Acto 5 - Capítulo 4

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-James -exclamó con desaliento-, voy a morir...
- ¿Qué? No, tú vas a vivir, por ellas..., esto solo es algo pasajero.
-No puedo evitarlo, cariño. Tengo una enfermedad.

Abro los ojos, maldita sea... Son las seis menos diez. Conveniente. Me levanto y voy a darme una ducha. Entro rápido ya que ví que Sophie se mueve y no quiero que se despierten.
Entro y cierro con cuidado. Me doy un baño con agua fría, salgo y me pongo la playera que va debajo de la armadura y le coloco la protección. Después me pongo el pantalón y las botas. Al último cepillo mi cabello, me veo en el espejo y no logro ver ninguna arruga.
Vaya, creí que después de todo ya tendría algunas arrugas, o el cabello ya se empezaría a poner blanco. Nada, olvidaré eso. Por el espejo observo entrar a Gill y cierra la puerta.
-Bueno días -susurra en Indie.
-Bueno días, linda -constesto de igual manera.
Empieza a quitarse la ropa y ahora está en ropa interior, desvió la mirada al lavabo y luego siento brazos rodeándome. Volteo el cuerpo y la abrazo, su piel sigue siendo tan suave y tersa como cuando la conocí.
- ¿Qué haremos hoy, hermosa?
-Ver el lugar, investigar... Lo importante es saber quiénes son y por qué quieren a nuestros hijos.
-Deberías aprovechar e investigar si hay más. Ayer hablaba con Chris y me hizo saber que han secuestrado a niños desde hace un tiempo, entre ellos los hijos de Gabriela y Allison.
-No... ¿También se los llevaron estos hijos de puta?
-No lo sé, pero busca si tienes la oportunidad.
-De acuerdo. Y, James.
- ¿Sí?
-Ya no tengo ropa interior.
La miro con sorpresa y siento la cara caliente de la pena, ella se ríe y después me da un beso duradero aunque lo que quiero es salir de aquí para que ella pueda hacer lo que sea que tenga que hacer.
-Ya me voy, Gill.
-No pasa nada.
-No, has lo que tengas que hacer, preciosa.
La suelto y salgo rápido del baño y cierro sin verla. Volteo nervioso y las dos me ven, está con el pelo alborotado y se miran una a la otra, dirigen su mirada a mi otra vez y sonríen un poco, Kathe cae de nuevo a la almohada y Sophie sigue ahí.
"Tengo flojera, niño".
Eso me decía Paris al despertarla, Sophie se destapa y se dirige a mí, parece una sonámbula al caminar y después se recarga en mi pecho para dormir.
- ¿Por qué tenemos que levantarnos temprano?
-Porque necesitamos investigar cuánto antes y así hallar a tus hermanos.
-No quiero...
-Sophie.
- ¿Mande?
-Te pareces mucho a tú madre.
Se queda en silencio, pero me da un abrazo rápido y fuerte, le respondo el abrazo y ella se pone de puntitas para alcanzar mi mejilla y darme un beso. Me recuerda a su madre cuando hacia eso.
-Hay que apresurarnos entonces.
Va a la cama y toma una almohada y le pega a Kathe. Ella se despierta furiosa y toma a Sophie de la playera y la deja caer en la cama, ella toma una almohada y le pega, Sophie ríe y Kathe solo se detiene porque también le da risa.
Se levantan con intenciones de limpiarse, solo esperan a Gill. Ella sale poco después y tiene el cabello mojado, pero trae la ropa puesta, ellas toman sus zapatos y demás y van al baño. Gill se acerca a una de las mesitas en los extremos de la cama y toma algo. Una liga para cabello.
- ¿Crees que ya se hayan levantado?
-Sí, Carter y Chris ya, pero los otros dos...
Viene a mí y me besa, sale de la habitación y creo que se dirige a la habitación de ellos. Tomo una liga igual y salgo, veo a Chris que ya está listo sin armadura y sus lentes nuevos de armazón negro, Taylor ya se levantó junto a Alfred y Michael, pero Sid no quiere.
-...enserio -oigo a Gill-. Es por tú hijo.
Se levanta rápido y se dirige al baño, claro, Sid se levanta si el motivo es demasiado fuerte, y sobre todo, si la vida de uno de sus hijos o la de Hayley está en riesgo. Bajo las escaleras y me dirijo a la puerta, abro y la luz del sol ya está ahí, salgo y diviso el pequeño bosque y no se ve a nadie o algo.
-Bien, hora de trabajar, ¿no es así? -pregunta Chris con tono burlón.
-Gill dice que quiere investigar a fondo y eso, así que ella dirá.
-Sí -exclama Gill detrás de nosotros-. Uno de ustedes se quedará con los chicos y vigilará desde allá -señala a un árbol algo lejos y muy alto, noto un nido de francotirador bien oculto-. Mi padre lo hizo cuando tenía seis años y mi madre lo adapto para un buen francotirador y además, el que este ahí debe tener mucha paciencia para quedarse horas o días.
Me miran los tres. ¿Carter? ¿Incluso él me mira?
-De acuerdo -accedo refunfuñando-, pero dense prisa.
Asienten. Los chicos salen y se acercan.
-James -llama Gill-, ven, tengo francotiradores aquí abajo.
La sigo adentro de la casa y en la cocina abre una puerta, prende la luz jalando de algo y baja rápido, veo un lugar con armas, granadas, munición y una computadora.
-De mi padre -explica-. Creía que así podríamos estar más seguros. El lugar está rodeado por sensores y emite una alerta silenciosa, ya sabes, para tomarlo por sorpresa.
-Ah, ya. ¿Tú padre lo torturaba y esas cosas de los gorasni?
-Sí, me enseñó a los siete años, mi madre no estuvo del todo de acuerdo, pero a veces no me importaba lo que dijera -va a un estante y toma una francotirador-. Mi madre a veces era mala, a veces era buena y otras veces ninguna, pero -apunta- la aprecio. Después de todo es la mujer que me dio la vida y me crio y me forjo para ser la mujer que soy ahora -baja el arma-. Después de su muerte si me sentí mal, sola, pero después te encontré a ti -se acerca a mí- y bueno...tapaste el agujero que dejó ella junto con mi padre y hermano.
-De veras, ¿no has sabido nada de él?
-Nada desde que regrese a Gorasnaya a los doce y nada cuando regresé a los treinta. Debería suponer que ha muerto, pero no, algo en mí me dice que sigue vivo -recarga el arma-. Le buscaré para saber dónde está. Creí que estaría con Trescu, pero no. Ten.
Tomo el francotirador y veo todo, está bien, recargado, limpiado y listo para matar a cualquiera en la zona husmeando. Tomo las municiones que me ofrece y las guardo en el bolsillo.
-Yo te ayudaré con la búsqueda de Emile, ¿así se llama verdad?
-Sí, y ya sabía que me ayudarías -me da un beso-. Ahora vamos, hay que sacar a Alice y los demás de aquí.
Subimos rápido y salimos, ya están todos listos, Taylor parece algo dormido, pero dispuesto a hacer el trabajo para salvar a Beatrice. Sid está más que listo para irse, él de por sí suele levantarse temprano a correr junto a Hayley y sus hijos. Un gran hábito todos.
-Bien, Taylor y Sid síganme. Chicos, quédense con Chris y James y obedezcan todo lo que diga sin cuestionarlo.
Asienten y ellos se alejan por los árboles del bosque, los observo hasta que ya no logro verlos, miro a los chicos y lucen inconformes.
-Bien, hare turnos para que estén conmigo allá -señalo al nido y se sorprenden-. Aprenderán los ajes del oficio -muestran su emoción, aunque Kathe la borra pronto-. De acuerdo, Carter, tú primero, después Sophie, Kathe...
-Yo llevaré a Michael y Alfred conmigo a recorrer el perímetro -dice Chris-. Así no estarán aburridos.
-¿Seguro? -asiente con la cabeza-. Muy bien. Vayan con cuidado.
Asienten y ellas van a la casa sin que se los diga, Carter espera a que me mueva y Chris parte junto a Alfred y Michael. Voy al árbol lejano y solo veo una soga que cuelga en dirección al nido, inteligente, pero difícil para ambos.
Hago que Carter suba primero y le ayudo, se sostiene fuerte de la rama y sube, es más fuerte de lo que imaginaba, se parece a su madre Diana. Ella siempre se esforzaba por lograr las cosas aunque no salieran a la primera. Casi está arriba y por fin lo veo en el nido, le lanzo la Francotirador con el seguro puesto y la cacha. Me preparo con un ligero y rápido calentamiento y subo, la soga está algo resbalosa y pegajosa, pero se puede.
Estoy a un cuarto de la subida y ya estoy cansado, tomo aire seguidamente y subo lo más rápido que puedo. Nunca fui alguien fuerte, lo supe el día en que ese maldito me propinó la peor paliza de mi vida. Pero entrene y me hice fuerte, aunque no sabría cómo pelear. Sube James, sube, ya casi. La cuerda ya no está tan asquerosa al final y por fin logro subir. Carter me ayuda.
-Creí que eras más fuerte, tío.
-Yo igual, pero ahora ve allá -señalo el otro lado. El espacio es perfecto para los dos ya que el nido rodea el árbol que es ancho y grande-. Avísame si ves algo, ¿de acuerdo?
-De acuerdo, pero, no sé qué hacer.
-Aquí hay unos binoculares, observa alrededor, pero más la ciudad, indícame quien se mueve, hombre, mujer, estatura y esas cosas.
-De acuerdo.
Va al otro lado y yo me quedo donde estoy, tomo la Francotirador y empiezo a observar la ciudad, no hay muchas personas, las calles destruidas y edificios destrozados. Debe ser por lo de Karn.
Observo el centro y veo a una mujer con un hombre, ambos visten de negro, la mujer tiene el cabello rojizo y recogido, de ojos verdes muy lindos, pero no más que los de Sophie. El otro tiene un casco que conozco de hace años: un casco Indie que usaban en las Guerras del Péndulo. Tiene una forma craneal a diferencia del que nosotros teníamos, con las luces verticales en el ojo izquierdo y trae la armadura de verano que usaban, después de eso no puedo ver como es físicamente. La mujer se retira y el soldado también. Aquí si que ocurre algo.
-Tío, tengo uno.
-Descríbelo y habla un poco más bajo.
-Alto, de cabello negro y piel blanca. Y hay otro, de cabello castaño y ojos azules, fornido.
-Déjame verlo.
Me dirijo con él y los veo, son los mismos con los que me enfrente en la casa de Chris, se dirigen a la casa de Gill. Pero veo que les disparan a la pierna y les tapan la cara. Veo a Taylor y Sid, se acerca Gill y dirige su mirada hacia mi dirección. Hace un ademan con el brazo de que todo está bien. Los levantan y se los llevan. Se dirigen a la casa, creo que para interrogarlos.
- ¿Qué les preguntaran?
-Lo que nos interesa, ¿por qué se llevaron a los niños? ¿Dónde están? Y más preguntas cliché.
-Y de ahí nos guiaremos, ¿cierto?
-Sí, muy listo, Carter, pero ahora sigue vigilando. Sí alguien se acerca, avísame.
-Claro, tío.
- ¡James! -veo hacia abajo y es Gill-. Toma un comunicador para que nos digas si hay problemas o no, vamos a adentrarnos al centro y también seria de ayuda que nos quitaras del camino a esos tipos -lo lanza y lo atrapo.
-De acuerdo.
Entra en la casa y me pongo el comunicador, aunque son dos.
-Toma esto, Carter -lo agarra-. Los utilizábamos para saber la posición enemiga y esas cosas.
-Lo sé, tío, lo leí en un libro.
-Debí suponer que sería así.
-Voy a seguir vigilando, pero creo que sería de más ayuda si también tengo un rifle Francotirador -lo miro alzando una de mis cejas por lo sorprendente de su petición.
-No es un juguete, hijo. Eso puede herir a alguien, incluso a tí si no disparas correctamente.
-Lo sé, también lo leí en un libro.
-Una cosa es leer y otra la práctica. No juego cuando digo que es peligroso.
-No me vas a negar que también aprendiste a disparar a temprana edad, ¿o sí?
-No, pero eran tiempos más...
-Conflictivos, lo sé. Pero tienen a mi hermana, mis hermanos... Quiero ayudar más aunque sea un poco.
-Carter, tu madre me va a matar si te dejo tomar un arma.
-Casi lo hace cuando encontrá una pistola en la casa -dice poniendo los ojos en blanco, como si fuese algo que le fastidia-. En fin. Quiero hacerlo, por favor.
Carter no es ningún niño ingenuo, es muy trabajador y se empeña en aprende más de todo. No es tan inteligente como su hermana Gwen, pero eso no impide que sea de los mejores en su escuela. También sé que Chris no lo vería mal si yo controlo sus acciones.
-Bueno, déjame pedirle una a Gill. Gill, ¿me escuchas?
-Sí, ¿algún problema?
-No, solo quiero una Markza, si tienes una seria perfecta.
-Sí, ahora te la llevo.
Esperamos unos minutos y Gill llega con al arma.
-Recuerda: no es un arma, es un camarada.
- ¿Quién te lo dijo?
-Mí mentor, Garron Paduk -me lanza el arma con el seguro puesto y se va.
-Sé que ya debiste leerlo, pero aun así lo diré: cargador de diez balas, largo alcance. ¿Precisa? Sí. ¿Eficaz? No mucho, pero para ti es perfecta ya que no emite ruido y tienes oportunidad de recargar si es que utilizas las diez de un tajo.
-No pesa.
-Sí, te digo, es perfecta para ti, y además espero que hayas heredado los reflejos de tú padre.
-Experto en arco, ¿cierto?
-Sí, pero no por la precisión, si no por los reflejos. No dudaba a la hora de lanzar la flecha.
-Bien, creo que ya sé cómo disparar.
-Bien, atento y dime a quien veas.
-Sí.
Observo alrededor y no hay nadie. Es como si los que vivían en la isla, se hubiesen retirado.
O los retiraron... Tranquilo, James. Está solo es una isla del gran país de Gorasnaya. Seguramente viajaron a un lugar más seguro de las Llamaradas.

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