quedo paralizado ante lo que presentan en las noticias.
-Chicos, arriba, tienen que ver esto -exclamo en alto.
Todos se levantan y ven lo mismo que yo, Karn ha sido derrotado y también el monstruo que montaba el cual se llama Shibboleth.
El general Karn y Shibboleth, eh.
Yo creí que estaba muerto después de que el misil de masa ligera lo impacto, cualquiera lo creería, aunque parece que era una larva muy fuerte y problemática.
Dice que quién lo venció fue Ezra Loomis, coronel de la COG y que hasta lo llaman héroe.
Para nada me voy tragar esa mentira, ese idiota apenas y recuerda que es tomar un arma. Además él se encargo de alejar a Chris y Yun antes de terminar la guerra. No confío en él ni un poco.
En las imágenes aparecen Sofía, Baird, Cole y el soldado Paduk acompañando a Loomis. El pelotón Kilo.
Probablemente fuesen ellos quienes vencieron a Karen y su bestia y Loomis solo se roba el crédito, algo muy común en el ejército.
Me alegro de que estés bien, Sofía.
-James... -me llama Chris.
- ¿Sí?
-¿Todavía quieres quedarte? -en sus ojos veo algo parecido a lo que mire el día en que la UIR accedió a un armisticio, una renovada esperanza.
-La verdad sí, pero no sé si ustedes quieran quedarse aquí en Ilima.
-Yo también quiero quedarme -dice Kathe.
-Igual yo -dice Sophie-. Para mí Ilima es como un segundo hogar.
-Bien -les digo-. ¿Y tú Sid?
-Yo ya quiero comer -me contesta.
Todos nos empezamos a reír por su respuesta, porque la verdad su inocencia nos va bien entre todo el caos.
-De acuerdo. ¿Y tú, Paris?
-Yo me quedo donde tú quieras, no me alejaré de ti -me contesta y la abrazo fuerte.
-Yo tampoco me iría sin ti, así que nos quedamos.
-Bien, hay que ver si hay comida buena aquí y si no, buscamos algo -dice Paris.
Así tomamos la decisión de quedarnos, de poder tener un hogar después de haber huido del otro, gracias a esos Gears valientes que lograron matar a Karn y darnos esperanzas de que la guerra termine pronto. Lo que más deseo es que la guerra contra los Locust no dure tanto como lo que duraron las Guerras del Péndulo.
Lo que quiero es por fin estar en paz, al igual que los demás, igual que toda Sera, porque desde que nacimos hemos visto a nuestro planeta en una guerra que parecía no tener fin.
Espero que los Gears puedan hacerlo, porque yo solo me concentraré en proteger a todos ellos.

Gears of War: ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora