Acto 4 - Capítulo 10

39 4 0
                                    

James
-Hay una esperanza de que los Lambent se eliminen -empiezo.
- ¿Cómo? -pregunta Katie y luce tan sorprendida como los demás.
-El científico fallecido Adam Fenix resucito -dice Paris-. Parece que ha creado un arma que los eliminara del mapa. En estos momentos están en camino Delta y un equipo de Baird. Delta fue a conseguir un submarino a Endeavour y Baird otra cosa. Y los veremos en Azura.
- ¿Azura?
-Sé que debes estar confundido, Chris, yo también lo estuve, pero ese lugar ha estado oculto por Prescott.
- ¿Qué? -salta de furia-. ¿Qué se cree ese maldito? ¿Qué puede hacerse de lo que quiera sin causar daño alguno?
-Ya no sirve que grites de furia -le detengo en su arrebato-. Él acaba de morir ayer.
Todos se quedan callados, a pesar de que nosotros también lo sabíamos, hacemos lo mismo. Paris rompe con el silencio.
-Bien, ¿a dónde quieres ir, James?
-Ir a ver lugares como la base y nuestra casa.
- ¿Estás seguro? -pregunta Sophie.
-Eso te lo tendría que decir yo, hermana -repongo y doy una sonrisa-. ¿Quieren ir antes de irnos?
Todos me miran, luego unos a los otros y después pasan a ver a Sid. Las miradas de miedo de ver donde fallecieron sus padres, que siempre las han hecho sentir débiles.
-Sí, James, creo que ya paso el tiempo suficiente -se pasa la saliva al decirlo, creo que no del todo, pero como lo dijo: es suficiente-. Vamos.
Nos movemos. El primer punto al que nos dirigimos es el puesto de avanzada donde se quedaron hasta que tuvimos que huir. Al llegar hay escombros, cenizas, polvo nada más.
Ellas miran el punto en el que sus padres fallecieron, Sid solo lo ignora como si ese lugar no significara nada. Avanzamos más y ya no estamos ahí. El siguiente punto al cual ir es la base militar donde conviví con Christopher, Scott y otras personas más.
-James -Paris se acerca más-, ¿crees que ellas estén bien en Seahorse Hills?
-Sí -respondo-. Elliot es alguien bueno y comprensivo. Lo conocemos desde la escuela y sé que les dará asilo sin problema alguno.
-De acuerdo, pero ¿volveremos?
-Sí logramos detener al Lambent con el arma de Adam, entonces regresaremos.
-Tengo ganas de eso, despertar aquí, aunque ya no sea tan lindo e ir a..., bueno, no importa.
- ¿Te refieres a ir allá? -volteo la cabeza y veo la colina a lo lejos, intacta de este desastre.
Ella asiente y le sonrío, giramos la cabeza y continuamos caminando por las calles deshechas de Halvo, algunos edificios caídos y otros destruidos por el ataque de Karn. Logro ver a lo lejos el río que cruza por toda Halvo y la base.
Entramos y recorremos las salas, vamos al comedor el cual está muy sucio y unas pocas luces. Vamos al campo de tiro y me viene un recuerdo muy amargo sobre este sitio.
Ya debes estar muerto.
Por último nos dirigimos a los casilleros donde solíamos guardar algunas cosas importantes: fotos, collares, etc. O que de plano no queríamos cargar. Voy al mío y Chris se dirige al suyo.
No sé qué espero ver, pero por alguna razón, quiero abrirlo, como cuando llegaba y Chris y yo lo habríamos.
"Hey, señorita, apúrese".
Así me recibía Christopher.
"¡Vamos, James, confió en ti!".
Así igual y siempre era lo que me alzaba el ánimo para pelear. Abro el casillero y nada, Chris tiene la misma expresión. Los habíamos vaciado en el Día-E, antes de que las larvas atacaran. Kathe va al de Christopher y lo abre. Hay una foto de ella, unas cuantas cosas que él solía guardar y una carta de Kathe para él. Se nos olvidó por completo vaciarlo, pero ningún oficial ordenó hacerlo.
- ¿Te sientes bien, hermana? -pregunta Sophie.
Kathe deja salir una lágrima y eso me hace recordar una frase que Christopher le iba a decir a Kathe el mismo día en que falleció.
-Kathe...Christopher dejo una frase para ti ese mismo día que...
-Dos pueden complementar el mundo -me corta en seco, voltea la mirada a mí. Tiene los ojos rojos y las lágrimas le caen por las mejillas-. Me la dijo un día antes de morir, James.
Creo que debí imaginarlo, pero ese día me dijo que le diría una frase romántica a ella. Fue extraño ya que él no se distinguía por ser alguien romántico.
-Vámonos -dice Chris-. Debemos avanzar.
Chris voltea y se tropieza con unas cajas de cartón, cae y deja al descubierto unas Lancers Retro.
-No puede ser -grazna mientras se levanta-. James, ¿tú crees que sean?
-Sí, lo son, Chris -digo con asombro. Nuestras viejas Lancers con nuestro nombre-. Hay que tomarlas.
Chris quita las cajas rápidamente para dejar al descubierto el arma de fuego, tomo mí Lancer y me la da, él toma la suya y entre otras encuentra una importante.
-Es la de... -se me corta la voz.
-Es la de Christopher -sigue Chris-. James... Su vieja Lancer.
Observamos a Kathe que se acerca y la observa.
- ¿Es de él, Chris? -pregunta incrédula-. ¿Enserio es de él?
-Sí, Kathe -afirma-, es de Christopher.
Ella sigue observando el arma hasta que decide tomarla y levantarla del suelo.
-Tómala -exclamo-, te traerá suerte... Como a él hasta ese día.
Kathe deja caer la otra Lancer y toma la de Christopher, la cual tiene su nombre grabado al igual que su apellido: Harrison, él y nosotros le pusimos el nombre.
-Vámonos. Hay que acabar con esos luminosos.
Esa es la Kathe que conozco.
Salimos de la base y vamos rápido a la casa de los Black, no está destruida, podría decir que esta igual que hace diecisiete años. Subimos cada uno de los pisos hasta llegar a su puerta y abren. No parece que alguien la haya saqueado o algo parecido. Se dirigen a su habitación y logro ver que Paris toma algo, no me molesto en preguntar qué es.
La siguiente parada es nuestra casa, pero esta luce pésima. Subimos las escaleras y cada escalón hace que mi pulso se acelere, que mi respiración no se la misma, que mi miedo y preocupación suban.
Ya enfrente de la puerta, me llega una tormenta de recuerdos de cuando papá nos hacía cosquillas, cuando mamá nos preparaba la comida que nos gustaba. Sus regaños, los estudios, Gill viviendo a escondidas aquí... Las visitas familiares y de amigos.
No quiero abrir y Chris tampoco quiere, lo noto en su expresión de dolor, la misma que tuvimos cuando los perdimos. Aún logro sentir mi garganta raspada de ese día.
Entonces Katie se posiciona en medio de ambos y nos toma de las manos. Nos mira y sus ojos me dicen que sea fuerte. Ella es la viva imágen de mamá, solo que sus ojos son azules y fue lo que nos hizo dudar en un principio que fuese verdad que era nuestra hermana. Pero demostró con la marca de nacimiento en forma de "I" en su antebrazo izquierdo que lo que decía era verdad ya que mamá tenía esa misma marca
Ella se encarga de abrir con una ganzua, eso lo aprendió en Vectes. Está quemado parcialmente, vemos la sala, cocina y por último vamos a nuestros cuartos. El mío está mal de la parte de donde dispararon los Reavers, pero lo demás parece intacto. Veo el armario, hay ropa quemada y la demás ya no está.
Miro mis cajones donde guardaba algunas cosas, veo en el primero y nada, el segundo igual. El tercero y el cuarto ni siquiera se encuentran ahí. Bajo la mirada por los recuerdos que se acumulan, aprieto fuerte los ojos y muerdo mi lengua hasta que siento que va a sangrar.
Abro los ojos y en el suelo la veo, la carta de despedida que me dio Gill, está saliendo debajo del armario, me acuclillo y la observo un momento, no parece algo importante, pero decido guardarla.
Paris me mira, pero esta vez no es con odio, ni con resentimiento como las anteriores veces, sonríe, y no parece decepcionada, parece alegre, como siempre me gusta verla. Salimos y Chris trae el collar de nuestra madre, con una piedra que brilla, que le dio su madre.
-Katie, tómalo -exclama él-. Así tendrás algo de ella.
Toma el collar y no evita sacar lágrimas de los ojos.
-Te amo, mamá.
-Y también esto -Chris saca una foto de nuestros padres-. Así tendrás idea de cómo eran.
La observa detalladamente durante unos segundos.
-Papá era guapo -comenta.
-Hmf, tal vez por eso tengamos novia, Chris, porque salimos igual de guapos que papá -grazno.
Todos empiezan a reír, siendo sinceros, sé y Chris también que no somos guapos pero es bueno tener una risa idiota.
Ojala algún día riamos sin temor de que haya una guerra.
Hay una explosión y un temblor en el suelo, veo a través de la ventana de mí cuarto y un edificio empieza a caerse. Es el Regency, el restaurante de lujo de esta ciudad. Y además cae un gran barco.
-Mierda, tenemos que ir y rápido chicos.
-Allá afuera vi un convoy -dice Taylor-. Podemos ir en eso.
-Dos de hecho -agrega Kathe-. Vamos, Chris.
Genial, ahora estamos en la persecución de un barco que vuela.

Gears of War: ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora