Acto 5 - Capítulo 3

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Salimos inmediatamente corriendo de la casa de Chris y me dirijo hacia la casa, no hay otro lugar donde pueda cargarme de munición y armas.
Pasamos por la destruida panadería del Sr. Three, la Ciudad Antigua y el río que pasa por toda la ciudad y por fin llegamos a la gran puerta y nos revisan.
Perdemos tiempo valioso en esto pero los Observadores nos dejan. Corremos varios minutos sin detenernos, Gill me sigue el paso ya sin sus zapatos. Llegamos a la fachada y abro la puerta. Volteo y veo a Gill pasar, pronto pide un arma.
Abro un compartimiento secreto que está en el suelo de la sala. Suben unas capsulas y ahí están, las armaduras que no tuve el valor de tirar, que bien que no lo hice.
– ¿De quiénes son, James? –pregunta Gill.
–Una es mía, las otras son de Sophie y Kathe.
– ¿Las guardaste todo este tiempo?
–No tuve el valor de deshacerme de ellas, me pareció que son como reliquias familiares. Ahora tendrán un uso.
–Las dos de los extremos son iguales –comenta.
–Sí, eran para Gears "comunes". Ahora ven hacia acá.
Camino a la cocina y Gill me sigue, hay una puerta y dentro un botón que da a otra habitación oculta.
– ¿Cuándo hiciste esto, James? –pregunta sorprendida.
–Cuando la construí con Paris, pareció buena idea tener un cuarto de armas y algunas cosas militares, por si algún idiota intentaba asaltar o cosas así.
– ¿Y también el de la sala?
–No, eso lo construí poco después de que empezmos a salir.
–De acuerdo –luce algo incomoda por eso.
Entramos en el cuarto que emana un destello azul y rojo, hay armas, municiones y la armadura que le daré a Gill para que se proteja. La de Paris.
–Quiero que utilices está –veo la armadura y después a ella–. Era de ella y la verdad, no dudo que le haya importado. La necesitas.
– ¿Enserio quieres que la use?
–Sí, ¿te incomoda?
–Algo, no por ser de ella, sino por ser una armadura Gear.
–Lo siento, preciosa, es lo único que tengo.
–No te preocupes. Solo dame un momento para darme valor y colocarme está armadura.
Sonrió y tomo dos rifles cargados, volteo a verla y se empieza a quitar el pantalón, vuelvo la mirada a la salida y salgo.
– ¿Podrías llevar municiones cuando vayas? –digo en las escaleras.
–Claro –y me abraza y siento su piel contra la mía.
–Bueno, gracias –exclamo algo apenado.
Le doy un beso rápido sin mirarla y después camino a la salida, allí fuera dejo los rifles en la mesa de la cocina iluminada por el sol. Tomo mi armadura para estar listo antes de que ella arrive.
Me pongo el torso, el cual está muy desgastado por el tiempo, me pongo un pantalón y el cinturón, las botas, los guantes y saco del bolsillo del cinturón las insignias.
Ahora tomo el rifle Lancer e inspecciono que este bien luego de años. También la otra y parecen bien.
Llega Gill y la armadura le queda bien, solo  utiliza guantes diferentes a los que usaba Paris. Se ha recogido el cabello igual que Sophie.
–Es… raro usar esto luego de que mate a varios.
–Te acostumbraras. Ahora tengo algo que me dejaste cuando te fuiste –meto la mano en el bolsillo de la armadura para sacar otra insignia del bolsillo–. La insignia de Natalie A. Camsey, tú madre.
Ella mira la insignia y los ojos se le tornan rojos y después la toma. La observa más de cerca y se la pone.
–Gracias por guardarla, amor.
–No solo esa, también te hice una de los Indies –voy a mi cajón en el estudio y en uno de los tres cajones saco la insignia de los Indies, su símbolo del rayo con alas, solo que menos abultado.
Me da un gran beso y después le doy una sonrisa. Volteo la mirada y tomo una de las Lancers que traje para ella.
–Bien, corramos.
–No pasaremos con esto a los Observadores.
–Lo sé, usaremos mi túnel en la mansión.
Vamos al exterior y en el gran árbol abro una esclusa que da camino a unos rieles con vagones hacia Seahorse Hills. Abordamos y avanza directo allá tardando quince minutos en llegar hasta allá.
Lo hice cuando comenzaron con la construcción de ese muro gigante hace poco. Sabia que sería difícil para mí entrar y salir a gusto, así que con la mansión conseguí una buena vía de entrada y salida.
El vagón llega al destino y bajo, luego ayudo a Gill y abro otra compuerta para salir a un lado de la choza dónde guardamos las herramientas y cosas de jardinería, en el fondo del patio enorme.
Aquí hay una alberca, un estanque mediano adornado por un quiosco blanco y más cosas. Avanzamos por el costado de la enorme mansión y veo la puerta de reja dorada con el símbolo que decidimos poner arriba, el tatuaje de Chris. Abro con el código y salimos, la puerta cerrará automáticamente.
Corremos deprisa hasta que después de varios minutos más, llegamos al monumento, lo puedo ver a lo lejos, Chris está ahí con Taylor y Sid. Diviso el monumento, hay un engranaje atrás, Chris está de pie viendo al horizonte, y muchas placas de identificación y yo con la Francotirador. La mía está apuntando y ahí está la frase:
“En honor a los caídos, y en conmemoración a los soldados Chris y James Davis, por su liderazgo y valentía en la defensa de Halvo Bay”.
–Malas noticias, los niños salieron pitando de la casa y no pude alcanzar a ninguno.
–¿A dónde se fueron?
–No tengo idea. Solo vi que se dirigían al noreste.
– ¿Qué? –se exalta Taylor–. ¿Se escaparon?
Apenas me doy cuenta de que Taylor se cortó el cabello y lo trae bien peinado. Sid tiene el mismo cabello y yo solo me lo rebaje para que no estorbe tanto.
–Ya los buscan las chicas. Nosotros debemos ir por los pequeños. ¿Alguna idea de qué clase de Indie podría querer a unos simples niños inocentes? –pienso y en eso todos miran a Gill, ella luce incomoda, pero me imagino que es por la armadura.
–Me viene a la mente que ellos parecen gorasni, no ostrini u otra región. Ojalá hubiera hablado en Indie para detectar de dónde es por su acento.
–¿Gorasni, entonces? –asiente con la cabeza y tenemos un destino.
Sabemos de un Raven que funciona y puede llevarnos, el de Taylor que conservó luego de tantos años. Este está en el arrecife de la playa, fuera del muro, pero Chris conoce cómo salir ya que trabajo con DB Industries en ese tiempo.
Avanzamos a la costa por las calles con gente que se ha asentado aquí ya. Nos deshicimos de los escombros y edificios que ya no servían, reducimos la inundación hasta la playa con ayuda de Baird y su ingenio y hemos recuperado un poco de esa Halvo extravagante.
Llegamos en quince minutos después de salir del muro y Taylor se dirige al Raven. Quita una manta de camuflaje y luce en buenas condiciones.
–Bien, suban –dice al quitar todas las hojas.
Subimos y nos acomodamos, Chris y Taylor conducirán, Sid está en la espalda de la cabina y Gill y yo en la espalda de la cola.
–Gill –la llama Chris–, ¿podrías venir a decirme las coordenadas de Gorasnaya?
Va hacia él. Sid se ve impaciente y sus ojos parecen querer salir de su cara. Lo hago tranquilizarse con un golpe a la cabeza, como cuando joven y sonríe. Me agradece y Gill regresa a mi lado.
–James –exclama Gill–, en Gorasnaya no va a ser fácil, debes tenerlo en mente.
–Lo sé, por eso tú harás de guía de turistas.
–Está bien.
–Confiamos en ti ahora.
Me da una sonrisa y voltea la cara.

Gears of War: ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora